Hijos de padres tóxicos: ¿cuáles son las repercusiones en la edad adulta?
Publicado el 10 jul. 2023 • Por Claudia Lima
Los padres tienen la responsabilidad de criar, educar a sus hijos y prepararlos para la vida adulta. Son los principales cuidadores de sus hijos y también sus tutores legales. Por eso, en una familia, el lugar que ocupan los padres es muy importante.
En algunas familias, la relación entre padres e hijos puede ser tóxica, lo que repercutirá en el desarrollo del niño y luego del adulto.
¿Qué significa "ser un padre tóxico"? ¿Cuáles son las consecuencias para los niños? ¿Qué impacto tendrá en su vida adulta? ¿Cuáles son las soluciones para mejorar?
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La toxicidad de una relación puede darse en distintos ámbitos de la vida cotidiana (profesional, amistoso, familiar o romántico). Se dice que una relación es tóxica cuando causa sufrimiento a la persona que la mantiene. El sufrimiento puede ser físico o psicológico, adquiriendo un carácter invasivo que perjudicará la vida cotidiana de la persona.
¿Qué significa ser un padre tóxico?
Los padres son, ante todo, seres humanos, por lo que son imperfectos y tienen sus propias dificultades.
Algunos padres, consciente o inconscientemente, pueden causar traumas en sus hijos. Pueden inculcar creencias limitantes y patrones disfuncionales repetitivos. La toxicidad de una relación padre-hijo reside en la violencia de los comportamientos verbales y no verbales.
Esto se conoce como "paternidad tóxica", que no es un término médico.
Puede haber muchas razones por las que algunos padres se vuelvan tóxicos, como problemas personales no resueltos, problemas de salud mental, antecedentes de malos tratos, falta de modelos parentales positivos o incapacidad para afrontar los retos de la paternidad de forma saludable.
Los padres de un niño se consideran tóxicos por la infelicidad emocional que generan. Esta infelicidad está causada por determinados tipos de comportamiento, entre ellos:
- Críticas y burlas constantes,
- Falta de afecto y apoyo emocional,
- Favoritismo o rechazo de alguno de los hermanos,
- Comparación constante del niño con otras personas,
- Ignorar o minimizar las necesidades materiales del niño,
- Control excesivo, posesividad,
- Manipulación de los hechos,
- La transmisión de mensajes de culpa o vergüenza,
- Negarse a reconocer sus propios errores o a asumir la responsabilidad de su comportamiento,
- Rechazo a respetar la autonomía o independencia del niño,
- No permitir que los niños sigan sus propias pasiones e intereses,
- Violencia física y/o verbal, etc.
A menudo es muy difícil para un padre admitir la toxicidad.
¿Qué impacto tienen los padres tóxicos en sus hijos?
Esta toxicidad, generada por los padres, puede tener un profundo efecto en la vida del niño. Sus acciones no son hechos aislados, sino pautas de comportamiento que influyen negativamente en la vida de su hijo.
De hecho, la familia, sea cual sea la forma que adopte, tiene repercusiones en el sentimiento de autoestima del niño, en la percepción de los demás y la confianza que inspiran, así como en la visión general que el niño tiene del mundo.
Como consecuencia, los niños pueden sufrir trastornos emocionales, dificultades para establecer relaciones sanas con los demás y problemas de confianza en sí mismos. Algunos sufren problemas de atención, irritabilidad, depresión y, a veces, pérdida de lucidez mental.
¿Qué impacto tienen los padres tóxicos en un hijo adulto?
Estas consecuencias pueden variar de una persona a otra. Algunos pueden ser más vulnerables que otros, en función de su historia personal y de su entorno.
En la edad adulta, después de vivir con uno o más padres tóxicos, puedes sentir que no te conoces muy bien, o que has decepcionado a tu padre o a tu madre, que no eres lo bastante bueno para ellos. También puedes volver a caer en relaciones tóxicas en tu vida amorosa o de amistad.
En algunos observamos:
- Problemas psicológicos: depresión, ansiedad,
- Estados emocionales relacionados con el miedo, la vergüenza, la ira o la culpa,
- Dificultad para establecer relaciones sanas con los demás, incluidos la pareja, los amigos y los compañeros,
- Problemas de autoconfianza y autoestima,
- Comportamientos autodestructivos como adicciones (alcohol, drogas, medicación) y trastornos alimentarios, entre otros,
- Comportamientos de evasión y aislamiento, etc.
¿Qué se puede hacer contra las consecuencias de unos padres tóxicos?
Estos traumas emocionales pueden superarse, aunque requieren tiempo y esfuerzo. Es más, reconocer aspectos difíciles de la propia infancia puede resultar doloroso y despertar un cúmulo de emociones inesperadas.
Sin embargo, es esencial liberarse de las emociones y comportamientos negativos que pueden tener consecuencias perjudiciales para la salud mental y el desarrollo personal.
Hay que saber pedir ayuda cuando se necesita y buscar el apoyo de un psicólogo o consejero y, tal vez, iniciar una terapia conductual (TCC).
También es aconsejable construir una red de apoyo sana (familia, amigos) que ayude a sustituir las relaciones negativas con padres tóxicos.
Vivir en una familia tóxica no predispone a convertirse en un padre tóxico. Al contrario, es posible utilizar el doloroso pasado para evitar repetir el mismo patrón familiar.
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