¿Qué es la artrosis?
Una articulación permite que dos huesos se unan entre sí. Puede ser más o menos móvil en función de su constitución, su forma y la naturaleza de los elementos que la rodean. El conjunto de las articulaciones permite garantizar la movilidad del esqueleto: sin las articulaciones, no podríamos mover ni un dedo.
En una articulación "sana", las dos superficies óseas están recubiertas de cartílago en sus extremos, lo que permite el deslizamiento sin fricción.
En la artrosis, puede verse una destrucción progresiva del cartílago. Esta degeneración provocará una destrucción de mayor o menor grado del cartílago, acompañada de una proliferación del tejido óseo subyacente. Esta proliferación ósea es la causa principal del dolor.
Al contrario de lo que se cree, la artrosis no es sinónimo de vejez. Está asociada a la vejez porque la artrosis es mucho más frecuente en las personas de edad avanzada, pero la edad no es el único factor que favorece la aparición de esta enfermedad.
DOLOR ARTICULAR: PRIMER SIGNO
El diagnóstico se establece mediante una serie de preguntas y una exploración física. El primer signo que hace pensar en artrosis es, por supuesto, el dolor articular. El paciente nota un dolor mecánico que, en ocasiones, viene acompañado de un derrame de líquido sinovial (líquido presente en la articulación que sirve como lubricante y para nutrir el cartílago). Además del dolor sufrido por el paciente, el médico notará una disminución de la amplitud de la articulación.
El médico confirmará el diagnóstico mediante radiografías. En una primera fase, podrá observar pinzamientos en el cartílago y, después, deformaciones óseas denominadas osteofitos. Sin embargo, no se ha establecido una relación directa entre las lesiones radiológicas y la intensidad del dolor.
No existe ningún fármaco ni remedio físico que pueda revertir las lesiones degenerativas del cartílago y del hueso que desencadenan la artrosis.
Artículo redactado bajo la supervisión del profesor Pierre BOURGEOIS, profesor de Reumatología de la Universidad Pierre et Marie Curie de París y exjefe del servicio de Reumatología en el CHU de la Pitié-Salpêtrière de París.
Publicado el 4 sept. 2017