Melanoma: ¿cómo saber si un lunar es peligroso?

El adulto tiene un promedio de unos 20 lunares en el cuerpo. Las partes del cuerpo que están más expuestas al sol tienden a tener más. A menudo son la espalda para los hombres y las piernas para las mujeres.
Aunque los lunares son inofensivos, pueden cambiar a lo largo de la vida. Por lo tanto, es esencial vigilarlos regularmente.

¿Por qué los lunares pueden volverse tan peligrosos?

Los cánceres de piel son los más frecuentes en España, con casi 80.000 nuevos casos por año, incluyendo unos de 4.000 melanomas.
Según la Asociación Española Contra el Cáncer, los cánceres de piel son los que más han aumentado en los últimos cincuenta años. Se estima que hay más de un 10% de nuevos casos cada año y que esta progresión es mayor entre los hombres.
Esta evolución se explica por los hábitos de exposición al sol que van en aumento. El melanoma, si se trata tarde, no tiene cura. Por ello, las medidas de protección solar y la detección temprana son las únicas acciones que pueden reducir la incidencia del cáncer de piel.

Color, tamaño, forma: ¿cuáles son las señales de advertencia?

Según Emmanuel Ricard, delegado de prevención y promoción de la detección en la Liga contre el Cáncer en Francia, un lunar que se altera, se expande o cambia de color, se vuelve más grueso o está un poco despellejado necesita ser revisado rápidamente.
Además, si se tienen más de 30 lunares, o ya te han quitado uno, es aconsejable ver a un dermatólogo una vez al año.

¿Cómo distinguir un lunar de un melanoma inicial?

En el 80% de los casos, el melanoma se asemeja a un lunar al principio de su evolución. Por lo tanto, es complicado diferenciar un melanoma inicial de un nevo reciente. En sólo el 20% de los casos, el melanoma proviene de la transformación maligna de un lunar existente.

¿Hay personas que corren más riesgo?

Algunas personas corren un mayor riesgo de desarrollar cáncer de piel a causa de un nevo. Esto puede estar relacionado con factores genéticos (piel, ojos y cabello muy claros, o algún antecedente familiar de melanoma u otros cánceres de piel). Pero también los factores ambientales pueden desempeñar un papel importante (muchas quemaduras de sol en la infancia o una tendencia a exponerse demasiado a menudo al sol).

¿Cómo detectar un lunar uno mismo?

Para poder controlar los lunares por sí mismo/a, es necesario que ciertas características llamen la atención. Esto puede ser recordado gracias a la regla ABCDE:

A: para Asimetría. Si se dibuja una línea en el medio del lunar, las dos partes no son similares.

B: para Bordes Irregulares. Los bordes y los contornos no son netos.

C: para Colores no homogéneos. El lunar tiene varios colores (marrón claro, marrón oscuro, rosa).

D: para Diámetro. El diámetro no debe exceder los 6 milímetros.

E: para Evolución. Si ves un cambio de lunar, no es una buena señal.

Créditos imagen : Aspciación Española Contra el Cáncer

La biopsia: ¡la prueba clave para el diagnóstico!

Los melanomas iniciales pueden ser difíciles de diferenciar de un nevo atípico (lunar parecido al melanoma). Si tu dermatólogo tiene alguna duda, te quitará el lunar quirúrgicamente de inmediato y lo hará analizar. La biopsia también se llama "extracción diagnóstica". El objetivo de la operación es extirpar el supuesto tumor, pero también, después de examinarlo, hacer un diagnóstico. Esta operación se realiza bajo anestesia local. El fragmento de piel así extraído se envía al anatomopatólogo (médico que analiza las muestras de tejido) para su análisis microscópico. La observación de esta muestra confirmará o no la naturaleza maligna de la lesión y permitirá hacer o no el diagnóstico de cáncer.
Hay que tener cuidado, cualquier destrucción de un lunar, sea o no sospechosa, por ejemplo con láser, debe ser proscrita porque no se puede hacer ningún análisis después.

¿Cómo eliminar un melanoma?

La amplia escisión de un melanoma se realiza localmente bajo anestesia local. Esta operación permite extirpar y curar (la mayoría de las veces) la lesión si se detecta a tiempo. Esta operación es indolora y no dura más de unos pocos minutos.

Luego se requieren exámenes complementarios, como radiografías o ecografías, para buscar otras posibles lesiones. Estos exámenes permiten determinar la extensión del melanoma a otras partes del cuerpo. En base a estos resultados, el médico decide si es necesario un tratamiento adicional: extirpación de un segundo melanoma, inmunoterapia, quimioterapia...

Entonces será necesario un seguimiento regular por un dermatólogo.

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