8 ideas equivocadas sobre el cáncer de mama

El cáncer de mama solo afecta a mujeres

Falso. Aunque es más raro, el cáncer de mama puede darse en los hombres. Mucha gente cree que los hombres no pueden desarrollar cáncer de mama porque no tienen mamas, pero sí tienen tejido mamario. El cáncer de mama masculino afecta a un hombre por cada 100 mujeres y según cifras de Globocan 2018, en ese año aparecieron 32.825 nuevos casos de cáncer de mama, de los cuales 328 correspondían a hombres. Aunque el cáncer de mama sigue siendo relativamente raro en los hombres, a menudo se diagnostica en una fase más avanzada porque los médicos y los pacientes no suelen asociar los bultos y otros cambios en el tejido mamario con el cáncer de mama.

El cáncer de mama solo afecta a mujeres de mediana edad o mayores

Falso. Si bien es cierto que ser mujer y tener una edad avanzada están entre los principales factores de riesgo para desarrollar cáncer de mama, la Sociedad Americana del Cáncer descubrió que en 2017, alrededor del 4% de los cánceres de mama invasivos se diagnosticaron en mujeres menores de 40 años (en comparación con el 23% en mujeres de 50 años y el 27% en mujeres de 60 a 69 años). Aunque el 4% puede parecer bajo, no es el 0%; significa que 1 de cada 25 casos de cáncer de mama se produjo en mujeres menores de 40 años.

>> Lee el testimonio de Muriel, que fue diagnosticada con cáncer de mama a los 33 años <<

Si no tienes antecedentes familiares de cáncer de mama, estás "a salvo" del mismo

Falso. Muchas personas piensan que el cáncer de mama es una enfermedad hereditaria. Sin embargo, estadísticamente sólo un 10% de las personas diagnosticadas de cáncer de mama tienen antecedentes familiares de la enfermedad, lo que significa que otros factores, como el estilo de vida y el entorno, deben contribuir a su riesgo, no la genética. 

Por desgracia, los médicos aún no están seguros de por qué una persona puede desarrollar un cáncer de mama en lugar de otra. Como se ha mencionado anteriormente, los factores de riesgo más importantes del cáncer de mama son ser mujer y tener una edad avanzada. A medida que envejecemos, nuestras células mamarias sanas pueden desarrollar mutaciones por sí mismas y convertirse en células cancerosas. 

Si tienes un fuerte historial familiar de cáncer de mama, como uno o más familiares de primer o segundo grado afectados por la enfermedad, asegúrate de informar a tu médico. 

Usar sujetador puede causar cáncer de mama

Falso. Los medios de comunicación y varias fuentes de Internet han alimentado ocasionalmente la idea de que llevar sujetador aumenta el riesgo de desarrollar cáncer de mama. 

Una de las teorías propuestas es que el uso de un sujetador, especialmente el que tiene aros, podría dificultar el flujo de líquido linfático fuera de la mama, lo que provocaría la acumulación de toxinas en el tejido mamario. 

Sin embargo, no hay pruebas que respalden esta afirmación. Un estudio realizado en 2014 sobre casi 1.500 mujeres con cáncer de mama concluyó que no había ninguna relación entre el uso del sujetador y el cáncer. 

Encontrar un bulto en un pecho significa que se tiene cáncer de mama 

Falso. Afortunadamente, esto es un mito. No todos los bultos o anomalías en la mama son cáncer; de hecho, los estudios estiman que hasta el 60-80% de los bultos en la mama son benignos. 

Si descubres un bulto nuevo y persistente en la mama o notas algún cambio en el tejido mamario, es importante que consultes a un médico para que te haga un examen clínico de la mama. Es posible que te pida más escáneres de la mama para determinar si el bulto es motivo de preocupación. 

Usar desodorantes en las axilas causa cáncer de mama 

Falso. A lo largo de los años se ha rumoreado que los desodorantes o antitranspirantes de las axilas, especialmente los que contienen aluminio u otras sustancias químicas, son absorbidos por los ganglios linfáticos y se desplazan hasta las células mamarias, aumentando el riesgo de cáncer. Se pensaba que el afeitado de las axilas empeoraría esta situación, al crear microcortes que permitirían que las sustancias químicas entraran en el torrente sanguíneo con mayor facilidad. Otra supuesta teoría es que los antitranspirantes, que detienen la sudoración de las axilas, impiden la liberación de toxinas de los ganglios linfáticos, aumentando igualmente el riesgo de cáncer. 

A pesar de estos rumores, no existen pruebas concluyentes que relacionen el uso de desodorantes o antitranspirantes con el posterior desarrollo de cáncer de mama. Sin embargo, algunos estudios han observado que las mujeres que utilizan productos para las axilas que contienen aluminio son más propensas a tener mayores concentraciones de aluminio en el tejido mamario. 

Todos los cánceres de mama son tratados básicamente de la misma forma

Falso. Las estrategias de tratamiento del cáncer de mama varían mucho en función de las características del cáncer y de las necesidades de la paciente. Hay una serie de variables a tener en cuenta a la hora de elegir los tratamientos, entre ellas:

• El tamaño, el estadio y el grado del cáncer, además de la localización (lobulillos frente a conductos) 
• Si se sabe o se cree que el cáncer está relacionado con una mutación genética hereditaria, como el BRCA1 o el BRCA2 
• Si el cáncer da positivo a los receptores de progesterona o estrógeno (lo que significa que su crecimiento es estimulado por las hormonas) 
• Si el cáncer da positivo en copias adicionales del gen HER2 
• Los resultados de las pruebas que pueden predecir la probabilidad de recurrencia, como MammaPrint® u OncotypeDX®
• Las preferencias de la paciente sobre el calendario de las sesiones de tratamiento o para evitar ciertos efectos secundarios 

Cuando el tratamiento termina, también se termina con el cáncer de mama

Muchas personas que padecen cáncer de mama se sienten presionadas por la familia, los amigos o incluso la sociedad para estar preparadas para "seguir adelante" o "volver a la normalidad" una vez finalizado el tratamiento. Sin embargo, algunas opciones de tratamiento, como las terapias dirigidas o las hormonoterapias, pueden prescribirse hasta 10 años después de la quimioterapia, la radioterapia o la cirugía. Además, si una mujer decide someterse a una reconstrucción mamaria, es posible que tenga que someterse a varias cirugías a lo largo de varios meses. Y para las pacientes con cáncer de mama en estadio IV o metastásico, el tratamiento continuará durante el resto de su vida. 

Incluso cuando el tratamiento principal ha terminado, algunas personas pueden seguir experimentando efectos secundarios. Dependiendo del tratamiento, algunos de estos efectos secundarios pueden ser físicos: fatiga, neuropatía (hormigueo o adormecimiento de las extremidades), cambios en la piel, tirantez y dolor, síntomas de la menopausia y otros. Otros efectos secundarios pueden ser de naturaleza mental o emocional: depresión, ansiedad o miedo a la reaparición, problemas de relación, etc.  

Para muchas personas, estos efectos del cáncer de mama pueden perdurar durante años -o incluso toda la vida en la casta del cáncer de mama metastásico- pero, por desgracia, sus seres queridos no lo entienden. 

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