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Día Mundial del Glaucoma: hagamos balance de esta enfermedad

Publicado el 12 mar. 2021 • Por Clémence Arnaud

Con motivo del Día Mundial del Glaucoma, te invitamos a informarte un poco más sobre esta grave enfermedad ocular. El glaucoma es la segunda causa de ceguera en el mundo, lo que convierte a esta patología en una prioridad de investigación. 

¿Qué es el glaucoma? ¿Cuáles son los síntomas de esta patología? ¿Cómo se diagnostica y cuáles son los tratamientos existentes para esta enfermedad?

¡Te lo contamos todo en nuestro artículo!

Día Mundial del Glaucoma: hagamos balance de esta enfermedad

Glaucoma: definición

El origen de los glaucomas suele ser un aumento anormal de la presión de los líquidos dentro del ojo. Las fibras nerviosas que transmiten la información al cerebro se dañan y dejan de cumplir su función, lo que puede provocar la ceguera del ojo afectado. La mayoría de las veces, el humor acuoso es el líquido que provoca esta afección. En efecto, el humor acuoso está contenido en la cámara anterior del ojo y ayuda a regular la presión intraocular, hidratar el ojo y eliminar los productos de desecho.

El glaucoma puede ser agudo, con una presión interna que aumenta repentina y bruscamente. Puede ser crónica cuando la presión aumenta lenta y progresivamente.

El glaucoma crónico también se denomina glaucoma de ángulo cerrado. El glaucoma crónico se denomina glaucoma de ángulo abierto y representa entre el

80 y el 90% de los casos de glaucoma.

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Fuente: Sociedad Española de Medicina Interna - Glaucoma

Esta afección puede producirse a cualquier edad, pero su frecuencia aumenta con la edad. De hecho, afecta a 1 de cada 10 personas mayores de 70 años. La herencia de esta enfermedad debe tenerse en cuenta con la introducción del cribado a partir de los 40 años para las personas cuyos familiares hayan desarrollado la enfermedad. Alrededor del 30% de los glaucomas son de origen hereditario.

Los síntomas del glaucoma 

Glaucoma de ángulo cerrado o agudo

Este glaucoma afecta sólo a un ojo y los síntomas aparecen de forma repentina. La mayoría de las veces, aparecen cuando la luz ambiental es débil y las pupilas están dilatadas. Los síntomas son los siguientes:

  • Dolor muy agudo en el ojo,
  • Percepción de un halo de color alrededor de las fuentes de luz,
  • Una caída visual aguda,
  • El ojo dolorido se presenta rojo y duro. 

Es una emergencia médica.

Las personas mayores con hipermetropía tienen un mayor riesgo de padecer un glaucoma agudo.

Glaucoma de ángulo abierto o crónico

Este tipo de glaucoma afecta a ambos ojos, a menudo de forma desigual: un ojo está menos afectado que el otro y compensa la pérdida de visión. Este fenómeno retrasa el diagnóstico. En raras ocasiones, la persona puede experimentar un dolor sordo (como presión en los ojos), lagrimeo y dolores de cabeza.

Otros síntomas aparecen después de varios años, como los síntomas visuales, un signo de glaucoma ya avanzado. Entre ellas se encuentra la visión tubular: pérdida de la visión periférica a pesar de una visión central normal.

Diagnóstico del glaucoma

El diagnóstico lo realiza un oftalmólogo y puede llevar varios años. 

Es necesario evaluar la presión intraocular mediante un tonómetro o un haz de aire pulsado. Además, debe evaluarse el grosor de la córnea, que es un parámetro que afecta en gran medida a la presión intraocular.

El examen del fondo de ojo permite observar la retina y, en el caso del glaucoma, se realiza para tener una estimación del estado de las fibras nerviosas. Es un examen que permite ver la progresión de la enfermedad.

La medición del campo visual permitirá ver si la visión tubular está presente en un individuo.

Seguimiento del glaucoma

El seguimiento oftalmológico es muy importante en el glaucoma. Lo realiza un oftalmólogo al menos una vez cada dos años. En primer lugar, es necesario comprobar que los tratamientos son bien tomados por el paciente. También es importante realizar las pruebas necesarias para ver la evolución de la enfermedad. 

Es importante poner en práctica métodos de prevención, especialmente en personas con factores de riesgo de desarrollar glaucoma. Podemos mencionar, por ejemplo, a las personas con antecedentes familiares, a las personas muy miopes, a las personas de más de 60 años... En España, el glaucoma afecta a más de un 3% de la población, la mayor parte de estas personas no han sido diagnosticadas.

La gonioscopia mide el ángulo entre el iris y la córnea, donde se encuentra el trabéculo. Un ángulo anormalmente estrecho tiene un mayor riesgo de sufrir un glaucoma agudo.

Tratamientos

En caso de glaucoma crónico, el tratamiento con colirios (medicación administrada en los ojos en forma de gotas) tiene como objetivo mantener la presión intraocular por debajo de un umbral establecido para detener la progresión de la enfermedad. La adherencia al tratamiento es esencial para no perder la vista. Es muy importante saber que los tratamientos no restaurarán la visión perdida por el paciente, sino que limitarán la progresión del glaucoma y, por tanto, preservarán la visión del paciente.

  • Los colirios más utilizados son colirios betabloqueantes que disminuyen la producción de humor acuoso para reducir la presión intraocular. Sin embargo, existen contraindicaciones para estos colirios (asma, EPOC, insuficiencia cardíaca...).
  • Los colirios análogos a la prostaglandina aumentarán la eliminación del humor acuoso. También se prescriben muy a menudo en el glaucoma. Pueden observarse efectos secundarios locales, como cambios en el color de los ojos, por ejemplo.
  • Los colirios inhibores de la anhidrasa carbónica (una enzima presente en varios tejidos, como el ojo). El modo de acción de estos colirios se basa en la disminución de la producción de humor acuoso.

También existen colirios que contienen varias sustancias activas, lo que permite no aumentar el número de instilaciones mientras se inyectan productos con mecanismos de acción complementarios. Estos colirios se prescriben cuando falla el tratamiento con un colirio solo.

Otros colirios son mucho menos utilizados y tienen como objetivo modificar el diámetro de la pupila en función del glaucoma que sufra el paciente: aumentarlo (midriático) o disminuirlo (miótico).

Si los colirios no son suficiente para controlar la presión intraocular, el médico puede sugerir un tratamiento con láser o incluso una intervención quirúrgica.

En cuanto al tratamiento con láser, permite realizar operaciones sin tener que abrir el ojo. En el caso del glaucoma, el objetivo es restablecer la circulación del humor acuoso en el segmento anterior del ojo. Estos procedimientos duran sólo unos minutos y sólo requieren anestesia local con gotas para los ojos. Suelen ir seguidas de un tratamiento con colirios antiinflamatorios para favorecer la curación.

Si el paciente tiene un glaucoma agudo, se utilizan medicamentos para reducir la presión intraocular. Es necesario el tratamiento con láser o, más raramente, la cirugía.

La cirugía es el último tratamiento posible para los pacientes con glaucoma. Sólo se realiza cuando los tratamientos farmacológicos o con láser no son suficientes para controlar el glaucoma o cuando los colirios se toleran mal.

La investigación sigue encontrando tratamientos innovadores, mejor adaptados a los pacientes y con nuevas dianas terapéuticas. El desarrollo de gotas oculares mejor toleradas por los pacientes forma parte de esta investigación. Además, el receptor CXCR3 de las quimiocinas, que son proteínas responsables de los fenómenos inflamatorios, parece ser una diana interesante en el tratamiento del glaucoma.

La vida diaria con un glaucoma

Existen soluciones para adaptar la vida cotidiana a la enfermedad, como la rehabilitación de la baja visión con un ortopeda, un ergoterapeuta y/o un instructor de locomoción. El glaucoma es una enfermedad que perturba la vida de los pacientes a diferentes niveles. Puede ser necesario adaptar la actividad profesional del paciente si ésta supone un gran esfuerzo para los ojos. Habrá que iniciar una adaptación de la actividad física si el paciente practica una actividad violenta o de contacto. La autonomía del paciente puede ser más complicada cuando la enfermedad está en una fase avanzada, como la contraindicación de conducir, por ejemplo.

Existen asociaciones de pacientes para acompañarles en su enfermedad y en sus trámites, como el grupo social ONCE. También hay ayudaS para estos pacientes.

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Autor: Clémence Arnaud, Asistente de marketing digital

Actualmente, Clémence ARNAUD es estudiante en prácticas en el equipo de marketing digital. Su papel es animar y moderar a la comunidad para que los usuarios tengan la mejor experiencia posible en la plataforma.... >> Saber más

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