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EPOC y enfisema: ¿cómo están relacionados?

Publicado el 13 jun. 2025 • Por Somya Pokharna

¿Sabías que el enfisema es en realidad un tipo de EPOC? Aunque muchas personas usan estos términos indistintamente, no son lo mismo. Entender cómo están conectados puede ayudarte a comprender mejor tus síntomas, las opciones de tratamiento y tu perspectiva de salud general.

Entonces, ¿qué significan estas condiciones? ¿En qué se diferencian y con qué frecuencia aparecen juntas?

Ya sea que estés gestionando un diagnóstico o apoyando a un ser querido, este artículo espera ayudarte a respirar con mayor tranquilidad.

EPOC y enfisema: ¿cómo están relacionados?

¿Qué es el EPOC y cómo se relaciona con el enfisema?

La enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) es una afección pulmonar progresiva caracterizada por problemas respiratorios a largo plazo y un flujo de aire deficiente. Es un término general que incluye varias enfermedades que dañan los pulmones y obstruyen las vías respiratorias, principalmente la bronquitis crónica y el enfisema.

El enfisema es uno de los dos tipos principales de EPOC y consiste en la destrucción de los alvéolos, los pequeños sacos de aire en los pulmones responsables del intercambio de oxígeno. En personas con enfisema, estos alvéolos se dañan y pierden elasticidad, lo que dificulta la exhalación completa y la entrada de aire nuevo.

Es importante tener en cuenta que todos los casos de enfisema se consideran EPOC, pero no todas las personas con EPOC tienen enfisema; pueden tener bronquitis crónica o una combinación de ambas.

Entender esta distinción ayuda a lograr un diagnóstico preciso y un tratamiento más adecuado.

¿Qué causa el EPOC y el enfisema?

Ambas afecciones comparten factores de riesgo similares, siendo el tabaquismo el más significativo. A continuación, se presenta una lista completa con causas adicionales que contribuyen a su desarrollo:

  1. Tabaquismo: La causa principal; la exposición prolongada provoca inflamación de las vías respiratorias y daño a los alvéolos.
  2. Humo de segunda mano: Inhalar el humo de otras personas también puede dañar los pulmones.
  3. Contaminación del aire: La exposición prolongada a contaminantes urbanos o industriales aumenta el riesgo.
  4. Riesgos laborales: El polvo, los humos o productos químicos en el lugar de trabajo pueden irritar los pulmones con el tiempo.
  5. Deficiencia de alfa-1 antitripsina: Una rara afección genética que provoca enfisema de aparición temprana, especialmente en personas no fumadoras.
  6. Exposición a biocombustibles: Común en entornos de bajos ingresos donde se utiliza leña o carbón para cocinar o calentar.
  7. Cigarrillos electrónicos y vapeo: Aún en estudio, pero vinculados a la irritación e inflamación de las vías respiratorias.

La mayoría de los pacientes con enfisema o EPOC presentan más de un factor contribuyente. Dejar de fumar y reducir las exposiciones ambientales puede reducir significativamente el riesgo y ralentizar la progresión de la enfermedad.

¿Cómo se superponen los síntomas del EPOC y el enfisema?

Dado que el enfisema es una forma de EPOC, los síntomas suelen coincidir. Ambas afecciones pueden manifestarse como:

  • Falta de aire (disnea), especialmente durante la actividad física
  • Tos crónica (con o sin mucosidad)
  • Sibilancias u opresión en el pecho
  • Fatiga y menor capacidad para hacer ejercici

Sin embargo, hay diferencias sutiles en el enfisema:

  • La dificultad respiratoria suele aparecer antes y empeorar gradualmente
  • Los pacientes pueden parecer delgados y respirar con los labios fruncidos (“sopladores rosados”)
  • La producción de mucosidad es menos común que en la bronquitis crónica

Los síntomas suelen desarrollarse lentamente a lo largo de los años, por lo que el diagnóstico temprano a menudo se pasa por alto. Con el tiempo, la disnea puede ocurrir incluso en reposo.

¿Qué ocurre dentro de los pulmones?

El daño estructural en el enfisema

El enfisema destruye las paredes entre los alvéolos, lo que da lugar a sacos de aire más grandes y menos eficientes. Esto reduce la superficie disponible para el intercambio gaseoso, disminuye los niveles de oxígeno en sangre, retiene aire viejo e incrementa los niveles de dióxido de carbono.

La inflamación más amplia del EPOC

En el EPOC en general, la inflamación crónica afecta tanto a los bronquios como a los alvéolos. Esto provoca estrechamiento de las vías respiratorias, exceso de producción de mucosidad (especialmente en la bronquitis crónica), obstrucción del flujo de aire e hiperinflación pulmonar.

El componente vascular

Investigaciones recientes muestran que el EPOC y el enfisema también afectan a los vasos sanguíneos pulmonares. El humo del tabaco puede dañar directamente las células endoteliales que recubren estos vasos. Este daño contribuye a la hipertensión pulmonar (presión arterial alta en los pulmones), lo que aumenta la carga de trabajo del lado derecho del corazón. Con el tiempo, esto puede derivar en cor pulmonale o insuficiencia cardíaca derecha.

Comprender esta conexión vascular ayuda a explicar por qué las personas con enfisema pueden experimentar fatiga, mareos e hinchazón en las piernas.

¿Cómo se diagnostican y monitorean el EPOC y el enfisema?

La prueba principal es la espirometría, que mide cuánto aire puedes exhalar y con qué rapidez. Un cociente FEV1/FVC inferior a 0,7 confirma la obstrucción del flujo aéreo, el sello distintivo del EPOC.

Otras herramientas de diagnóstico incluyen radiografías de tórax o tomografías (CT) para detectar hiperinflación o bullas, oximetría de pulso y gases arteriales para medir los niveles de oxígeno y dióxido de carbono, pruebas de alfa-1 antitripsina en pacientes jóvenes o no fumadores con enfisema, prueba de marcha de 6 minutos para evaluar la capacidad funcional y monitorear la progresión

Estas pruebas ayudan a los médicos a determinar la gravedad de la enfermedad y a orientar el tratamiento.

¿Qué tratamientos funcionan para ambas afecciones?

Aunque el EPOC y el enfisema no tienen cura, existen muchos tratamientos para controlar los síntomas, reducir las exacerbaciones y mejorar la calidad de vida. El tratamiento se adapta a la gravedad de los síntomas, el historial de crisis y la salud general del paciente.

Dejar de fumar

El paso más importante para ralentizar la progresión de ambas enfermedades. Abandonar el tabaco no solo previene más daño pulmonar, sino que puede mejorar la función pulmonar con el tiempo. Hay muchas herramientas disponibles: terapia de reemplazo de nicotina, medicamentos con receta y apoyo psicológico.

Broncodilatadores

Relajan los músculos alrededor de las vías respiratorias, facilitando la respiración. Los de acción corta como el salbutamol se usan en crisis, mientras que los de acción prolongada como el salmeterol o tiotropio se toman a diario.

Corticoides inhalados

En pacientes con exacerbaciones frecuentes, los corticoides inhalados pueden añadirse para reducir la inflamación. A menudo se combinan con broncodilatadores de acción prolongada.

Rehabilitación pulmonar

Incluye entrenamiento físico, técnicas respiratorias, educación y asesoramiento nutricional. Mejora la calidad de vida, reduce hospitalizaciones y ayuda a manejar mejor la disnea y el cansancio.

Vacunas

Prevenir infecciones respiratorias es clave. Se recomiendan la vacuna anual contra la gripe y la vacuna contra el neumococo.

Oxigenoterapia

En etapas avanzadas, si los niveles de oxígeno en sangre están constantemente bajos, se prescribe oxígeno suplementario. Algunos lo necesitan solo al hacer esfuerzo o dormir; otros, de forma continua.

Opciones quirúrgicas

En ciertos pacientes, especialmente con enfisema grave, se consideran intervenciones quirúrgicas. La cirugía de reducción de volumen pulmonar elimina las áreas dañadas para mejorar el funcionamiento del tejido sano. La bullectomía elimina grandes bolsas de aire no funcionales, y el trasplante pulmonar es una opción en casos terminales.


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