Debido al estrechamiento de las arterias, el aporte de sangre y oxígeno al corazón puede ser insuficiente, en cuyo caso aparece un dolor torácico denominado «angina de pecho». La angina de pecho puede ser estable, de modo que el dolor presenta las mismas características a lo largo del tiempo (condiciones que la provocan, umbral de aparición, intensidad, duración del dolor, etc.): la insuficiencia coronaria es crónica.
Si una o varias arterias coronarias están completamente obstruidas, se produce una crisis cardíaca denominada «infarto de miocardio» o un «síndrome coronario agudo». El sujeto puede experimentar entonces diferentes síntomas:
- dolor, molestia u opresión en el pecho, precipitado por un esfuerzo físico o una emoción fuerte;
- dolor en el centro del pecho, algunas veces en el lado derecho, que en ocasiones se extiende hacia el omóplato, brazo izquierdo, cuello, garganta o mandíbula;
- náuseas y vómitos;
- dificultad para respirar;
- sudores fríos y piel pegajosa.
El paro cardíaco provoca un gran malestar y el colapso de la persona. Es posible salvar al paciente mediante la administración inmediata de primeros auxilios; la supervivencia es tanto más probable cuanto más rápidamente se proporcione esta asistencia médica urgente.
La cardiopatía isquémica puede ser silenciosa
En algunos casos, la cardiopatía isquémica de naturaleza coronaria puede ser silenciosa. Suele aparecer en personas de edad avanzada, pacientes con algún trastorno psiquiátrico y personas diabéticas que no refieren dolor. Los daños se producen sin que el paciente se dé cuenta.
Última actualización: 16/2/19