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¿Qué medicamentos causan efectos musculares no deseados?

Publicado el 2 ago. 2021 • Por Maëva Gourdon

En general, el dolor muscular no es una urgencia médica propiamente dicha, pero cuando el dolor es demasiado intenso, puede convertirse en un verdadero obstáculo en la vida del paciente. Es importante conocer la causa de estos dolores.

Rara vez se sospecha de ellos, pero algunos fármacos pueden tener efectos no deseados en los músculos. Pueden provocar calambres, fatiga muscular o incluso tendinitis. Lo más importante es identificarlos para ponerles remedio, o incluso anticiparse a estos dolores. Pero cuidado, no se trata de todas las clases terapéuticas. 

¿De qué medicamentos hay que desconfiar?

¡Te lo contamos todo en nuestro artículo! 

¿Qué medicamentos causan efectos musculares no deseados?

El dolor muscular puede clasificarse en 3 clases según su intensidad

  • Leve: sensación de rigidez durante el movimiento, dolor moderado que desaparece en pocos días.
  • Moderado: dolor moderado, el músculo está más afectado. Los síntomas persisten de 1 a 3 semanas.
  • Grave: el músculo está gravemente afectado, con posibles hemorragias internas y una gran inflamación que se manifiesta como hinchazón y/o enrojecimiento. Esto es una emergencia médica.

Los medicamentos que pueden requerir una atención especial

Las clases más implicadas:

  • Los antibióticos de la familia de las quinolonas (como Norfloxacino® y otros pequeños nombres terminados en -xacino): el riesgo de tendinopatía es bien conocido con las fluoroquinolonas, especialmente en los ancianos. A veces es necesario prescribir otra clase de antibióticos, sobre todo en los deportistas. Cuando se interrumpe la terapia antibiótica, los efectos desaparecen más o menos rápidamente.
  • Ciertos fármacos destinados a combatir el exceso de colesterol (como las estatinas: Atorvastatina®, Simvastatina®...): esta es la clase más afectada, aproximadamente del 10% al 25% de los pacientes desarrollarán efectos musculares, en relación con el cumplimiento de la medicación. Por lo tanto, es muy importante tomar el tratamiento correctamente. El efecto secundario más común son los calambres musculares, pero también pueden aparecer debilidad muscular, dolor o sensibilidad inexplicable. Puede localizarse en cualquier parte, también en los brazos o los muslos. 
  • Los fármacos diuréticos utilizados en el tratamiento de la hipertensión (como la Furosemida® o la Hidroclorotiazida®) pueden provocar calambres porque favorecen la eliminación de calcio en la orina, necesario para el buen funcionamiento de los músculos. Este sigue siendo un efecto secundario poco frecuente. Algunos diuréticos también son responsables de la disminución del potasio en la sangre.
  • Los fármacos antiarrítmicos, utilizados para los problemas cardíacos (como la Amiodarona®) pueden provocar temblores o debilidad muscular.
  • Los glucocorticoides, que se utilizan como fármacos antiinflamatorios, antialérgicos o inmunosupresores, pueden provocar desgaste muscular o rotura de tendones. El efecto depende de la dosis utilizada y de la duración de la administración.
  • Los somníferos y los ansiolíticos (tranquilizantes) de la familia de las benzodiacepinas pueden ser responsables de una disminución del tono muscular y, por tanto, causar debilidad muscular.

Las clases implicadas con menos frecuencia:

  • Los medicamentos que previenen y tratan la malaria, especialmente la cloroquina.
  • Ciertos tratamientos contra el cáncer (Genoxal®) pueden causar atrofia muscular.
  • Ciertos tratamientos para el VIH/SIDA (Zidovudina®) pueden causar fatiga, debilidad muscular o atrofia. Sin embargo, se trata de un efecto secundario poco frecuente. 

¿Cómo aliviar estes dolores musculares?

En primer lugar, es importante confirmar con tu médico la causa de tu dolor. 

Existen tratamientos sin receta para ayudarte. Puede tratarse de una crema antiinflamatoria local aplicada directamente en la zona afectada, o de antiinflamatorios orales como el ibuprofeno o la aspirina. Pero, sobre todo, es fundamental mantenerse bien hidratado durante todo el día para oxigenar las fibras musculares.

Si el dolor se vuelve demasiado intenso o se produce al inicio de un tratamiento, es importante consultar al médico. 


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¡Cuidate!


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avatar Maëva Gourdon

Autor: Maëva Gourdon, Estudiante de Farmacia, Redactora de Salud

Maëva es estudiante de 5º curso de farmacia en la Universidad de Poitiers y realiza prácticas en el equipo de Data Science. Le gustaría seguir estudiando un máster en estrategia y gestión.

Una de sus misiones... >> Saber más

3 comentarios


Ignacioddeu
el 7/8/21

Interesante, gracias.

Efectivamente yo tuve, tengo problemas, calambres y contracturas, con Budesonida, mucho con Daxas/Roflumilast, que son medicamentos antiinflamatorios para la EPOC.

Lo del antibiótico Levofloxacino no sabía. Y la solución con aspirina tampoco, aunque en crónicos parece más complicado aplicarlo.


RobertoDìaz
el 7/8/21

Muy interesante gracias, yo tomo Sinvastatina y diazepan, pero imposible dejarlas.

Además... Mi neurólogo me dijo bien clarito que todos los fármacos para el colesterol me aumentarían los calambres.

También tomo una pastilla para la tensión que también es muy posible que me de más calambres. 


Catalina
el 7/9/24

 Hola!

Mi madre ha sufrido varios ictus y como medida preventiva toma Atorvastatina, por lo tanto, no puede interrumpir el tratamiento. Lo que hacemos es darle una infusión de harpagofito y uña de gato que suele dar buenos resultados.

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