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Púrpura trombocitopénica trombótica (PTT): ¿cómo vivir mejor con la enfermedad?

Publicado el 27 oct. 2022 • Por Hela Ammar

Los pacientes con púrpura trombocitopénica trombótica (PTT) no son numerosos. Aunque hay síntomas que son bastante comunes a la mayoría de los pacientes, algunos síntomas pueden variar de un paciente a otro, ya que están relacionados con los niveles de plaquetas y la actividad de ADAMTS13, así como con la respuesta del paciente al tratamiento. 

La rareza e imprevisibilidad de la PTT dificulta su manejo y, por tanto, su impacto en la vida de los pacientes es bastante significativo. Para gestionar mejor la enfermedad en el día a día, es importante seguir algunas reglas. 

¿Qué costumbres adoptar para tener una vida mejor con la PTT? 

¡Te lo explicamos todo en nuestro artículo!

Púrpura trombocitopénica trombótica (PTT): ¿cómo vivir mejor con la enfermedad?

Lleva una dieta equilibrada y saludable 

Más allá de la necesidad de comer lo suficiente y con regularidad, algunos nutrientes pueden favorecer la producción de plaquetas o la coagulación, mientras que otros deben evitarse por determinados motivos. 

Lo mejor sería basar las comidas en alimentos con almidón como la pasta, el arroz, las patatas o el pan y acompañarlos de pescado, pollo o huevos para cubrir las necesidades de proteínas. Las judías y las lentejas, los frutos secos y las semillas, así como los productos de soja, son buenas fuentes de proteínas magras. El consumo de carne roja debe reducirse porque, aunque aporta una forma de hierro fácilmente absorbible por el cuerpo humano, tiene un alto contenido en grasas saturadas, lo que conlleva un riesgo cardiovascular que puede aumentar en pacientes en tratamiento prolongado con corticoides. Lo mismo ocurre con los embutidos, la mantequilla, la nata, la leche condensada, etc. 

En cambio, hay que centrarse en las grasas insaturadas (omega 3, omega 6 y omega 9) que son esenciales para el cerebro, el corazón y la piel y que contribuyen al mantenimiento del sistema inmunitario. Estos ácidos grasos esenciales se encuentran en el aceite de oliva, el aguacate, la linaza, el aceite de girasol, etc. Comer una ración de pescado azul como el salmón, la caballa o el arenque a la semana le proporcionaría una cantidad suficiente de omega 3, que tiene una serie de beneficios como la reducción del riesgo de enfermedades cardíacas e inflamación y la mejora de la función hepática. Las verduras también son muy importantes, con preferencia por las legumbres y las verduras de hoja verde. Algunos superalimentos contienen grandes cantidades de ácido fólico (vitamina B9), como la jalea real, el polen fresco y el wakame. Hay que optar por la cocción al vapor o al wok para preservar las cualidades organolépticas y nutricionales de los ingredientes. 

Come 5 frutas y verduras al día

Además de aportarnos energía y nutrientes, la fruta y la verdura son ricas en antioxidantes que ayudan a mantener en orden nuestro sistema inmunitario y a resistir las infecciones. ¿Por qué no te regalas una macedonia de frutas y verduras como tentempié para obtener una buena dosis de vitaminas? 

Bebe mucha agua 

Consumir entre 1,5 y 2 litros de agua al día, además del agua que proviene de otras fuentes, es fundamental para que nuestro cuerpo esté bien hidratado y se eliminen las toxinas. 

Evita ciertos alimentos

Algunos alimentos, como las uvas rojas, los arándanos, el ajo, la cebolla y el jengibre, pueden interferir en la coagulación cuando se consumen en grandes cantidades. Pero cuando se consumen en pequeñas cantidades, estos alimentos no deberían suponer un problema. 

Evita alimentos que contengan demasiado azúcar o sal 

Comer demasiada sal contribuye a la retención de líquidos. Por eso se deben evitar los alimentos procesados, los encurtidos, los embutidos, etc. En su lugar, trata de condimentar los platos con hierbas y limón. Tampoco es recomendable comer demasiado azúcar. Esto incluye pasteles, galletas, alcohol, refrescos... Es posible darse un capricho con una galleta o un trozo de pastel de vez en cuando, pero no hay que abusar.

Limita el consumo de alcohol

El alcohol tiene propiedades anticoagulantes y debe consumirse con precaución si se tiene PTT. Dependiendo del recuento de plaquetas y de la evolución del tratamiento, es posible que no se pueda beber alcohol en absoluto. Esto debe consultarse con un médico

Encuentra el tipo de ejercicio que te conviene

Algunas actividades físicas requieren resistencia, mientras que otras requieren fuerza. Puedes hablar con tu médico sobre el tipo de actividad física que más te conviene, pero en general se recomienda evitar los deportes que conllevan un riesgo de lesión. Deportes como la natación, el senderismo, el baile, el ciclismo o el golf suelen ser adecuados para las personas con PTT.

Presta atención a tus síntomas

Es importante conocer su cuerpo y ser capaz de reconocer los síntomas. Los síntomas inusuales pueden indicar que el recuento de plaquetas o la actividad de ADAMT13, está disminuyendo. Es importante informar a su médico lo antes posible y no esperar a que los síntomas empeoren, para evitar una recaída. 

Evita el estrés

El yoga, la meditación y otras prácticas de mente y cuerpo pueden ser especialmente beneficiosas para las personas con PTT. Ayudan a garantizar la comunicación entre el cerebro y el cuerpo. Reducir el estrés ayuda a que el sistema inmunitario funcione mejor. Dormir bien también ayuda a limitar el estrés. 

Viaja si es posible, ¡pero asegúrate de seguir algunas reglas importantes!

Antes de salir de viaje, debes informar a tu médico de tus intenciones de viajar. Es posible que te pida que te sometas a algunas pruebas (recuento de plaquetas, prueba de actividad de ADAMTS13, la evaluación del funcionamiento de ciertos órganos...) para comprobar tu estado de salud y evitar cualquier riesgo. Es esencial que te asegures de que estás al día con todas las vacunas para tu destino. Si tienes fiebre, infección u otros síntomas, no dudes en ponerte en contacto con tu médico inmediatamente. Asegúrate de llevar contigo en todo momento los datos de contacto de tu médico y toda la documentación que explique tu enfermedad, síntomas y plan de tratamiento. 

Ante determinadas enfermedades, hay que adaptar la alimentación y/o el estilo de vida. Debes escuchar a tu cuerpo y sus necesidades, y evitar la fatiga y las infecciones. No dudes en hablar con tu médico para que te dé consejos adaptados a tu enfermedad, tratamiento y estilo de vida.


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