Mieloma múltiple: ¡te lo explicamos todo!
Publicado el 7 oct. 2021 • Por Candice Salomé
El mieloma múltiple, también conocido como enfermedad de Kahler, es un cáncer que afecta a 3.000 nuevos pacientes en España cada año. Poco conocida, esta enfermedad de la médula ósea se debe a la acumulación anormal de un tipo de glóbulos blancos, las células plasmáticas.
Pero, ¿cómo se llama realmente el mieloma múltiple? ¿Cómo se diagnostica? ¿Cuáles son las causas y los tratamientos? ¿Es una enfermedad hereditaria?
¡Te lo contamos todo en nuestro artículo!
¿Qué es el mieloma múltiple?
La enfermedad de Kahler, o mieloma múltiple, se produce cuando ciertos glóbulos blancos (células plasmáticas) cambian y comienzan a multiplicarse de forma descontrolada.
Los plasmocitos son células del sistema inmunitario que participan en las reacciones de defensa del organismo. Son producidos por el bazo a partir de los linfocitos B. Estas células plasmáticas migran a todos los órganos, pero especialmente a la médula ósea, donde se adhieren. La función de los plasmocitos, que segregan anticuerpos, es neutralizar las sustancias extrañas.
Normalmente, los plasmocitos no tienen la capacidad de multiplicarse y se encuentran en pequeñas cantidades en la médula ósea.
Un paciente con mieloma múltiple tendrá plasmocitos acumulados en la médula ósea de varios huesos. Así, los plasmocitos enfermos que se acumulan estimulan las células responsables de la destrucción normal del hueso (osteoclastos) e inhiben las células responsables de la formación del hueso (osteoblastos). El equilibrio de la renovación ósea, basado en el equilibrio entre los mecanismos de destrucción y reconstrucción del hueso, se ve entonces alterado.
Los huesos se vuelven más frágiles, lo que provoca posibles fracturas. Además, se reduce la producción de células sanguíneas sanas.
El mieloma se denomina "múltiple" porque afecta a varias localizaciones óseas al mismo tiempo.
¿Cuáles son los síntomas del mieloma múltiple?
En aproximadamente el 20% de las personas con mieloma múltiple, la enfermedad no provoca ningún síntoma.
Sin embargo, en los pacientes que presentan síntomas, se puede observar:
- Dolor óseo o de la columna vertebral resistente a los analgésicos,
- Fracturas óseas,
- Dolor o incluso trastornos del movimiento o de la sensibilidad (hormigueo y pérdida de sensibilidad en los brazos o las piernas, dificultad para mover los dedos, etc.),
- Signos relacionados con la excesiva viscosidad de la sangre debido a la gran cantidad de inmunoglobulinas circulantes: alteraciones visuales, dolores de cabeza, confusión...
- Signos relacionados con un nivel de calcio en sangre demasiado alto (debido a la destrucción de los huesos que libera grandes cantidades de calcio): boca seca, náuseas, vómitos...
- Signos relacionados con la acumulación de anticuerpos en determinados órganos: trastornos del ritmo cardíaco, sensación anormal y dolorosa en pies y manos, dolor en las muñecas, etc.
- Infecciones repetidas relacionadas con la reducción de la producción de linfocitos B por parte de la médula ósea: bronconeumonía, cistitis, etc.
- Anemia relacionada con la disminución de la producción de glóbulos rojos por parte de la médula ósea, lo que provoca fatiga y dificultad para respirar al realizar un esfuerzo.
¿Cuáles son las causas del mieloma múltiple?
Por el momento, no se han identificado formalmente las causas ni los factores de riesgo, aparte de la exposición accidental a las radiaciones ionizantes (radiactividad).
Actualmente se está investigando para identificar una posible predisposición familiar.
¿Cómo diagnosticar el mieloma múltiple?
El descubrimiento del mieloma múltiple suele ser fortuito. En efecto, las circunstancias de su descubrimiento suelen estar relacionadas con su grado de progresión. Sin signos clínicos o biológicos, el mieloma múltiple puede sospecharse durante un examen médico, un análisis de sangre o una prueba de imagen.
Cuando el mieloma múltiple progresa, puede provocar signos clínicos o biológicos. La aparición de estos signos hará sospechar de su presencia y, por tanto, será el punto de partida para una evaluación diagnóstica. Estos signos pueden incluir hipercalcemia, anemia, uno o más trastornos óseos, insuficiencia renal o infecciones repetidas.
Para establecer el diagnóstico, el médico realizará primero un examen clínico. Posteriormente, pueden realizarse diversas pruebas biológicas no sistemáticas, en particular la electroforesis de proteínas* y el mielograma**. Por último, también se puede prescribir una evaluación por imágenes.
*Esta prueba consiste en hacer migrar las diferentes proteínas según su peso y su carga eléctrica. Se observa el patrón obtenido y se interpreta la morfología de las diferentes fracciones.
**La punción de médula ósea es un procedimiento médico que consiste en extraer médula ósea del esternón o de la región ilíaca.
¡¿Cómo progresa la enfermedad y cuáles son sus complicaciones?
En el 60-70% de los pacientes afectados, el mieloma múltiple provoca complicaciones renales. Las inmunoglobinas presentes en la sangre en cantidades excesivas tienden a acumularse en el riñón y, por tanto, a perturbar su función.
Además, en los casos más graves de la enfermedad puede producirse una insuficiencia renal aguda. Los principales síntomas de la insuficiencia renal son la fatiga, la hinchazón de piernas y pies y una producción de orina anormalmente baja o alta.
Por lo tanto, la prevención de la insuficiencia renal aguda es esencial. Se trata de evitar la deshidratación y los fármacos que pueden favorecerla (antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno o el ketoprofeno, o los productos de contraste yodados que se utilizan en determinadas exploraciones médicas por imagen).
Por último, la presencia de mieloma múltiple aumenta el riesgo de desarrollar ciertos tipos de cáncer, como el de colon y el de mama. Los pacientes con mieloma múltiple de entre 50 y 74 años deben someterse a un cribado de estos cánceres cada dos años.
Si no se trata, esta enfermedad es potencialmente mortal debido a su impacto en el riñón, los huesos y la sangre. En España, en la actualidad, la tasa de supervivencia de las personas con mieloma múltiple es de más de 10 años con una buena calidad de vida.
¿Cómo se trata el mieloma múltiple?
El objetivo del tratamiento del mieloma múltiple es aliviar los síntomas y evitar la progresión y las complicaciones. Con los tratamientos actuales, el mieloma múltiple sigue siendo una enfermedad incurable, pero estos tratamientos permiten que se convierta en una enfermedad crónica.
Para decidir si se trata o no la enfermedad, el equipo de tratamiento se basa en la existencia de 4 elementos: niveles altos de calcio en la sangre, insuficiencia renal aguda, anemia y daño óseo.
En ausencia de estos elementos, el protocolo médico se basa generalmente en el seguimiento activo del paciente, sin tratamiento, llamado "abstención terapéutica".
A los pacientes con la enfermedad avanzada se les prescriben medicamentos de quimioterapia.
Por último, para los pacientes menores de 65 años, son posibles los trasplantes de células madre, llamados "autotransplantes".
Al igual que la mayoría de los cánceres, el tratamiento del mieloma múltiple sigue uno de los protocolos codificados y adaptados a las particularidades del paciente. Este tratamiento se administra específicamente en los centros oncológicos acreditados.
Comentarios
También te gustará
Sexualidad, fertilidad y empleo, los olvidados del tratamiento del cáncer (Academia de la Medicina)
10 abr. 2018 • 7 comentarios