La aparición de los primeros síntomas se sitúa a nivel de las manos, las muñecas, las rodillas y las articulaciones de los pies, con dolores inflamatorios. Estos dolores se experimentan incluso estando en reposo y pueden afectar al cuello, la mandíbula y los codos. A largo plazo, en algunos pacientes, se puede observar la deformación de los dedos.
Los dolores experimentados durante la noche se pueden prolongar durante la mañana. El enfermo tiene sensación de rigidez, y esta sensación de «rigidez articular matinal» puede prolongarse durante varias horas. El paciente también puede experimentar fatiga y fiebre.
Otras manifestaciones de la artritis reumatoide
En algunos casos aparecen nódulos reumatoides (protuberancias en las articulaciones) bajo la piel, a nivel de las articulaciones de los codos y de los dedos.
Otras manifestaciones, a veces más severas pero también menos frecuentes, pueden afectar a los ojos, pulmones, vasos sanguíneos, nervios y corazón.
Todos los reumatólogos coinciden en la importancia de realizar un cribaje en cuanto aparecen los primeros síntomas para establecer un diagnóstico precoz. Si la enfermedad se diagnostica suficientemente pronto, los tratamientos, aunque no la curen, permitirán controlar su evolución e incluso, en el mejor de los casos, estabilizar la enfermedad.
Dada la complejidad de las formas en que se presenta esta enfermedad, su diagnóstico puede ser difícil de determinar. En efecto, existen formas benignas que no conllevarán prácticamente ninguna consecuencia para el paciente. Algunas personas no sufren ninguna molestia especial, ni deformaciones articulares, y pueden llevar una vida completamente normal.
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Última actualización: 10/5/17