Accidente cerebrovascular (ACV): ¿por qué afecta más a las mujeres?

Cada año se producen en España 120.000 casos de accidente cerebrovascular y fallecen 27.000 personas. Las mujeres se ven aún más afectadas porque tienen más factores de riesgo. 

¿Qué es el accidente cerebrovascular (ACV) y sus factores de riesgo en las mujeres? 

El accidente cerebrovascular (ACV), a veces llamado "ataque", ictus o embolia se produce cuando se interrumpe el flujo sanguíneo hacia el cerebro o dentro de él.  

Existen dos tipos: 

• Los ictus en los que la arteria se obstruye (80% de los casos): se trata de un infarto cerebral, 
• Los ictus en los que se rompe la arteria (el 20% restante): se trata de una hemorragia cerebral. 

La frecuencia de los accidentes cerebrovasculares suele aumentar a partir de los 50 años. Se observan dos picos de prevalencia en las mujeres:  

• Un gran pico de prevalencia entre los 70 y los 75 años, 
• Un pico de prevalencia menor, pero creciente, en las mujeres más jóvenes, entre los 30 y los 35 años. Este pico puede explicarse por el problema de los ictus durante el embarazo o puede estar relacionado con la combinación de tabaco, píldora anticonceptiva y migraña.  

Los principales factores de riesgo del ictus son la edad, el tabaquismo, la hipertensión arterial y la diabetes. La influencia de los dos últimos factores (hipertensión arterial y diabetes) es mayor en las mujeres que en los hombres. 

Ciertos factores de riesgo son específicos de las mujeres. La hipertensión durante el embarazo puede provocar un ictus incluso años después. La fibrilación auricular, si está presente, también duplica el riesgo de ictus en las mujeres en comparación con los hombres. 

Además, en lo que respecta al estilo de vida, las mujeres han adoptado en gran medida el de sus homólogos masculinos, sobre todo en lo que respecta al tabaquismo, que es una de las causas de los accidentes cerebrovasculares. 

La mayor esperanza de vida de las mujeres no explica toda la diferencia de mortalidad por ictus entre ambos sexos, es la primera causa de mortalidad en la mujer y la tercera en el hombre. En efecto, las mujeres tienen síntomas más sutiles y, por tanto, retrasan la consulta al médico.  

Sin embargo, sabemos que un ictus, que es una parada repentina de la circulación sanguínea que priva al cerebro de oxígeno durante muchos minutos o incluso horas, es una urgencia absoluta. 

Por lo tanto, es importante conocer los signos de advertencia del ictus y poder reaccionar en consecuencia. 

¿Cuáles son los síntomas del ACV, principalmente en la mujer? 

Algunos síntomas del ictus son comunes tanto a las mujeres como a los hombres.  
Entre ellos se encuentran: 

• Una pérdida de movilidad, de la motricidad, de la fuerza muscular que afectará a una parte del cuerpo (derecha o izquierda), 
• Una pérdida del lenguaje, de la capacidad de entender y expresarse, 
• Una pérdida de sensibilidad en un lado del cuerpo, 
• Una pérdida de visión. Puede ser uno o ambos ojos. 

Estos son los síntomas más comunes y deberían hacer saltar la alarma. Es esencial pedir ayuda lo antes posible. En efecto, cuanto más lentamente se trate el ictus, más graves serán las secuelas. 

En las mujeres, otros signos pueden ser motivo de preocupación y requieren una vigilancia especial: 

• Dolores de cabeza, 
• Mareos, 
• Náuseas o hipo, 
• Dolor en el pecho, dificultad para respirar, 
• Dolor en la cara, 
• Desorientación. 

No es necesario pensar en un infarto cerebral al primer signo de dolor de cabeza, pero es importante determinar la frecuencia de estos síntomas más "sutiles" y si están asociados a los síntomas mencionados anteriormente. 

¿Por qué existe tal disparidad en la mortalidad por ictus entre hombres y mujeres? 

Como ya hemos mencionado más arriba, las mujeres son las primeras afectadas por los accidentes cerebrovasculares, en parte porque viven más tiempo y en parte porque su fisiología las hace más sensibles.  

En efecto, se sabe que ciertas hormonas ausentes en los hombres son conocidas por influir en la coagulación de la sangre y en el desarrollo de los vasos sanguíneos. 

El embarazo y la menopausia también son acontecimientos que tienen un impacto duradero en el perfil vascular de las mujeres, así como el uso de anticonceptivos con estrógenos, que se sabe que aumentan ligeramente el riesgo de ictus. 

En un estudio dirigido por la profesora Charlotte Cordonnier (Inserm, CHU de Lille) y publicado en la revista Nature Reviews Neurology, se descubrió que las mujeres siguen estando mal informadas sobre estos riesgos y que todavía están muy poco representadas en los ensayos clínicos. 

Las mujeres conocen bien los síntomas del ictus, pero se consideran menos "de riesgo" que sus compañeros masculinos y no piden ayuda tan rápidamente si aparecen los signos. 

Esto significa que el diagnóstico se hace más tarde que en los hombres, lo que generalmente da lugar a un tratamiento menos eficaz. 

Sin embargo, según la profesora Charlotte Cordonnier, cuando el ACV es isquémico, existe un fármaco que, administrado en las 4,5 horas siguientes al suceso, puede permitir la recuperación sin secuelas.  

Estas diferencias fisiológicas deben ser tenidas en cuenta urgentemente por los científicos y los profesionales de la salud. También es esencial adaptar el mensaje informativo a las mujeres y animar a la industria farmacéutica a incluir más mujeres en los ensayos clínicos. 

Según la profesora Charlotte Cordonnier, los últimos ensayos clínicos para evaluar el efecto de los nuevos anticoagulantes orales incluyeron menos del 40% de mujeres. 

A modo de recordatorio, en 2016, el Parlamento Europeo ya destacó la necesidad de una mayor participación de las mujeres en los ensayos clínicos.