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Trauma emocional: ¿cómo recuperarse y hacerse más resistente?

Publicado el 25 sept. 2023 • Por Somya Pokharna

Los traumas emocionales pueden tener su origen en un único momento angustioso o acumularse lentamente a lo largo de la vida. A veces puede apoderarse de la mente, dejando a la persona atormentada por los recuerdos, luchando contra la ansiedad o sintiéndose desconectada del mundo.

Afortunadamente, la recuperación es posible, y el primer paso es comprender el impacto del trauma y reconocer las señales.

¿Qué causa el trauma emocional y cómo se manifiesta? ¿Cómo podemos empezar a curarnos y a aumentar nuestra resiliencia?

¡Veámoslo más de cerca en este artículo!

Trauma emocional: ¿cómo recuperarse y hacerse más resistente?

¿Qué es un trauma emocional?

El trauma emocional puede ser el resultado de cualquier acontecimiento vital que ponga en peligro la seguridad de una persona o de quienes la rodean, dejando al individuo sintiéndose abrumado, indefenso y vulnerable. Puede causar un malestar emocional, psicológico y físico significativo y persistente que interrumpe temporalmente el funcionamiento normal de la vida cotidiana. Los individuos pueden experimentar no sólo emociones, recuerdos y ansiedad, sino también una sensación de entumecimiento emocional, desconexión y dificultad para confiar en los demás.

El factor decisivo es la experiencia emocional del suceso, aunque no haya provocado daños físicos. Cuanto más asustada está una persona, mayor es el riesgo de trauma.

¿Cuáles son las causas de los traumas emocionales?

El trauma no conoce fronteras de edad, sexo, origen socioeconómico, raza, etnia u orientación sexual. Es una experiencia común a todos estos grupos demográficos, y es especialmente frecuente en la vida de las personas con problemas de salud mental y trastornos por consumo de sustancias.

Un acontecimiento traumático también puede adoptar muchas formas. Puede ser un incidente aislado, como:

  • Experimentar una tragedia o pérdida personal repentina e inesperada, como la muerte de un ser querido,
  • Experimentar un acontecimiento humillante o profundamente desestabilizador,
  • Afrontar una enfermedad crónica o terminal,
  • Ser testigo o víctima de un accidente o catástrofe natural,
  • Ser víctima de un delito o acto de violencia,
  • Sobrevivir a una agresión física o sexual.

En algunos casos, la exposición repetida a imágenes perturbadoras, noticias o publicaciones en las redes sociales relacionadas con sucesos traumáticos puede provocar estrés traumático secundario.

Las personas son más propensas a sufrir traumas si se encuentran sometidas a un estrés importante o tienen antecedentes traumáticos, en particular los que se produjeron a una edad temprana y alteraron su sensación de seguridad en la infancia, como por ejemplo:

  • Haber crecido en un entorno inestable o peligroso,
  • Separación o abandono de un progenitor o cuidador,
  • Negligencia o falta de cuidados esenciales,
  • Haber tenido que hacer frente a una enfermedad grave que afecte al niño o a un familiar cercano,
  • Haber sido sometido a procedimientos médicos invasivos,
  • Haber sido objeto de abusos sexuales, físicos o verbales,
  • Haber sido testigo o víctima de violencia doméstica.


Las consecuencias de los traumas infantiles pueden ser profundas y duraderas. Si no se resuelven, los sentimientos de miedo, ansiedad e impotencia pueden persistir en la edad adulta, predisponiendo potencialmente a nuevos traumas.

¿Cómo reconocer un trauma emocional?

Los traumas emocionales y psicológicos pueden manifestarse a través de diversos signos y síntomas. Hay una serie de indicadores mentales, físicos y de comportamiento que pueden ayudar a las personas a reconocer si ellas mismas o alguien que conocen está sufriendo un trauma.

Las reacciones mentales y emocionales al trauma pueden ser las siguientes:

  • Dificultad para concentrarse y recordar cosas,
  • Pensamientos intrusivos recurrentes sobre el suceso traumático,
  • Repetición constante de aspectos del suceso en la mente,
  • Sentirse confuso, desconectado o desorientado,
  • Sentir miedo intenso, ansiedad y pánico,
  • Estar en estado de shock y tener dificultades para aceptar la realidad de lo ocurrido,
  • Volverse emocionalmente insensible y distante,
  • Evitar las relaciones sociales con los demás y aislarse de los seres queridos,
  • Estar en un constante estado de alarma y sentirse en constante peligro,
  • Volverse depresivo, evitativo, culpable, hipersensible y retraído.


A nivel físico, una persona traumatizada puede presentar los siguientes síntomas:

  • Agotamiento o cansancio constantes,
  • Dificultad para conciliar el sueño o sueño alterado acompañado de pesadillas,
  • Dolores de cabeza, mareos y náuseas,
  • Sudoración excesiva,
  • Aumento del ritmo cardíaco,
  • Cambios en el apetito (comer mucho más o mucho menos),
  • Dependencia de sustancias como alcohol, drogas y/o café.

¿Cómo podemos afrontar los traumas y favorecer la resiliencia?

Afrontar el trauma y desarrollar la resiliencia puede ser difícil, pero es un proceso esencial para volver a una vida normal. He aquí algunos pasos y estrategias para recorrer este camino:

Pedir ayuda profesional

Se recomienda encarecidamente acudir a un profesional de la salud mental, como un traumatólogo, un psiquiatra o un programa centrado en el trauma. Terapias como la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la desensibilización y reprocesamiento por movimientos oculares (EMDR) pueden ser muy eficaces para tratar el trauma.

Crear una red de apoyo

Puede ser terapéutico ponerse en contacto con amigos y familiares que puedan ofrecer apoyo emocional y compartir experiencias y sentimientos con personas de confianza.

Unirse a grupos de apoyo

Los grupos de apoyo, ya sean presenciales o en línea, proporcionan un espacio seguro para conectar con otras personas que han sufrido traumas similares. Ofrecen validación, comprensión y estrategias de afrontamiento.

Cuidados personales

Las actividades regulares de autoayuda, como el ejercicio, la meditación, la respiración profunda y las técnicas de relajación, pueden ayudar a regular las emociones y reducir el estrés. Las prácticas de conciencia plena pueden ayudar a mantenerse anclado en el momento presente y reducir la ansiedad.

Adoptar un estilo de vida saludable

Es esencial mantener una dieta equilibrada, dormir lo suficiente y evitar el consumo excesivo de alcohol o sustancias. Estos factores pueden tener un impacto significativo en su bienestar mental y emocional.

Limitar la exposición a desencadenantes

Puede ser útil evitar o limitar la exposición a desencadenantes que recuerden a la persona el suceso traumático. Puede tratarse de noticias, ciertos lugares o personas asociados con el trauma.

Llevar un diario

Llevar un diario puede ser una herramienta valiosa para procesar pensamientos y sentimientos, reflexionar sobre uno mismo y seguir los progresos.

Buscar ayuda profesional para los síntomas físicos

A veces es necesario consultar a un profesional sanitario para tratar los síntomas físicos del trauma, como el dolor crónico.

La superación de un trauma lleva tiempo. Por eso es importante ser paciente con uno mismo y reconocer que se puede avanzar a pequeños pasos, y que es normal sentirse a veces enfadado, triste y asustado.

¡Recuerda!

El trauma emocional es una experiencia profunda que puede afectar a personas de toda condición y repercutir en su bienestar mental, emocional y físico. Sus orígenes pueden ser diversos, desde un único incidente impactante hasta una exposición prolongada a circunstancias angustiosas.

Reconocer el trauma es el primer paso hacia la recuperación, ya que se manifiesta a través de síntomas cognitivos, emocionales y físicos. Para afrontar el trauma y fomentar la resiliencia, es necesario buscar ayuda profesional, crear una red de apoyo y unirse a grupos de autoayuda. Cuidarse, mantener un estilo de vida sano y limitar la exposición a los desencadenantes son también elementos esenciales de la recuperación.

La curación es un proceso gradual que requiere paciencia y compasión. Adoptando estas estrategias, las personas pueden recuperar la sensación de control, reconstruir sus vidas y avanzar con fuerza y resiliencia.


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4 comentarios


Lunamsanz • Miembro Embajador
el 26/9/23

Y como se sale cuando uno ya piensa que todo le va a pasar a él? De pequeña me convertí en madre de mi madre, acabe dando más atenciones de las que recibía, también parecía la madre de mi hermano mayor..... después me metí en un círculo vicioso de maltrato, cuando salí de ahí seguía recibiendo maltrato psicológico por parte de mi hermano y mi padre.....se me desencadenó la fibromialgia¿Como no? Dolor crónico para el resto de mi vida y cuando creía que la cosa no puede ir a peor pierdo a mi madre , se muere y encima soy yo la que me la encuentro tirada en el suelo muerta. Jolín qué más me tiene que pasar? No quiero más desgracias estoy cansada


Marías • Miembro Embajador
el 26/9/23

Yo también tuve un trauma en el año 2002, para mi, me sentía como si yo misma viera pasar la vida como espectadora, igual que cuando te sientas en el cine a ver una película,no sé si me he explicado bien pero por entonces paso una muerte no esperada de un familiar que nos cambió la vida a todos ahora cuando miro para atrás sé que fue mi historia mi pasado y no se puede cambiar solo aprender y seguir no nos queda otra cosa que hacer.


Carlos60
el 28/9/23

Gracias. Feliz dia.

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