Mal de los transportes: ¿por qué y cómo tratarlo?
Publicado el 28 ago. 2022 • Por Candice Salomé
El mal de los transportes se caracteriza por síntomas como náuseas, mareos, etc., y se produce durante los viajes en coche, barco o incluso avión.
El mal de los transportes es totalmente benigno pero muy desagradable para todos los que lo sufren.
¿Qué causa el mal de los transportes? ¿Por qué algunas personas lo sufren y otras no? ¿Cómo protegerse?
¡Te lo contamos todo en nuestro artículo!
¿Qué es el mal de los transportes?
El mal de los transportes, también conocido como cinetosis, mal del viajero o mareo por movimiento, suele acompañar a un viaje por mar (mal de mar), avión (mal de aire), automóvil o tren. Se trata de un problema común y mayoritariamente benigno.
Este trastorno se debe a una respuesta inadecuada del cerebro. ¿La causa? Una oposición entre la información proporcionada por los ojos y la proporcionada por el vestíbulo, que es el órgano del equilibrio situado en el oído interno.
En efecto, los ojos perciben un movimiento (las curvas que hace un coche) mientras que el vestíbulo registra una impresión opuesta a la comunicada por la vista (el cuerpo no se mueve).
Así, el vestíbulo no puede dar al cerebro información precisa sobre la posición del cuerpo. Este fenómeno impide que el cuerpo se adapte al movimiento como lo hace normalmente al viajar.
El mareo da lugar a diversos síntomas, cuya intensidad varía de una persona a otra.
Los primeros síntomas que se sienten son:
- Una sensación de malestar en la parte superior del abdomen,
- Náuseas y sensación de "malestar estomacal",
- En los niños pequeños: disgusto con la comida, llanto, inquietud y/o bostezos.
A continuación, pueden aparecer otros síntomas:
- Hipersalivación,
- Vómitos,
- Palidez y sudores fríos,
- Dolores de cabeza,
- Mareos,
- Respiración acelerada,
- o fatiga repentina.
Estos síntomas suelen desaparecer cuando el vehículo se para o unos minutos después de bajarse. También disminuye con los viajes repetidos o después de varios días de desplazamiento prolongado (por ejemplo, en un crucero).
Algunas personas son más propensas al mal de los transportes. Es más frecuente en mujeres y niños de 2 a 12 años, pero también en personas propensas a las migrañas o con laberintitis (trastorno del oído interno). Las mujeres embarazadas o que utilizan anticonceptivos hormonales también se ven más afectadas por el mareo.
Además, la ansiedad, el miedo o la mala ventilación aumentan la probabilidad del mal de los transportes. Algunos factores genéticos también pueden aumentar la susceptibilidad al mal de los transportes.
Las personas que ya han sufrido un episodio de mal de los transportes suelen ser aprensivas ante futuros viajes y es probable que experimenten síntomas más graves en el siguiente. Esto puede ocurrir incluso antes del viaje en previsión del mismo.
¿Cómo prevenir el mal de los transportes?
Existen ciertas medidas sencillas que se pueden tomar para evitar el mal de los transportes, o al menos para limitar su aparición:
- Es aconsejable evitar las comidas copiosas antes de un viaje, pero no hay que salir con el estómago vacío. Puedes optar por alimentos sólidos en lugar de líquidos.
- Es fundamental evitar el alcohol, el tabaco y el café antes y durante el viaje.
- En el coche, siéntate en el asiento delantero junto al conductor o en el centro del asiento trasero y mira hacia delante.
- Intenta mantener la cabeza erguida y evita los movimientos bruscos durante todo el trayecto.
- En el barco o el tren, siéntate en el sentido de la marcha.
- En el barco o el avión, elige un asiento en el centro del aparato. Esto se debe a que hay menos movimiento.
- Evita leer, escribir o hacer cualquier cosa que requiera tu atención visual.
¿Cuáles son los tratamientos contra el mal de los transportes?
Los medicamentos contra las náuseas
Los medicamentos contra las náuseas son los más eficaces contra el mal de los transportes. Este es el caso de los antihistamínicos sedantes (conocidos como de primera generación) como el dimenhidrinato, la difenhidramina o la meclozina. Deben tomarse 2 horas antes de la salida. Su duración de acción es bastante larga (unas 6 horas). Esto es una ventaja, pero también una desventaja, ya que no se debe conducir durante este tiempo. Hay que tener cuidado al tomar estos tratamientos porque, si se usan de forma incorrecta, pueden causar problemas neurológicos o cardíacos.
Además, la escopolamina, que se puede encontrar en forma de parche que se aplica detrás de la oreja 4 horas antes del viaje, también es eficaz. Tiene una duración de 72 horas. La escopolamina debe utilizarse con precaución en los ancianos. Puede interactuar con el alcohol y ciertos fármacos, en particular los que tienen propiedades anticolinérgicas (una sustancia que se opone a la acción de la acetilcolina, una molécula que actúa como mediador químico y permite la comunicación entre dos neuronas). En las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia es necesario el consejo médico antes de cualquier administración de escopolamina.
La metopimazina también puede ser una buena opción. Es una pastilla para chupar que actúa rápidamente y evita los vómitos. Sin embargo, no evita los demás síntomas del mareo.
Los aceites esenciales
Los aceites esenciales de menta y limón tienen una acción tónica y refrescante y alivian los trastornos digestivos. Se pueden encontrar en determinados aerosoles bucales o en mezclas de aceites esenciales para ser inhalados. Proporcionan una sensación inmediata de bienestar que calma las náuseas. También se pueden utilizar puras por vía oral (no para niños menores de 7 años): se recomienda poner de 1 a 2 gotas en un terrón de azúcar.
Las pulseras contra las náuseas
Estos brazaletes tienen como objetivo estimular puntos de acupuntura específicos. Su eficacia no ha sido demostrada, pero tienen la ventaja de ser completamente inofensivos y algunas personas los encuentran útiles.
Y tú, ¿cuáles son tus remedios contra el mal de los transportes?
¡Cuidate!