¿Cuáles son los signos de alarma de la depresión o la recaída?

¿Qué es la depresión?

La depresión (también conocida como "crisis nerviosa") es una enfermedad mental, y no debe confundirse con un bajón de ánimo o una tristeza pasajera.

Es una de las enfermedades mentales más comunes. Se presenta a cualquier edad, pero es más frecuente en adultos.

La depresión se caracteriza por una alteración general del estado de ánimo y conduce a una visión pesimista del mundo y de uno mismo.

La depresión dura más de dos semanas y tiene un gran impacto en la vida cotidiana: pérdida de apetito, pérdida de deseo sexual, pérdida de sueño, pérdida de rendimiento intelectual, aislamiento, pérdida de placer, tristeza, etc.

La depresión no se cura sólo con fuerza de voluntad; hay que controlarla para evitar que se complique o se cronifique.

Se debe a complejas interacciones entre factores sociales, psicológicos y biológicos. Determinados acontecimientos vitales, como la adversidad en la infancia, el duelo o el desempleo, favorecen la depresión.

¿Cuáles son los signos de alarma de la depresión o la recaída? 

La depresión tiende a instalarse gradualmente y es posible detectar sus primeros signos y síntomas.

Los primeros signos de depresión suelen aparecer entre 3 y 6 semanas antes de convertirse en una depresión total.

He aquí los signos de alarma de la depresión:

• Trastornos del sueño como el insomnio, a menudo con despertares tempranos en torno a las 4 de la madrugada. El sueño también puede ser fragmentado e irrecuperable. 
• Disminución de la libido, que se manifiesta por una menor frecuencia de las relaciones sexuales, lo que se convierte progresivamente en una fuente de ansiedad. A las personas que experimentan esto a menudo les resulta difícil hablar de ello y tienden a atribuir el descenso al cansancio. 
• Una falta de energía y motivación que se compensa con una hiperactividad febril. La persona afectada intentará hacerlo todo sin ver nada realizado. 
• Trastornos del carácter, a menudo manifestados por impulsividad e irritabilidad, que tienden a hacer que el afectado se sienta culpable. Ocasionalmente, la persona puede experimentar cierta forma de intolerancia y enfado desproporcionado por problemas cotidianos de poca importancia. 
• Anomalías sensoriales, como intolerancia al ruido (a niveles que antes se toleraban bien). También puede haber una reducción del gusto, que puede atribuirse erróneamente a una falta de apetito. 
• Un cambio en el comportamiento general que puede ser percibido por las personas que rodean al sujeto. Esto tiende a aumentar la ansiedad sentida, y el paciente puede tener la impresión de que ya no es la misma persona. Esta ansiedad puede llevar al enfermo a aumentar su consumo de alcohol (o de otra sustancia), atrapándolo en un círculo vicioso. 
• Somatización. El sufrimiento, difícil de expresar verbalmente, se expresa a través de los órganos internos del cuerpo.

Si te reconoces en uno o varios de estos signos sugestivos de un trastorno depresivo, consulta a un médico. Él o ella podrá remitirte a un psiquiatra, que podrá hacer el diagnóstico correcto y ayudarte a controlar tu depresión.

¿Cómo se puede tratar rápidamente la depresión?

Si tu médico de cabecera o psiquiatra te diagnostica depresión, es aconsejable que sigas los consejos terapéuticos que te den.

Tras evaluar los síntomas y la gravedad del estado depresivo, el médico puede tranquilizar al paciente o, si es necesario, sugerirle un antidepresivo a dosis bajas, o cualquier otro tratamiento que pueda mejorar los síntomas y la calidad del sueño en particular.

Es vital obtener ayuda para salir de la depresión y recuperar el equilibrio psicológico. Si las personas optan por aislarse y no hablar de sus síntomas, la depresión puede tener una serie de consecuencias, como:

• Recurrencia - Los episodios depresivos pueden sucederse, con períodos de mejoría cada vez más cortos. Son las llamadas "recaídas". Si el paciente sigue las recomendaciones del médico, se reduce el riesgo de recurrencia, así como el sufrimiento asociado a la depresión.
• Síntomas residuales - Cuando el estado depresivo del paciente mejora, pueden persistir ciertos problemas, como trastornos del sueño, trastornos alimentarios, fatiga, ansiedad, baja autoestima, etc.
• Depresión crónica - Si los trastornos depresivos persisten durante más de 2 años, hablamos de depresión crónica.
• Pensamientos suicidas - Cuando el riesgo de suicidio es elevado, suele ser necesaria la hospitalización de urgencia.

¡Recuerda! 

Los signos de advertencia de la depresión suelen aparecer entre 3 y 6 semanas antes de que se instale el estado depresivo. Entre las señales de alerta se encuentran el insomnio, la pérdida de apetito, la pérdida de libido, los problemas de concentración y memoria, la pérdida de interés por las cosas que nos suelen gustar, etc. 

Si experimentas uno o varios de estos síntomas, no dudes en decírselo a tu médico de cabecera o psiquiatra lo antes posible. Ellos estarán en condiciones de hacer un diagnóstico e introducir un tratamiento farmacológico.

Si esperas mucho tiempo o no haces nada ante los síntomas descritos, es posible que la depresión se instale a largo plazo, con graves consecuencias.