¿Y si salir de tu zona de confort te hace más feliz?

¿Qué quiere decir "salir de su zona de confort”?

Nuestra vida cotidiana está hecha de repeticiones: cepillarnos los dientes, ir al trabajo, hacer la cena... Algunas acciones son incluso previsibles y se realizan automáticamente. Y si no tenemos cuidado, podemos caer rápidamente en una rutina monótona. 

Sin embargo, estos automatismos son útiles porque nos permiten realizar ciertas acciones sin demasiado esfuerzo. Nos dan más tiempo para dedicarlo a problemas más complejos. 

Sin embargo, cuando estos automatismos representan la parte esencial de nuestra vida cotidiana, existe un peligro real para nuestra salud mental. A largo plazo, es incluso un factor de deterioro cognitivo. 

La "zona de confort" es un estado psicológico en el que las cosas nos resultan familiares. Es una zona en la que nos sentimos cómodos y seguros, en control de nuestro entorno y donde los niveles de estrés son los más bajos. Por lo tanto, esta zona tiene cualidades calmantes y vigorizantes. 

En la zona de confort, nuestro comportamiento es rutinario. Hacemos las mismas actividades, nos reunimos con las mismas personas, visitamos los mismos lugares... Cuanto más tiempo permanecemos en esta zona, más fuerte se hace y más difícil nos resulta experimentar cosas nuevas, ya que aumenta nuestro miedo y aprensión a lo desconocido. 

La zona de confort no permite el crecimiento personal y todos los procesos asociados -como el aprendizaje de nuevos comportamientos o habilidades- que nos permiten alcanzar un mayor grado de satisfacción con la vida.

¿Por qué salir de su zona de confort?

Los niños salen regularmente de su zona de confort: para aprender a andar, montar en bicicleta, hacer nuevos amigos... Les encanta descubrir y explorar. 

Por desgracia, con la edad, la curiosidad y la audacia se desvanecen en mayor o menor medida según las personas, consciente o inconscientemente. Pero salir de nuestra zona de confort es bueno para nuestro desarrollo personal y profesional. Nos ayuda a descubrir activos insospechados en nuestro interior y a maravillarnos de nuevo ante lo que nos rodea. 

Al salir de tu zona de confort:

Ganas confianza en ti mismo/a

En cuanto te atrevas a hacer algo nuevo que antes te daba miedo o aprensión, te darás cuenta de que eres capaz de hacerlo. Esto te aportará alegría y orgullo. Al salir de tu zona de confort, ganarás confianza en ti mismo/a y en tus capacidades. 

Estimulas tu creatividad

Salir de tu zona de confort ayuda a estimular tu creatividad. Te permite encontrar nuevas soluciones a los retos y problemas que te plantea la vida. La novedad y lo inesperado alimentan tu imaginación. De este modo, se amplía el campo de posibilidades, se descubren nuevos puntos de vista y se descubren nuevas formas de hacer / reaccionar ante los problemas de la vida. 

Aprendes cosas nuevas

Para aprender cosas nuevas y nuevas habilidades, es esencial salir de tu zona de confort y entrar en la "zona de crecimiento", que es donde puedes aprender. Este aprendizaje te conducirá a nuevas oportunidades. 

Descubres talentos nuevos

Experimentar nuevos horizontes te permitirá descubrir algunos de tus talentos ocultos, probablemente insospechados. Te darás cuenta de que eres capaz de lograr cosas que nunca creíste posibles.

Eres más feliz

Por último, salir de tu zona de confort contribuye en gran medida a tu felicidad. Para combatir la adaptación hedónica -el hecho de que siempre acabemos volviendo a un nivel neutro de felicidad tras un acontecimiento positivo- es importante descubrir, desarrollar o profundizar regularmente en nuevos intereses y habilidades. 

Además, estimular la curiosidad o el sentido de la eficacia personal implica superar dificultades o situaciones estresantes. Alternar entre zonas de confort y zonas de crecimiento es, por tanto, un requisito previo para la realización personal.

¿Cómo salir de tu zona de confort? 

La mejor manera de salir de la zona de confort es hacer pequeñas cosas con regularidad. Esto significa asumir pequeños retos para familiarizarse con la incomodidad. 

Estas pequeñas acciones requieren poco esfuerzo, pero te ayudarán a iniciar el proceso de cambio que deseas conseguir. 

Por ejemplo, si quieres volver a hacer deporte, una pequeña acción sería preparar tu ropa deportiva el día anterior y ponerla en el salón -o en algún lugar visible- para animarte a hacer ejercicio. 

Otro ejemplo: si tu sueño es viajar a la otra punta del mundo, pero te da miedo, ¿por qué no reservas un vuelo que se pueda cancelar gratuitamente? Así, siempre podrás retractarte de la reserva si lo consideras necesario. 

Gracias a estas pequeñas acciones, desarrollarás nuevas creencias sobre ti mismo/a y lo que eres capaz de hacer. Los resultados te motivarán y animarán. Y cuanta más confianza tengas en ti mismo/a, mayor será tu capacidad para enfrentarte a lo desconocido. 

Cuanto más creas en ti mismo/a, más capaz serás de desarrollar tu potencial. Empezarás a pensar que lo que quieres es realizable y alcanzable. Entonces harás todo lo posible por conseguirlo y, al hacerlo, desarrollarás tus habilidades y adquirirás otras nuevas. 

Una vez iniciado el proceso, entras en un círculo virtuoso. Tu confianza crece y la incomodidad puede incluso convertirse en tu nueva comodidad. Y aceptarás retos cada vez mayores.