¿Cómo afecta la depresión físicamente al cerebro?
Publicado el 17 sept. 2021 • Por Courtney Johnson
La depresión es una de las enfermedades mentales más frecuentes hoy en día, ya que casi el 5,2% de los españoles experimentan sentimientos regulares de depresión cada año. Este trastorno no sólo puede afectarnos psicológicamente, sino que también puede tener un impacto fisiológico en el cerebro, afectando al centro de control de nuestro sistema nervioso.
¿Cómo afecta la depresión a nuestro cerebro? ¿Cómo se pueden evitar estos cambios físicos en el cerebro?
¡Te lo explicamos todo en nuestro artículo!
Cuando pensamos en la depresión, lo que nos viene a la mente son las emociones o, en algunos casos, la falta de emociones. Pero, para entender realmente y, por tanto, tratar mejor la depresión, es importante reconocer el impacto físico que también puede tener en el cerebro.
Hasta ahora, la investigación reconoció el papel de los desequilibrios químicos de los neurotransmisores en el desarrollo de la depresión, pero en los últimos años los científicos se han dado cuenta de que es algo mucho más físico y complejo.
>> Lee más sobre la relación entre la depresión y la disfunción cerebral en nuestro artículo aquí <<
¡Sigue leyendo para saber más sobre cómo la depresión puede afectar físicamente al cerebro!
Restricción de oxígeno
Se ha encontrado una serie de vínculos entre la depresión y la reducción de los niveles de oxígeno en el cuerpo. Los científicos han planteado la hipótesis de que esto puede deberse a cambios en la respiración durante un episodio depresivo, pero el orden de aparición y las causas aún no están claros.
En individuos con trastorno depresivo mayor (TDM) y trastorno bipolar, los investigadores han podido observar niveles elevados de un factor celular concreto producido en respuesta a la hipoxia (falta de oxígeno) en el cerebro en sus células inmunitarias.
El cerebro es muy sensible a la hipoxia, que se ha demostrado que provoca inflamación, así como lesiones y muerte de células cerebrales, lo que puede provocar además síntomas relacionados con el desarrollo, el estado de ánimo, la memoria y el aprendizaje.
La buena noticia es que el tratamiento con cámara hiperbárica de oxígeno (a menudo utilizada para tratar la enfermedad de descompresión en los buceadores, ciertas infecciones, heridas que no se curan debido a la diabetes, etc.), ha demostrado tener un efecto beneficioso sobre los síntomas de la depresión en los seres humanos y puede ser una opción de tratamiento viable para algunos pacientes.
Inflamación cerebral
Los investigadores han empezado a establecer vínculos entre la inflamación y la depresión, aunque todavía no está claro si la inflamación causa la depresión o viceversa.
Sin embargo, los científicos han podido determinar que la inflamación cerebral observada durante la depresión está relacionada con el tiempo que la persona ha estado deprimida. Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Toronto descubrió que las personas que han estado deprimidas durante más de 10 años muestran un 30% más de inflamación cerebral que las que han estado deprimidas durante un periodo más corto.
Debido al hecho de que la inflamación en el cerebro puede causar la muerte de las células cerebrales, la inflamación cerebral prolongada en personas con trastorno depresivo mayor puede experimentar una serie de complicaciones potenciales, incluyendo la contracción del cerebro, la disfunción de los neurotransmisores y la reducción de la neuroplasticidad (capacidad del cerebro para cambiar a medida que envejecemos). Estas complicaciones pueden dar lugar a problemas de desarrollo cerebral, memoria, estado de ánimo y aprendizaje.
Contracción cerebral
Una investigación realizada en 2018 observó la contracción de áreas específicas del cerebro en las personas que sufren depresión. Se necesita más trabajo para identificar las razones detrás y la magnitud de este encogimiento, pero una serie de estudios en los últimos años han identificado que las siguientes áreas del cerebro pueden verse afectadas:
- El hipocampo, que desempeña un papel importante en el aprendizaje y la memoria;
- El tálamo, que transmite los impulsos sensoriales de todo el cuerpo a la corteza cerebral (responsable de interpretar el tacto, la temperatura o el dolor);
- La amígdala, el centro integrador de las emociones, el comportamiento emocional y la motivación;
- Los lóbulos frontales, la región cerebral responsable de importantes habilidades cognitivas como la expresión emocional, la resolución de problemas, la memoria, la toma de decisiones, etc;
- Las córtex prefrontales, parte del lóbulo frontal específicamente implicada en comportamientos complejos (planificación, desarrollo de la personalidad, etc.).
Los científicos han podido relacionar la duración y la gravedad de esta contracción con la del episodio depresivo.
Cuando una parte del cerebro se encoge, también lo hacen las funciones asociadas a esa zona concreta. Por ejemplo, la amígdala y el córtex prefrontal trabajan en paralelo para controlar el reconocimiento de las señales emocionales de los demás y nuestra respuesta emocional. Cuando estas áreas experimentan un encogimiento, puede contribuir a una reducción de la empatía, lo que puede observarse en individuos que experimentan depresión posparto (PPD).
Cambios estructurales y conectivos
Como se ha mencionado anteriormente, la depresión puede provocar la contracción de áreas específicas del cerebro y, por tanto, causar su disfunción.
Por ejemplo, la reducción de la funcionalidad del córtex prefrontal puede afectar a su función ejecutiva y a la atención, la disfunción de la amígdala puede afectar a la regulación emocional y al estado de ánimo, y la reducción de la funcionalidad del hipocampo puede causar problemas de memoria.
Estos cambios suelen tardar un mínimo de 8 meses en desarrollarse y pueden persistir durante más tiempo tras episodios depresivos de mayor duración, afectando especialmente a la regulación emocional de la memoria, el estado de ánimo y la atención.
¿Qué podemos hacer para prevenir estos cambios físico del cerebro?
Aunque esto puede parecer aterrador o inevitable, a continuación enumeramos unas cuantas formas útiles que pueden ayudar a prevenir cambios duraderos en el cerebro.
Pide ayuda: Terapia y gestión del estrés
Aunque a menudo no es fácil, una de las mejores maneras de proteger el cerebro es pedir ayuda.
Cuanto más entendamos que la depresión no es sólo un "problema emocional", sino que tiene un importante impacto neuroquímico y físico en el cerebro, más debemos ayudar a eliminar el estigma que impide a las personas obtener la ayuda mental y el apoyo que necesitan. Es importante recordar que la depresión no es culpa tuya y que no estás solo.
Tanto la terapia cognitivo-conductual (TCC) como la terapia de grupo que incorpora técnicas de gestión del estrés o de conciencia plena pueden ser herramientas útiles para superar el estigma y encontrar apoyo. Además, muchos estudios han descubierto que estas técnicas ayudan a mejorar los síntomas de la depresión.
Antidepresivos
Los antidepresivos pueden ser una herramienta importante para controlar los episodios depresivos y los síntomas que pueden provocar. Estos fármacos equilibran los neurotransmisores de nuestro cerebro, por lo que ayudan a prevenir los cambios físicos que pueden producirse.
Es importante hablar con un médico o profesional de la salud mental, ya que puede ser de ayuda para encontrar la combinación de terapia y/o fármacos antidepresivos que ayuden a sobrellevar mejor la depresión.
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¡Cuidate!
Fuentes:
- Depression, CDC
- Zhang, F. F., Peng, W., Sweeney, J. A., Jia, Z. Y., & Gong, Q. Y. (2018). Brain structure alterations in depression: Psychoradiological evidence. CNS neuroscience & therapeutics, 24(11), 994–1003. https://doi.org/10.1111/cns.12835
- How Depression Affects the Brain, Yale Medicine
- What causes depression, Harvard Health Publishing
- 4 Ways Depression Can Physically Affect the Brain, Healthline
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