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Medicamentos contra la ansiedad: ¿Cuáles son las opciones y cómo utilizarlos de forma segura?

Publicado el 28 nov. 2025 • Por Somya Pokharna

La ansiedad puede sentirse como un zumbido constante de fondo: a veces manejable, a veces abrumador. Para muchas personas, la preocupación diaria, la inquietud o la tensión física pueden interferir en las relaciones, el sueño o el trabajo. Aunque la terapia y los cambios en el estilo de vida ayudan, algunas personas también se benefician de los medicamentos diseñados para calmar ese ruido. Estos medicamentos, llamados ansiolíticos, no eliminan la ansiedad, pero pueden facilitar su control.

En este artículo, explicaremos los diferentes tipos de ansiolíticos, cómo funcionan, sus efectos secundarios y riesgos (como la tolerancia o la dependencia) y cómo utilizarlos de forma segura.

Medicamentos contra la ansiedad: ¿Cuáles son las opciones y cómo utilizarlos de forma segura?

¿Qué son los medicamentos ansiolíticos (contra la ansiedad)?

Los ansiolíticos son medicamentos que se utilizan para reducir los síntomas de la ansiedad. Incluyen varias clases de fármacos y se recetan para controlar la preocupación excesiva, los ataques de pánico o la tensión física. Aunque no curan los trastornos de ansiedad, pueden ayudar a mejorar la calidad de vida cuando la terapia, los cambios en el estilo de vida u otros enfoques no son suficientes por sí solos. Es importante recordar que los medicamentos para la ansiedad son muy comunes. Decenas de millones de personas los utilizan en todo el mundo y, cuando se utilizan correctamente, pueden ser eficaces y seguros.

¿Cuáles son los principales tipos de medicamentos contra la ansiedad? ¿Cómo actúan para reducir la ansiedad?

Se utilizan varias clases principales de medicamentos para tratar la ansiedad. Cada clase funciona de manera diferente y se receta en situaciones específicas. Estos son los principales tipos de medicamentos ansiolíticos:

Benzodiazepinas

Las benzodiazepinas son tranquilizantes de acción rápida, que incluyen medicamentos como el diazepam y el lorazepam. Potencian el efecto de una sustancia química cerebral calmante (GABA), lo que proporciona un alivio rápido de los síntomas agudos de ansiedad o pánico.

Son muy eficaces a corto plazo, pero las personas pueden desarrollar tolerancia (lo que significa que la misma dosis se vuelve menos eficaz con el tiempo) y dependencia a estos fármacos. Debido a esos riesgos, las benzodiazepinas suelen recetarse solo para periodos cortos o para uso ocasional (por ejemplo, durante un episodio de ansiedad grave).

Los efectos secundarios comunes incluyen somnolencia, confusión y reflejos lentos.

Antidepresivos (ISRS y IRSN)

Muchos medicamentos antidepresivos también sirven como tratamientos de primera línea para los trastornos de ansiedad crónicos. Los más utilizados son los ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina, como la sertralina, el escitalopram y la paroxetina) y los IRSN (inhibidores de la recaptación de serotonina y norepinefrina, como la venlafaxina o la duloxetina).

Estos medicamentos se toman a diario y actúan ajustando gradualmente los niveles de neurotransmisores como la serotonina, lo que ayuda a mejorar el estado de ánimo y reducir la ansiedad. Por lo general, tardan unas semanas en empezar a aliviar la ansiedad, por lo que están pensados para el tratamiento a largo plazo y no para el alivio inmediato. Los ISRS/IRSN no son adictivos, por lo que son adecuados para su uso a largo plazo.

Sin embargo, pueden causar efectos secundarios, especialmente al principio, como náuseas leves, dolor de cabeza, insomnio o nerviosismo, que suelen mejorar a medida que el cuerpo se adapta. Los médicos suelen empezar con una dosis baja y la aumentan gradualmente para minimizar los efectos secundarios.

Buspirona

La buspirona es un medicamento ansiolítico que pertenece a una clase única (azapironas). Está específicamente aprobado para el trastorno de ansiedad generalizada y actúa sobre los receptores de serotonina (5-HT1A) en el cerebro.

La buspirona no es sedante (no provoca somnolencia como las benzodiazepinas) y tiene un riesgo mínimo de dependencia o abuso. La desventaja es que el efecto de la buspirona no es inmediato y, por lo general, se necesitan entre 3 y 4 semanas de uso diario para que sea totalmente eficaz. Se utiliza para el tratamiento a largo plazo de la ansiedad, a menudo en personas que no desean tomar sedantes.

Los efectos secundarios suelen ser leves; los más comunes pueden incluir mareos, dolores de cabeza o náuseas, pero tiende a ser bien tolerada.

Betabloqueantes

Los betabloqueantes adrenérgicos, como el propranolol o el atenolol, son medicamentos para el corazón que a veces se utilizan fuera de lo indicado para ayudar contra el rendimiento ansiosos o los síntomas físicos de la ansiedad. Bloquean los efectos de la adrenalina (la hormona de "lucha o huida"), lo que ayuda a estabilizar el ritmo cardíaco, reducir los temblores y aliviar síntomas como la sudoración y las palpitaciones. Los betabloqueantes no afectan tanto a la sensación psicológica de preocupación como a la respuesta del cuerpo al estrés.

Los médicos pueden recetar un betabloqueante para tomarlo en situaciones concretas, por ejemplo, antes de un evento público o una actuación social, para prevenir el aumento de los síntomas físicos relacionados con la ansiedad. Estos medicamentos no suelen ser adictivos.

Los posibles efectos secundarios incluyen presión arterial baja, ralentización del ritmo cardíaco, manos o pies fríos o fatiga. Los betabloqueantes no son adecuados para personas con determinadas afecciones cardíacas o asmáticas, por lo que un médico evaluará si son seguros para ti.

Otras opciones

Los antihistamínicos como la hidroxizina (Atarax) tienen propiedades sedantes y pueden utilizarse a corto plazo para aliviar la ansiedad, especialmente si alguien necesita un efecto calmante rápido o no puede tomar benzodiazepinas. La hidroxizina no crea hábito y, en ocasiones, se receta antes de acostarse para tratar el insomnio relacionado con la ansiedad.

Otro medicamento que a veces se utiliza para la ansiedad es la pregabalina, un fármaco anticonvulsivo. En algunos casos (por ejemplo, en Europa o el Reino Unido), la pregabalina se receta para el trastorno de ansiedad generalizada, ya que ha demostrado tener efectos ansiolíticos comparables a los de las benzodiazepinas sin los mismos riesgos de sedación o deterioro cognitivo.

Estos "otros" medicamentos suelen ser opciones de segunda línea o complementarias, que se utilizan cuando los tratamientos de primera línea (como los ISRS o la buspirona) no son suficientes o no son adecuados. Consulta siempre con tu médico qué opción es la más adecuada para tu situación específica.

¿Los medicamentos contra la ansiedad deben usarse a corto plazo o a largo plazo?

Algunos medicamentos contra la ansiedad están destinados solo para uso a corto plazo o según sea necesario, mientras que otros pueden tomarse a largo plazo como tratamiento de mantenimiento diario.

  • A corto plazo: las benzodiazepinas y los betabloqueantes pueden usarse brevemente u ocasionalmente para un alivio inmediato.
  • A largo plazo: los ISRS, los IRSN y la buspirona son más adecuados para un uso diario y prolongado. No crean hábito y pueden ayudar a prevenir las recaídas.

En la práctica, los médicos suelen utilizar un enfoque combinado: un medicamento de acción rápida a corto plazo (si se necesita un alivio inmediato) más un medicamento a más largo plazo para el tratamiento preventivo. Por ejemplo, una persona puede comenzar con un ISRS (que tarda unas semanas en hacer efecto) y utilizar una benzodiazepina según sea necesario solo durante esas semanas iniciales para aliviar los síntomas, y luego dejar de tomar la benzodiazepina. La clave es que el uso a corto plazo frente al uso a largo plazo se adapte al perfil específico del fármaco y a la situación del paciente; sigue siempre las indicaciones de tu médico sobre la duración del tratamiento con un medicamento determinado.

¿Cómo puedo usar los medicamentos contra la ansiedad de manera segura y eficaz?

Para obtener el máximo beneficio de los medicamentos ansiolíticos y minimizar los riesgos, ten en cuenta estas pautas de seguridad:

Sigue la prescripción médica

Toma el medicamento exactamente como te lo recetó el médico. No ajustes la dosis, la frecuencia ni el horario por tu cuenta. Tomar más de lo indicado no ayudará a que tu ansiedad desaparezca más rápido y podría aumentar los efectos secundarios o los peligros.

Del mismo modo, no dejes de tomarlos de forma repentina si llevas tiempo tomándolos. La interrupción brusca puede provocar un rebote de la ansiedad o síntomas de abstinencia (especialmente con las benzodiazepinas y ciertos antidepresivos).

Si crees que estás listo para dejar de tomarlos o si tienes problemas, habla con tu médico sobre cómo reducir la dosis de forma segura en lugar de dejarlos de golpe.

Comunícate con tu médico

La comunicación abierta es clave. Informa a tu médico sobre todos los demás medicamentos, medicamentos de venta libre o suplementos a base de hierbas que estés tomando, ya que los ansiolíticos pueden interactuar con muchas sustancias. Además, infórmale sobre cualquier otra afección médica que tengas (por ejemplo, asma, problemas hepáticos o renales, depresión, etc.) y si tienes antecedentes de consumo o dependencia de sustancias; esto ayudará al profesional sanitario a elegir el medicamento más seguro para ti.

Si experimentas efectos secundarios, no dudes en comunicárselos. Encontrar el medicamento y la dosis adecuados puede ser un proceso de prueba y error; se paciente y mantén un diálogo honesto con tu equipo de atención médica sobre lo que funciona y lo que no.

Evita el alcohol y los sedantes

No mezcles medicamentos contra la ansiedad con alcohol o drogas recreativas. El alcohol es un depresivo que puede aumentar peligrosamente la sedación cuando se combina con muchos ansiolíticos (especialmente benzodiazepinas, antihistamínicos y algunos antidepresivos). Esta combinación puede ralentizar la respiración y los reflejos, lo que te expone al riesgo de sufrir accidentes o incluso reacciones que pueden poner en peligro tu vida. Lo mejor es limitar o evitar por completo el consumo de alcohol mientras se toman medicamentos para la ansiedad, o al menos consultar con el médico qué nivel (si lo hay) es seguro.

Del mismo modo, ten cuidado con otros medicamentos sedantes (como los analgésicos opioides o los somníferos); combinarlos con ansiolíticos puede aumentar la somnolencia. Consulta siempre con tu médico o farmacéutico antes de utilizar cualquier medicamento nuevo (incluidos los somníferos de venta libre o los jarabes para la tos que puedan causar somnolencia) mientras tomas medicamentos para la ansiedad.

Ten cuidado con las actividades

Hasta que sepas cómo te afecta la medicación, ten cuidado con las actividades que requieren estar alerta. Como ya se ha mencionado, muchos ansiolíticos pueden provocar somnolencia o ralentizar el tiempo de reacción, especialmente durante los primeros días. Si te sientes aturdido o lento, evita conducir, manejar maquinaria o incluso realizar tareas arriesgadas como subir escaleras.

Una vez que hayas tomado la medicación durante un tiempo, es posible que esos efectos desaparezcan o sean controlables. En cualquier caso, prioriza la seguridad. Es mejor organizar un transporte o saltarse una actividad que ponerse en peligro (o poner en peligro a otros) por no estar 100% alerta.

In short, using anxiolytics safely means partnering with your doctor and using common sense: take medications as directed, avoid dangerous combinations, monitor how you feel, and keep your healthcare team informed. With these steps, you’ll maximize the benefits of the medication while reducing the likelihood of problems.

Planifica los cambios en tu vida

Ciertos acontecimientos vitales, como el embarazo, intentar concebir o cambios significativos en el nivel de estrés, pueden afectar a tu estrategia de medicación. Si tienes previsto quedarte embarazada, por ejemplo, habla con tu médico antes de concebir, ya que algunos medicamentos para la ansiedad (como las benzodiazepinas o ciertos antidepresivos) pueden no ser recomendables durante el embarazo. El especialista médico puede ayudarte a sopesar los riesgos y beneficios y, si es necesario, cambiarte a una alternativa más segura. Del mismo modo, si sabes que se avecina un periodo de mucho estrés (nuevo trabajo, viaje, etc.), comunícaselo a tu médico; a veces, el plan de medicación se puede ajustar de forma proactiva.

En resumen, utilizar ansiolíticos de forma segura significa colaborar con tu médico y aplicar el sentido común: toma los medicamentos según las indicaciones, evita combinaciones peligrosas, controla cómo te sientes y mantén informado al equipo sanitario. Con estas medidas, maximizarás los beneficios de la medicación y reducirás la probabilidad de que surjan problemas.

¡A guardar en la memoria!  

  • Los ansiolíticos reducen los síntomas y mejoran la calidad de vida.
  • Las benzodiazepinas actúan rápidamente, pero son más adecuadas para un uso a corto plazo.
  • Los ISRS, los IRSN y la buspirona son más adecuados para el tratamiento a largo plazo.
  • La mayoría de los efectos secundarios son leves y temporales.
  • El uso seguro incluye controles periódicos y evitar el consumo de alcohol.


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