Deterioro cognitivo leve en la enfermedad de Parkinson: una pérdida parcial pero significativa.
Publicado el 8 nov. 2016
El deterioro cognitivo leve en la enfermedad de Parkinson se caracteriza por un predominio del deterioro de las funciones ejecutivas. Al contrario de lo que sucede en otras enfermedades neurodegenerativas, en las que predomina el deterioro de la memoria.
La enfermedad de Parkinson, además de provocar problemas motores y afectación de funciones básicas como el sueño, la digestión y la sexualidad, es causa frecuente de demencia. Pero la demencia es solo el extremo de un continuum de afectación cognitiva en esta enfermedad.
En ocasiones se producirá solo un deterioro que, aunque llega a ser notado por el enfermo y quienes le rodean, no llega al punto de ser una demencia. Puede ser la puerta a daños más significativos, quizás no, pero es necesario informarse al respecto, estar preparado es siempre una buena estrategia.
EL DETERIORO COGNITIVO LEVE
El término deterioro cognitivo leve (DCL) suele usarse utilizarse cuando los cambios son pequeños y afectan aspectos poco generalizados de la memoria y otros procesos cognitivos como el lenguaje, la atención o el pensamiento.
Algunas personas pueden vivir estos cambios como simples anécdotas, mientras que otras tienen síntomas que le generan preocupación y malestar. Por el contrario, la demencia implica dificultades más extensas, que afectan a múltiples áreas de la función cognitiva y terminan por impedir que una persona pueda vivir de forma independiente.
El DCL puede afectar la memoria u otras funciones. La afectación puede, además, uno o varios dominios. Así, el DCL suele ser clasificado en:
DCL amnésico de dominio único: afecta solo la memoria
DCL amnésico de dominio múltiple: afecta la memoria y otras funciones cognitivas
DCL no amnésico de dominio único: no afecta la memoria y del resto de las funciones solo una se ve afectada.
DCL no amnésico de dominio múltiple: no está afectada la memoria pero hay varias funciones dañadas.
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EL DCL EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON
El DCL puede darse en varias enfermedades como las afecciones vasculares o etapas tempranas del alzhéimer y es muy frecuente en la enfermedad de Parkinson, siendo un buen predictor de la futura instauración de una demencia. Ojo, no estamos diciendo que una persona con deterioro cognitivo leve va a desarrollar demencia, sino que su riesgo es mayor.
A continuación, comentaremos algunas de las afectaciones que suelen aparecer en las personas con DCL:
Disfunción ejecutiva
Las funciones ejecutivas son procesos que incluyen la resolución de problemas, planificación, iniciación y seguimiento del curso de una tarea, y la ejecución de varias tareas/ideas o proyectos simultáneamente. Las personas con párkinson pueden sentirse abrumadas o “bloqueadas” en situaciones que requieren una serie de elecciones estratégicas. Sin embargo, funcionan bien cuando alguien les ayuda a iniciar, organizar y continuar una tarea. En ausencia de este tipo de “apoyo intelectual”, resulta más eficaz para el paciente realizar una tarea a la vez.
Memoria
Dificultades para recordar información que ya ha sido aprendida es la dificultad más común y puede mejorarse por medio de “claves” para la memoria. Para que una persona con Parkinson aprenda eficazmente y retenga nueva información, puede ser necesaria la repetición.
Atención
Mantener la concentración de la atención se suele tornar difícil a medida que aumenta la complejidad de las tareas.
Lentitud en el procesamiento mental
La forman en que las personas procesan información también se verá afectada. Esta lentitud afecta la resolución de problemas, la recuperación de información y actividades cotidianas como conversar.
Alteraciones visuo-espaciales.
Las dificultades para percibir, procesar, discriminar y actuar de acuerdo con la información visual del entorno, afectan la vida cotidiana. Entre otras consecuencias aumenta el riesgo
TRATAMIENTO DEL DETERIORO COGNITIVO LEVE EN LA ENFERMEDAD DE PARKINSON.
No existe una “cura” para el DCL. Lo que sí existen son estrategias que pueden ayudar a que los déficits cognitivos tengan menos impacto en la vida cotidiana, por ejemplo, auxiliándose de alertas que recuerden el horario de la toma de medicamentos.
También existen terapias no farmacológicas que contribuyen a enlentecer el deterioro. Desde la estimulación cognitiva con tareas que desafían nuestro intelecto, hasta la práctica deportiva, son actividades que pueden ayudar a controlar el impacto y desarrollo del deterioro cognitivo.
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