La adicción a los videojuegos reconocida como una enfermedad por la OMS

La adicción a los videojuegos fue reconocida formalmente el lunes como una enfermedad por la Organización Mundial de la Salud, de la misma manera que la cocaína o el juego, nos enteramos gracias a la misma institución internacional.

El "trastorno por videojuegos" ha incorporado la undécima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIM, en inglés ICD), la primera actualización mundial de esta nomenclatura desde principios de los años noventa. "Después de consultar a expertos en todo el mundo y haber revisado la literatura de una manera exhaustiva, decidimos que este trastorno debería agregarse", dijo el director del Departamento de Salud Mental y Adicción de la OMS, Shekhar Saxena.

Una pequeña minoría afectada

La OMS ya habia publicado una definición de este trastorno en enero, anunciando este reconocimiento como una enfermedad. Según ella, este trastorno es "un comportamiento relacionado con la práctica de los videojuegos o juegos digitales, que se caracteriza por una pérdida de control sobre el juego, una mayor prioridad dada al juego, hasta el punto de que tiene prioridad sobre otras áreas de interés y actividades diarias, y la continuación o aumento de la práctica del juego a pesar de las repercusiones perjudiciales".

Para establecer el diagnóstico, este comportamiento extremo debe tener consecuencias sobre "actividades personales, familiares, sociales, educativas, profesionales", y "en principio, manifestarse claramente durante un período de al menos 12 meses". "La persona juega tanto que se descuidan otros intereses y actividades, incluidos el sueño y las comidas", dijo Saxena.

Se han descrito numerosos casos de jugadores compulsivos que no pueden separarse de su ordenador, dispositivo móvil o consola de juegos, hasta el punto de abandonar toda vida social y poner en peligro su salud, mental y/o física. Alrededor de 2,5 mil millones de personas en todo el mundo hoy juegan videojuegos. Pero el trastorno afecta solo a una "pequeña minoría", dijo el jefe de la OMS, recordando que "no decimos que cualquier hábito de jugar videojuegos sea patológico".