Cáncer de tiroides
La tiroides es una glándula que produce las hormonas que regulan la frecuencia cardíaca, la presión arterial, la temperatura corporal y el peso.
Los síntomas
El cáncer de tiroides generalmente no muestra signos o síntomas en las primeras etapas de la enfermedad. Cuando se desarrolla el cáncer de tiroides, se pueden observar los siguientes síntomas:
- Una protuberancia en el cuello (nódulo)
- Cambios en la voz, especialmente un aumento de la ronquera
- Dificultad para tragar
- Dolor en el cuello y la garganta
- Hinchazón de los ganglios linfáticos del cuello
Las formas del cáncer de tiroides
El tipo de cáncer de tiroides determina el tratamiento y el pronóstico. Existen dos formas principales (80% de los casos), a saber, el cáncer papilar y el cáncer folicular de tiroides. Generalmente afectan a personas menores de 50 años, especialmente a las mujeres.
Las dos formas más raras de cáncer de tiroides son:
- Cáncer medular. Es una forma rara de cáncer de tiroides (7% del total de estos cánceres) cuya progresión es más lenta, lo que facilita su tratamiento. Además, el 25% de las personas con cáncer medular tienen antecedentes familiares de esta enfermedad. La secreción de calcitonina por esta forma de cáncer permite que se detecte durante los análisis de sangre.
- Cáncer anaplásico. Es una forma más rara de cáncer de tiroides (7% de los casos de cáncer de tiroides) que es agresivo y muy difícil de tratar, particularmente debido al aumento del riesgo de metástasis.
Las causas del cáncer
El cáncer de tiroides se produce cuando las células de la glándula tiroides sufren modificaciones genéticas (mutaciones). Estas mutaciones permiten que las células se desarrollen y se multipliquen rápidamente. Las células también pierden la posibilidad de morir, como las células normales. Las células anormales (células cancerosas) se acumulan para formar un tumor. Estas células cancerosas pueden invadir los tejidos vecinos y diseminarse por todo el cuerpo. Sin embargo, aún se desconoce la causa de estas mutaciones genéticas.
Sin embargo, algunos factores de riesgo predisponen a las personas a desarrollar cáncer de tiroides. Tener una enfermedad benigna (no cancerosa) de la tiroides, heredar un gen defectuoso y estar expuesto a la radiación son los principales factores de riesgo para este cáncer.
Los tratamientos
El tratamiento de primera línea para el cáncer de tiroides es la cirugía. La cirugía tiene como objetivo extirpar completamente la tiroides (ablación) y los ganglios linfáticos que la rodean.
Posteriormente, se administra terapia de reemplazo hormonal de por vida para compensar la ausencia de la glándula tiroides.
La radioterapia y la quimioterapia se utilizan muy rara vez para tratar el cáncer de tiroides.
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