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¿Cuáles son los peligros de la venta sin receta de ciertos medicamentos?

Publicado el 28 dic. 2020 • Por Doriany Samair

Con el auge de Internet, la posibilidad de encontrar todo tipo de información se ha incrementado, hasta el punto de que las personas pueden, incluso, aprender sobre su salud. Como resultado, esto deriva en una tendencia creciente hacia la automedicación. ¿Qué son los medicamentos de venta libre? ¿Cuáles son las diferencias con los medicamentos de venta con receta? ¿Cuáles son los peligros involucrados? ¡Te contamos todo en nuestro artículo!


¿Cuáles son los peligros de la venta sin receta de ciertos medicamentos?

¿Cuáles son los medicamentos implicados?

Definición

Los medicamentos de venta libre, de libre acceso o de autocuidado son aquellos cuya venta está autorizada sin prescripción médica.

La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) creó CIMA (Centro de información online de medicamentos), un buscador en el cual se puede consultar toda la información sobre un medicamento y saber si se necesita o no, receta médica. Se actualiza regularmente según el estado de los conocimientos para garantizar la seguridad de los usuarios.

Cabe señalar que no todos los medicamentos pueden venderse libremente y sin receta médica: en particular, los medicamentos con características que puedan amenazar la seguridad de su uso (riesgo demasiado grande de ser usados de forma incorrecta, de interacciones con otros medicamentos o con características importantes o destinados a la población pediátrica, cuyo uso debe ser objeto de precaución), así como los medicamentos para los cuales el médico ha de hacer un diagnóstico de la enfermedad y vigilar su eficacia y posibles efectos adversos.

¿Cuáles son los criterios para aparecer en este buscador como "medicamento sin prescripción médica"?

Principalmente, para figurar en CIMA, un medicamento ha de estar autorizado por la Aemps. Para poder venderse sin prescripción médica, los medicamentos deben cumplir ciertos requisitos para su uso seguro. Estos medicamentos deben utilizarse para tratar una condición benigna que el paciente ha podido autodiagnosticar de manera significativa. El envase de este tipo de medicamentos debe contener información adaptada al libre acceso, es decir, el prospecto debe indicar sistemáticamente la dosis unitaria por día (dosis por toma y número de veces por día), así como los horarios de toma e intervalos entre las dosis. Estos medicamentos deben utilizarse a corto plazo, lo que debe indicarse en la caja/inserto. Tan pronto como se supere este límite de tiempo, es aconsejable buscar el consejo de un médico. Esto se debe a que estos tratamientos están destinados a tratar síntomas que pueden resolverse rápidamente (en pocos días). Además, la administración de estos medicamentos debe ser fácil: los productos inyectables, por ejemplo, no se ponen nunca a disposición.

La automedicación

Se trata de la toma de cualquier medicamento sin una prescripción médica. En general, se trata del tratamiento de síntomas benignos o de condiciones específicas que el paciente está acostumbrado a tratar por iniciativa propia

Este tipo de medicamento se encuentra a menudo "delante del mostrador" o en libre acceso. Estos medicamentos se benefician del consejo de un/a farmacéutico/a cuando se compran, en lo que respecta a la dosis, el ritmo de administración, la duración, etc.

Además, algunos medicamentos están disponibles con o sin receta médica. Por lo general, el farmacéutico las coloca "detrás del mostrador", lo que le permite asegurarse de que el tratamiento solicitado es apropiado para el paciente.

La automedicación también se refiere a la reutilización de antiguos tratamientos disponibles en casa. Se trata más bien del tratamiento de síntomas como la diarrea, las alergias transitorias, la tos, los síntomas del resfriado, los moretones, el estreñimiento, etc.

¿Qué peligros tener en cuenta?

Para el paciente

El uso de un medicamento sin previo consejo médico debe considerarse con cautela. Expone al usuario a la iatrogenia farmacológica, a un riesgo de ineficacia o a una sobredosis potencialmente tóxica.

En caso de automedicación, es esencial:

  • asegurarse de que se está tomando la medicación correcta (es necesario estar seguro/a del autodiagnóstico),
  • comprobar su fecha de caducidad y su calidad de conservación (por ejemplo, un medicamento caducado puede ser ineficaz),
  • leer el prospecto y respetar las dosis,
  • no asociar con otros medicamentos sin consejo médico, 
  • asegurarse de que no se forma parte de las poblaciones de riesgo.

Por otra parte, las alergias farmacológicas no son raras y los usuarios no siempre son conscientes. Por ejemplo, se desaconseja enérgicamente la toma de antibióticos sin prescripción médica porque la existencia de una alergia subyacente a la penicilina puede implicar una alergia cruzada con otros antibióticos. Además, el uso excesivo de antibióticos ha dado lugar a la aparición de resistencias bacterianas importantes y preocupantes que amenazan directamente el potencial de esta clase terapéutica. En 2019 la Aemps, confirmó la tendencia decreciente registrada en la tasa de consumo de antibióticos desde 2015, un período que coincidió con la implementación del primer Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN). Los antibióticos están indicados para las infecciones bacterianas y son ineficaces contra las infecciones virales (las más comunes).

Es importante notificar la aparición de todos los efectos adversos en la página web de la Aemps para fortalecer el sistema de farmacovigilancia

Para su enfermedad

Cuando existe una enfermedad subyacente, el control de la automedicación debe ser aún más intenso. Un tratamiento crónico preexistente puede ver disminuida su eficacia por la administración concomitante de otra sustancia farmacológica. Debe considerarse el efecto contrario, es decir, que los efectos adversos del tratamiento crónico pueden aumentar con la adición de un medicamento. Todo esto crea un riesgo de que una enfermedad no sea tratada o incluso progrese trágicamente. 

Los pacientes con hipertensión arterial o insuficiencia cardíaca, por ejemplo, no deben utilizar pastillas efervescentes, que contienen mucha sal. Esto se debe a que estos pacientes tienen una dieta hiposódica (baja en sal). Del mismo modo, un paciente diabético debe evitar el uso de un jarabe para la tos que contenga azúcar o cualquier otro producto que pueda alterar el equilibrio glucémico. Además, las mujeres embarazadas y los niños son poblaciones en las que deben evitarse los productos que contienen alcohol de forma inesperada, como ciertos medicamentos para el resfriado o la tos.

¿Qué precauciones tomar?

Es esencial buscar el consejo de su médico o farmacéutico si se tiene una enfermedad crónica. La automedicación debe adaptarse a la situación personal.

Los medicamentos disponibles en internet

El principal peligro de comprar medicamentos por Internet es la falta de verificación por parte de un profesional de la salud. En este caso, un individuo no recibe consejos o advertencias sobre un medicamento. Se aconseja encarecidamente evitar este tipo de distribución a menos que se trate de la página web de farmacias abiertas al público, legalmente autorizadas y que figuren en el listado publicado por la Aemps. Sólo se pueden encontrar medicamentos no sujetos a prescripción médica.

Malos usos, ejemplos

La Aemps pide la vigilancia en relación con la compra de medicamentos en línea en sitios no autorizados. No es infrecuente encontrar productos falsificados o adulterados cuyo uso puede ser peligroso o ineficaz. La OMS y la Comisión Europea informan de un aumento de la venta de productos "etiquetados fraudulentamente" para ocultar su origen o falsear su identidad. Su composición no es fiable y expone a los pacientes a riesgos. 

Permanecer vigilante

En España, la distribución de medicamentos se articula mayoritariamente alrededor de los farmacéuticos. Cada etapa del desarrollo de un medicamento está bajo la responsabilidad de un farmacéutico, lo que garantiza la inocuidad, la seguridad y la calidad de los productos sanitarios siempre que sean expedidos dentro del marco legal español.

Se consideran algunas alternativas: distribución a distancia, venta de especialidades farmacéuticas publicitarias en establecimientos distintos de las Farmacias Oficiales (OOFF), constitución de cadenas farmacéuticas, dispensación por proveedores, repercusiones de la prescripción electrónica y las posibilidades de la aún emergente atención farmacéutica. 

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8 comentarios


Maraimar
el 10/1/21

Al respecto del tema yo nunca he tomado ni una aspirina , y , ahora , por desgracia , tengo q tomarme 4 pastillas por enfermedad crónica, y estoy haciendo todo tipo de pruebas a ver si ahora q me encuentro bien pueden quitarme dos q me dieron en pleno brote y q son bastante perjudiciales para el resto  del organismo  y no hay manera ..., uno por otro parece q no acaban de decidirse,,. Y yo aquí sigo tomando unas pastillas q me dieron en un momento puntual ,,, Ays q paciencia !!


MargaritaYvars
el 11/1/21

Muchas gracias, el artículo es muy útil, últimamente.te los antibióticos solo se recetan con receta, incluso el nolotil, yo no tengo este problema pues no tomo medicamentos, solo complementos de minerales y vitaminas que mi médico homeópata ve que necesito.


Colette
el 4/2/21

Buenas 

Yo medicamentos no me los tomo sin prescripción médica, tengo FM desde más de 20 años, hace años, tenía un médico que llevaba conmigo unos 15 años y me dijo algo que me quedó grabado.

Dijo que por muy médicos ellos no saben lo que sentimos de dolor y es muy difícil cuantificar y saber que medicación darnos, ellos solo podían imaginar los dolores, que llegados a un punto que nosotros seríamos mejores cuantificadores para saber la dosis adecuada de cada cosa, ellos solo nos pueden guiar y probar y eso puede ser fustrante cuando tienes una enfermedad como la nuestra.

Un saludo y buen artículo pero aún así, no hay q automedicarse por qué, no somos químicos, reconozco q a la hora de tomar melatonina y eso sí que pruebo pero puede ser peor el remedio a la enfermedad. 

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