Mieloma múltiple: saber más

También conocido como enfermedad de Kahler, el mieloma múltiple es una enfermedad de la médula ósea. Aprende más sobre sus causas, síntomas y tratamientos.

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El mieloma múltiple

¿Qué es el mieloma múltiple?

El mieloma múltiple, también conocido como enfermedad de Kahler, es una enfermedad de la médula ósea.

La médula ósea es una sustancia esponjosa que se encuentra dentro de los huesos, principalmente en los de la pelvis y el tórax. Está implicada en la formación de los huesos, pero también en la producción de las células sanguíneas: glóbulos blancos, glóbulos rojos y plaquetas.

En el caso del mieloma múltiple, hay proliferación incontrolada en la médula ósea de un tipo de glóbulo blanco, llamado plasmocito, que se vuelve anormal. El papel de estas células plasmáticas es producir los anticuerpos necesarios para que el cuerpo se defienda contra las infecciones. Cuando una célula se vuelve maligna y se multiplica de forma idéntica en grandes cantidades, hablamos de plasmocitos malignos. Estos clones producirán el mismo tipo de anticuerpos.

¿Cuáles son las consecuencias?

La médula ósea es invadida por plasmocitos anormales, lo que tiene las siguientes consecuencias:

- Disminución de la capacidad de combatir infecciones: los anticuerpos producidos no son funcionales y los anticuerpos normales no pueden desarrollarse normalmente debido a la disminución del número de células plasmáticas que los producen.

- Inducir la anemia en algunos casos porque los plasmocitos anormales se desarrollan a expensas de otras células sanguíneas.

- Causar problemas óseos en algunos casos. De hecho, los plasmocitos anormales producidos promueven la destrucción ósea. Esto con frecuencia conduce a dolor óseo y al riesgo de fracturas.

- Otro trastorno relacionado con la destrucción ósea es el aumento de los niveles de calcio en la sangre (hipercalcemia).

¿Cuáles son las causas de la enfermedad?

Según la OMC, más de 2.000 personas son diagnosticadas de mieloma múltiple cada año en España. Esta enfermedad afecta principalmente a los hombres y a las personas de edad relativamente avanzada: la edad media de diagnóstico es de 72 años para los hombres y 75 años para las mujeres. Esta enfermedad representa menos del 2% de todos los cánceres y del 10 al 12% de los "cánceres de la sangre".

En la actualidad, no hay certeza sobre las causas del mieloma múltiple. Esta enfermedad no es hereditaria ni contagiosa.

¿Cuáles son los síntomas?

Los signos más comunes son el dolor óseo, especialmente en las vértebras. También se pueden observar fracturas patológicas en huesos largos (fémur, húmero), costillas o vértebras.

Otros signos pueden incluir fatiga, anemia, insuficiencia renal o hipercalcemia.

En el 20% de los casos, no hay síntomas físicos y la enfermedad se descubre después de un análisis de sangre con resultados anormales.

¿Cómo se diagnostica el mieloma múltiple?

El diagnóstico puede ser mencionado cuando se realizan diferentes exámenes:

- El examen clínico durante una consulta médica incluye un examen para evaluar el estado general de salud del paciente y para buscar posibles signos de la enfermedad.

- Electroforesis de las proteínas séricas: este examen se realiza en una muestra de sangre y consiste en el análisis de las proteínas presentes en la sangre. Un signo de la enfermedad es una inmunoglobulina monoclonal, es decir, un tipo de anticuerpo está presente en una cantidad demasiado grande. Se utilizan análisis adicionales para determinar el tipo de anticuerpos involucrados.

- Un control por imágenes para detectar posibles daños óseos.

El diagnóstico se confirma a continuación con un mielograma. Es una punción de médula ósea bajo anestesia local en el esternón (hueso plano en el centro del pecho) o en la cadera. Se recoge una pequeña cantidad de médula ósea y se utiliza para estudiar los plasmocitos anormales para determinar el pronóstico de la enfermedad.

¿Cuál es el tratamiento para la enfermedad?

El tratamiento del mieloma múltiple depende de la edad del paciente y del estadio de la enfermedad. El tratamiento no se inicia sistemáticamente tan pronto como se diagnostica la enfermedad. Si la enfermedad se encuentra en una fase temprana, sin daño óseo y sin síntomas, se realiza una control biológico y radiológico "simple".

En el caso del cáncer en una etapa precoz con alto potencial evolutivo o en una etapa más avanzada, el tratamiento puede ser implementado dependiendo de la edad del paciente. Su principal objetivo es frenar el desarrollo de la enfermedad.

Para pacientes menores de 65 años de edad

El tratamiento de primera línea es el autoinjerto de células madre hematopoyéticas, que son las células que producen todas las células sanguíneas para realizar la quimioterapia en altas dosis.

Se realiza una primera quimioterapia para reducir el tumor. La duración puede variar de 2 a 4 meses para obtener una respuesta máxima.

Las células madre se extraen de la sangre del paciente y se almacenan a una temperatura muy baja antes del inicio de la segunda quimioterapia.

Luego, se realiza una quimioterapia de alta dosis. Causa una disminución muy significativa en el número de células sanguíneas normales causando un período de aplasia. Durante este período, puede ser necesario realizar transfusiones de glóbulos rojos y/o de plaquetas. También es crucial limitar el riesgo de infección. Este riesgo está relacionado con una disminución muy significativa del número de glóbulos blancos, en particular los neutrófilos, que son los responsables de la defensa contra las infecciones por bacterias y hongos.

Para renovar la población de células sanguíneas, las células madre previamente recolectadas son reinyectadas en el paciente. Dependiendo del tipo de quimioterapia utilizada, se puede observar un período de aplasia de 7 a 12 días después del trasplante.

La duración total del tratamiento suele ser de 6 a 8 meses.

Para pacientes mayores de 65 años de edad o para pacientes que no son elegibles para el autoinjerto

La quimioterapia intensiva suele ser demasiado arriesgada. El tratamiento consiste entonces en quimioterapia convencional durante un período de tiempo más largo, entre 12 y 18 meses.

La quimioterapia y/o el autoinjerto pueden hacer desaparecer los signos de la enfermedad. Ya no hay signos de evolución del mieloma: esto se llama remisión. Esto puede durar varios años, pero en la mayoría de los casos, no se logra una cura completa con estos tratamientos.

Las esperanzas de la investigación médica

Las CAR T Cells

Algunos medicamentos ya están en el mercado, pero todavía se están llevando a cabo ensayos clínicos para este tipo de tratamiento.

El concepto es el siguiente:

  1. Las células del sistema inmunológico del paciente se aíslan de una muestra de sangre.
  2. Estas células se modifican genéticamente. Serán capaces de localizar y atacar a las células cancerosas.
  3. Las células reprogramadas se reinyectan en el paciente. Entonces podrán multiplicarse en el cuerpo del paciente y luchar contra las células malignas.

Publicado el 28 jun. 2017

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Autor: Equipo editorial de Carenity, Equipo editorial

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