Polifarmacia: ¿Qué es y cuál es el riesgo para nuestra salud?

¿Qué es la polifarmacia? 

A medida que envejecemos, aumenta el riesgo de desarrollar enfermedades crónicas. Una de las consecuencias de la gestión de múltiples enfermedades crónicas es el uso diario de múltiples medicamentos. Hoy en día, muchos españoles acuden a varios médicos o especialistas, que prescriben nuevos medicamentos o cambian las dosis, lo que puede complicar aún más una situación ya difícil para los pacientes. 

Aunque su definición sigue siendo objeto de debate, la comunidad médica ha llegado a definir en general la polifarmacia como el uso de cinco o más medicamentos a diario por parte de una persona. 

La prevalencia de la polifarmacia depende de múltiples factores (incluida la definición precisa de polifarmacia, el grupo de edad y la ubicación geográfica estudiada), pero en general se estima que está en aumento. 

En España, por ejemplo, el análisis de los datos de la Encuesta Nacional de Salud ha mostrado que la prevalencia de polifarmacia fue de 27,3% en 2017, aunque como ya hemos mencionado, esta continúa aumentando, y podría estar ampliamente infraestimada.

En muchos países se está produciendo un rápido crecimiento de la población mayor de 65 años, a medida que la generación del baby boom envejece y mejora la esperanza de vida, lo que puede contribuir al aumento de los casos de polifarmacia. 

¿Cuándo es beneficiosa la polifarmacia? 

La polifarmacia puede utilizarse tanto de forma adecuada como inadecuada. Aunque la polifarmacia suele verse de forma negativa, la prescripción de múltiples medicamentos puede ser aceptable e incluso terapéuticamente beneficiosa en muchos casos. 

La "polifarmacia apropiada" es un término utilizado para describir la prescripción de más de un medicamento para condiciones de salud múltiples o complejas de manera que sólo se utilicen los medicamentos necesarios de acuerdo con la mejor evidencia para preservar la seguridad y el bienestar del paciente. 

Este tipo de polifarmacia está clínicamente indicada para algunas afecciones. A menudo, ciertos medicamentos pueden tener interacciones positivas específicas y previstas entre sí cuando se prescriben simultáneamente, logrando un efecto mayor que el de cualquier medicamento por separado. Esto es especialmente cierto en las áreas del tratamiento del dolor y la anestesia, donde los analgésicos típicos como los AINE, los inhibidores de las prostaglandinas, los opiáceos y otros se combinan con medicamentos atípicos como relajantes musculares, antiepilépticos, antidepresivos, antagonistas del NMDA u otros agentes. 

Por ejemplo, en el primer año después de un infarto de miocardio (ataque al corazón), un régimen de tratamiento típico incluye: un betabloqueante, una estatina, un inhibidor de la ECA, aspirina y un agente antiplaquetario. 

En todos los casos, la polifarmacia debe interrumpirse cuando esté claro que el beneficio de los medicamentos prescritos ya no supera el potencial de daño para la salud del paciente. 

¿Cuándo supone la polifarmacia riesgos para nuestra salud? 

Aunque la polifarmacia es a menudo necesaria desde el punto de vista clínico, sobre todo cuando se tratan varias enfermedades crónicas, conlleva varios riesgos. 

Mala gestión de los medicamentos 

Tomar muchos medicamentos diferentes al mismo tiempo puede causar problemas tanto a los pacientes como a los médicos. 

Para los pacientes, gestionar, organizar y tomar múltiples medicamentos puede ser difícil de manejar y puede llevar a errores en el almacenamiento o la toma de los mismos. Los pacientes que toman varios medicamentos diferentes pueden olvidar tomarlos, tomarlos en el momento equivocado o tomarlos con demasiada frecuencia. Como resultado, el tratamiento puede fracasar, la enfermedad puede empeorar, pueden producirse reacciones a los medicamentos y el paciente puede acabar hospitalizado, situaciones todas ellas que pueden poner en peligro su vida. 

Para los médicos, puede ser difícil saber o hacer un seguimiento de los medicamentos que está tomando el paciente, lo que puede llevar a errores de prescripción o a cualquiera de las situaciones descritas anteriormente. 

Reacciones e interacciones farmacológicas adversas 

Otro motivo de preocupación cuando se trata de polifarmacia son las reacciones adversas. Es algo que viene de serie: cuantos más medicamentos, mayor es el riesgo de que se produzcan interacciones o reacciones entre ellos. 

En primer lugar, algunos medicamentos pierden eficacia cuando se utilizan con otros que interfieren en su acción. Esto se conoce como interacción medicamentosa. 

Además, un medicamento utilizado para una condición o síntoma puede tener un efecto negativo en otra condición de salud o síntoma. Este fenómeno se conoce como interacción fármaco-enfermedad. Por ejemplo, algunos medicamentos antiinflamatorios que se suelen utilizar como analgésicos pueden aumentar la presión arterial y afectar a la función renal, por lo que no deben recetarse a personas con presión arterial alta o afecciones renales. 

¿Cómo gestionar la polifarmacia? 

Tomar varias recetas y medicamentos de venta libre puede resultar abrumador. Para ayudar a gestionar la polifarmacia, he aquí algunos consejos útiles: 

• Mantén una lista precisa y actualizada de todos los medicamentos que tomas. Se deben incluir los medicamentos recetados, los de venta libre, las hierbas medicinales y los suplementos, así como sus dosis. Asegúrate de actualizarla cada vez que cambies tus prescripciones. 
• Asegúrate de que todos los médicos y/o especialistas estén al tanto de los medicamentos que tomas, incluidos y especialmente los medicamentos sin receta, los remedios naturales y los suplementos. 
• Entender por qué estás tomando cada uno de los medicamentos. Entender para qué sirve cada medicamento puede ayudarte a tomar parte activa en tu tratamiento y a gestionarlo mejor. No dudes en hablar con tu médico sobre los efectos secundarios a los que debes prestar atención o pregunta si algún síntoma que estés experimentando podría estar relacionado con un efecto secundario de la medicación. 
• De vez en cuando, habla con tu médico sobre tus regímenes de medicación. Algunas enfermedades o síntomas pueden afectar negativamente a tu salud y a tu calidad de vida, por lo que es fundamental controlarlas con los tratamientos adecuados. Pero otras afecciones o síntomas pueden tener un impacto menor en tu salud o calidad de vida, por lo que podrías prescindir de medicamentos adicionales. Pregunta a tu médico si hay algún medicamento que ya no sea necesario o si algún cambio en tu estilo de vida (por ejemplo, dieta, ejercicio, pérdida de peso, etc.) puede ayudarte a suspenderlos. 
• Adopta ayudas o herramientas que te ayuden a tomar tus medicamentos correctamente. Si tienes problemas para tomar tus medicamentos correctamente (es decir, a la hora adecuada, etc.) habla con tu médico sobre la posibilidad de simplificar tu régimen de tratamiento o de cambiar a medicamentos que puedan tomarse menos veces al día. Para ayudarte, existen varias herramientas virtuales o físicas (aplicaciones de recordatorio de la medicación en los teléfonos inteligentes, organizadores de pastillas diarios o semanales, etc.), y tu médico puede ayudarte a identificar las mejores opciones para ti.
  
  

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