Artrosis y desigualdades sociales: ¿por qué algunas personas sufren más?
Publicado el 17 sept. 2025 • Por Candice Salomé
La artrosis es mucho más que una simple enfermedad de las articulaciones relacionada con la edad. Afecta a millones de personas, pero no a todas por igual. Dependiendo de las condiciones de vida, la profesión, el sexo o incluso el nivel de ingresos, algunas poblaciones sufren más y antes que otras.
Este artículo explora los vínculos entre la artrosis y las desigualdades sociales, revela los factores que agravan la enfermedad y propone pistas para prevenir y tratar mejor la artrosis, sea cual sea su perfil.

¿Qué es la artrosis?
La artrosis es una enfermedad articular crónica que se caracteriza por el deterioro progresivo del cartílago que recubre los extremos óseos. Este desgaste provoca dolor, rigidez y, en ocasiones, una disminución de la movilidad de las articulaciones afectadas. La artrosis puede afectar a cualquier articulación, pero se observa con mayor frecuencia en las rodillas, las caderas, las manos y la columna vertebral. Afecta a millones de personas en todo el mundo y es una de las principales causas de discapacidad motora en adultos. Aunque la artrosis se asocia frecuentemente con el envejecimiento, también puede aparecer antes, especialmente en personas con antecedentes de traumatismos articulares o factores de riesgo específicos.
Los síntomas más frecuentes de la artrosis
Los síntomas de la artrosis pueden variar en intensidad y evolucionar progresivamente. El dolor articular es el signo más común y suele aparecer al realizar movimientos o después de una actividad física prolongada. La rigidez también es frecuente, especialmente al despertarse o después de un periodo de inactividad. Algunos pacientes notan crujidos o sensaciones de roce en la articulación. Con el tiempo, la artrosis puede provocar pérdida de movilidad, deformaciones articulares y una reducción significativa de la calidad de vida, lo que afecta a la vida cotidiana, el trabajo y el ocio.
Las causas de la artrosis y sus factores de riesgo conocidos
La artrosis es el resultado de una combinación de factores biológicos, mecánicos y ambientales. La edad es el principal factor de riesgo, pero el sexo también influye, ya que las mujeres se ven más afectadas después de la menopausia. Los traumatismos articulares, las malformaciones óseas y ciertas enfermedades inflamatorias también pueden favorecer la aparición de la artrosis. Los factores relacionados con el estilo de vida, como el sobrepeso, la obesidad y el sedentarismo, contribuyen al desgaste de las articulaciones al aumentar la carga mecánica que soportan. Por último, las condiciones de trabajo y ciertas profesiones que exponen a movimientos repetitivos o al transporte de cargas pesadas pueden aumentar el riesgo.
Artrosis y condiciones de vida: una relación poco conocida
Artrosis y desigualdades sociales: ¿cuáles son las realidades?
Numerosos estudios demuestran que la artrosis no afecta a todas las poblaciones por igual. Las desigualdades sociales desempeñan un papel importante en la prevalencia y la gravedad de la enfermedad. Las personas que viven en condiciones socioeconómicas desfavorables suelen presentar un mayor riesgo de artrosis y una progresión más rápida de los síntomas. Estas diferencias pueden explicarse por una mayor exposición a factores de riesgo relacionados con el trabajo, el estilo de vida, la alimentación o el acceso a la atención médica.
El papel del nivel de vida y el acceso a la atención médica en la osteoartritis
El nivel de vida influye directamente en el tratamiento de la artrosis. Las personas con ingresos limitados tienen menos posibilidades de consultar regularmente a un especialista, seguir tratamientos adecuados o acceder a equipos de rehabilitación. La falta de un seguro complementario o la dificultad para desplazarse a centros médicos especializados acentúan estas desigualdades. Esta situación puede provocar un retraso en el diagnóstico y un agravamiento de los síntomas, lo que aumenta el riesgo de discapacidad.
Artrosis y nutrición: el impacto de una alimentación desequilibrada
La alimentación desempeña un papel indirecto pero significativo en la artrosis. Una alimentación pobre en nutrientes esenciales, rica en alimentos procesados y grasas saturadas, puede favorecer la inflamación y contribuir al aumento de peso, dos factores que agravan el estado de las articulaciones. Las poblaciones con bajos ingresos suelen tener un acceso limitado a una alimentación saludable, lo que puede aumentar el riesgo de desarrollar o agravar la artrosis.
Artrosis y condiciones laborales: ¿quiénes son los más afectados?
Artrosis y profesiones físicas
Las profesiones que exponen a esfuerzos físicos repetitivos o a movimientos articulares que solicitan mucho las rodillas, las caderas o las manos aumentan el riesgo de artrosis. Los obreros, los agricultores y los manipuladores de carga son categorías especialmente vulnerables. El transporte de cargas pesadas, las posturas incómodas y los movimientos repetitivos contribuyen al desgaste prematuro del cartílago y favorecen la aparición de la enfermedad.
Artrosis y cargas pesadas: un factor agravante
El transporte de cargas pesadas es un factor mecánico que agrava la artrosis. Incluso cuando la profesión no requiere un esfuerzo constante, las solicitaciones puntuales pero repetidas pueden provocar microtraumatismos articulares. Con el tiempo, estos microtraumatismos se acumulan y aceleran la degradación del cartílago, provocando dolor y limitando la movilidad.
Artrosis y sedentarismo: ¿también afectan a los trabajos de oficina?
Contrariamente a lo que se cree, los trabajos sedentarios tampoco se libran. La falta de actividad física provoca una disminución del tono muscular, lo que reduce la protección natural de las articulaciones. La artrosis puede desarrollarse más fácilmente, especialmente en las rodillas y la columna vertebral. El equilibrio entre la actividad y el descanso sigue siendo esencial para preservar la salud de las articulaciones.
Artrosis y diferencias según el sexo y la edad
Artrosis en mujeres y hombres: ¿qué diferencias hay?
Las mujeres suelen verse más afectadas por la artrosis, especialmente después de la menopausia. Los cambios hormonales, en particular la disminución de los estrógenos, parecen influir en el debilitamiento del cartílago. Los hombres se ven más afectados por la artrosis relacionada con traumatismos o profesiones físicamente exigentes. Estas diferencias subrayan la importancia de adaptar la prevención y el tratamiento en función del sexo.
Artrosis en las personas mayores: ¿una enfermedad del envejecimiento?
La artrosis se percibe a menudo como una consecuencia normal del envejecimiento, y es cierto que su prevalencia aumenta con la edad. En las personas mayores, la degradación del cartílago suele ser progresiva y provoca una importante limitación funcional. Sin embargo, considerar la artrosis únicamente como una enfermedad del envejecimiento puede retrasar el diagnóstico y el tratamiento, especialmente en personas más jóvenes.
Artrosis en jóvenes activos: un fenómeno subestimado
La artrosis también puede afectar a jóvenes activos, especialmente a aquellos expuestos a traumatismos articulares, deportes intensivos o profesiones físicamente exigentes. Este fenómeno suele subestimarse, ya que la enfermedad sigue asociándose al envejecimiento. El reconocimiento de la artrosis precoz es esencial para limitar las secuelas y adaptar las condiciones de trabajo o la actividad física.
Prevenir y limitar las desigualdades frente a la artrosis
La importancia de la actividad física adaptada
La actividad física regular y adaptada es una herramienta esencial para prevenir la artrosis o limitar su progresión. El fortalecimiento muscular y la movilidad articular protegen el cartílago y mejoran la función articular. Los programas de prevención deben ser accesibles para todos, independientemente del nivel de vida o del tipo de profesión.
Mejorar el acceso a la atención médica para reducir las desigualdades
El acceso rápido a un diagnóstico, a tratamientos adecuados y a la rehabilitación es un factor crucial para reducir las desigualdades en materia de artrosis. Las políticas de salud pública deben tener como objetivo facilitar el acceso a especialistas, equipos de rehabilitación y atención preventiva para las poblaciones vulnerables.
Hacia un mayor reconocimiento de la artrosis como problema social
Para limitar el impacto de las desigualdades, es necesario reconocer la artrosis como un verdadero problema social. Esto implica sensibilizar al público en general, formar a los profesionales de la salud y adaptar las políticas de prevención y tratamiento a la realidad socioeconómica de los pacientes. Un enfoque global permitiría reducir las diferencias y mejorar la calidad de vida de todas las personas que padecen esta enfermedad.
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Fuentes:
Les conséquences socioéconomiques de l'arthrose en France. Étude COART France, Claude Le Pen, Camille Reygrobellet, Isabelle Gérentes - 01/01/05 Doi : 10.1016/j.rhum.2005.01.016
Murielle Michel, Joséphine Bryère, Milka Maravic, Christian Marcelli, Incidence de l’arthroplastie de genou et désavantage social : résultats d’une étude écologique française, Revue du Rhumatisme, Volume 87, Issue 6, 2020, Pages 466-471, ISSN 1169-8330, https://doi.org/10.1016/j.rhum.2020.09.003.
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