¿Cómo manejar la enfermedad de Parkinson a diario?
Publicado el 10 jun. 2019 • Por Andrea Barcia
La enfermedad de Parkinson requiere cambios en los hábitos cotidianos. Las tareas más simples pueden llegar a ser física e intelectualmente difíciles, como alimentarse, moverse, acostarse, cepillarse los dientes, conducir o vestirse. Aquí están nuestros consejos.
Tratarse y cuidar de si mismo
Otorgarse periodos de descanso es la primera medida importante que se debe establecer para los pacientes con Parkinson. Es necesario ahorrar energía, cuidarse y priorizar (o incluso simplificar) las tareas a realizar para sentirse lo mejor posible. No dudes en tomar siestas cortas de unos 20 minutos para compensar las noches a veces agitadas.
En general, un estilo de vida regular es particularmente recomendable para los pacientes. Respetar el sueño, las comidas, los períodos de descanso diario y las actividades reducirá la progresión de la enfermedad.
Modificar la dieta
Los hábitos alimenticios de un paciente también pueden modificarse para mayor comodidad: a veces se sugiere a algunos pacientes una dieta especial baja en proteínas para limitar las interacciones con la levodopa. También se recomienda una dieta que limite el estreñimiento.
Para combatir los trastornos intestinales, bebe mucha agua e incrementa tu ingesta de fibra dietética; para evitar problemas de deglución, toma pequeños bocados, mastica lentamente y elige bebidas espesas y frescas. Evita encadenar una actividad con otra: es mejor descansar de 20 a 30 minutos después de cada comida.
Adapta la actividad física
Mantener la actividad física es muy importante porque el ejercicio físico aumenta la movilidad, la coordinación de los movimientos y, sobre todo, el equilibrio. Se recomienda caminar por lo menos 30 minutos al día. En caso de actividades físicas más intensas, no busques el rendimiento sino la perfección del movimiento para no lastimarte. Asegúrate de tener suficiente tiempo de descanso para evitar el agotamiento y concéntrate en actividades como andar en bicicleta, correr o nadar, sin poner demasiada presión en los músculos.
Repensar la casa anticipadamente
Para la familia y el entorno más cercano, la enfermedad también causará cambios en el estilo de vida. El paciente con Parkinson puede tener dificultades para moverse: se deben hacer arreglos especiales para el hogar. Estes incluyen sillas con reposabrazos para facilitar la posición de pie, una ducha con barras de agarre y alfombras antideslizantes, y una silla elevadora de escaleras.
Transformar su guardarropa
Privilegia la ropa holgada, cremalleras, cierres a presión y botones grandes porque son más fáciles de poner. Para camisetas como los suéteres, comienza por meter un brazo completo hasta el hombro. Levanta el brazo por encima de la cabeza y ponte el segundo.
Es aconsejable usar zapatos sin cordones o con cordones elásticos para poder ponerse los zapatos sin tener que desatar los cordones. Si es necesario, no dudes en utilizar un calzador de mango largo.
Adoptar medicinas alternativas
Prueba actividades como yoga, respiración abdominal o sofrología. Estas técnicas ayudarán a controlar el estrés que desencadena la enfermedad.
Forma un equipo con tu médico
Tan pronto como se te diagnostique, averigua sobre tu enfermedad y los tratamientos para la enfermedad de Parkinson. Esto te permitirá entender mejor los síntomas y adaptar tu organización diaria a la enfermedad. Cumple con las prescripciones y horarios de los tratamientos. Habla con tu médico tanto como sea posible para que él o ella pueda adaptar tus tratamientos a tu estilo de vida.
Como paciente o miembro de la familia, ¿cómo has adaptado tu vida diaria al Parkinson?
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Artículo escrito bajo la supervisión del Dr. Philippe Boulu, neurólogo de París y médico del hospital de Beaujon.
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