Narón, la ciudad que quería perder 100000 kilos
Publicado el 2 oct. 2018
En Narón, miles de personas han comenzado a hacer deporte mientras eliminan de sus menús embutidos y calamares fritos porque ha prometido perder 100000 kilos en dos años.
"En el siglo XXI, las personas olvidan que están diseñadas para caminar", dice Carlos Piñeiro, un médico de cabecera de 63 años. Es uno de los principales instigadores de un programa de salud pública lanzado en enero en su pequeño pueblo Gallego, y esta particularmente implicado en la prevención de las enfermedades cardiovasculares que él mismo sufrió (casi muere de un infarto a los 45 años).
A menudo, el médico cambia su blusa por el chándal. Lo encontramos más tarde en un parque arbolado dirigiendo el calentamiento de una docena de excursionistas. "En España, donde se dice que todo se come en el cerdo, de la punta de la cola a la nariz, los primeros alimentos que eliminé de mi dieta son los callos, tocino de cerdo y charcuteria..." dice, con pesar, Conrado Vilela Villamar, de 65 años, ex conductor de grúas y uno de los caminantes diarios en Narón.
Ubicada en la costa atlántica, esta pequeña ciudad con 40,000 habitantes tiene 9,000 personas con sobrepeso y 3,000 más sufren de obesidad, según el Dr. Piñeiro. Famosa por su gastronomía y, a menudo, por la enorme cantidad de comida que se sirve, Galicia es la región española con el mayor índice de personas con sobrepeso, según un estudio de la Sociedad Española de Cardiología. "El clima lluvioso significa que nos quedamos en casa mucho, con muchas calorías diarias", dice el Dr. Piñeiro.
Adios al tocino
Más de 4.000 habitantes de Narón, una décima parte de la población, se unieron al proyecto. Y para simbolizar un compromiso unánime, la alcaldesa misma, Marian Ferreiro, se pesó junto con sus concejales municipales, apretados en una báscula gigante.
Combinando una dieta personalizada y actividades físicas adaptadas, el dispositivo despierta aún más simpatía ya que nadie se siente solo frente a la balanza. "Camino con amigas, incluida una mujer de más de 80 años que se agarra a mi brazo", dice María Teresa Rodríguez, ama de casa de 55 años. En la báscula del centro de salud, observa, radiante: "¡En marzo, pesaba 82 kilos, ahora 70!" Sus días incluyen una hora y media de caminata o gimnasia, sin mencionar el baile del viernes ya que no tiene "las piernas doloridas".
En la ciudad, 18 restaurantes ahora ofrecen platos menos ricos, promoviendo una dieta no mediterránea sino atlántica, centrándose en productos oceánicos. "Reemplazo la sal con algas, infusiones de pescado o simplemente un mejillón deshidratado, y la mantequilla por el aceite de oliva", dice el restaurador de "El Refugio" Diego Platas, de 37 años, mientras cocina un jurel, un pescado local y barato.
"Pedaleo mientras leo"
La Organización Mundial de la Salud advirtió recientemente a los europeos que el aumento de la esperanza de vida podría revertirse a causa del sobrepeso de una proporción cada vez mayor de la población. En España, los medios de comunicación han dedicado numerosos reportages cerca de Valencia a un paciente de 34 años que pesa... 385 kilos.
"No es nada fácil convencer a los adultos de que tienen que cambiar su estilo de vida", dice el Dr. Piñeiro. "Algunos dicen: no va a ser el médico quien me diga lo que tengo que hacer". Este médico pone mucha esperanza en los niños, sensibilizados dentro de una escuela piloto, el centro Jorge Juan, donde los maestros están particularmente motivados. En el recreo, "salimos a pasear por el paseo marítimo" con los estudiantes, dice María José Cazorla, una maestra de 55 años que perdió 14 kilos en un año.
Los 224 estudiantes tienen la oportunidad de hacer una hora de actividad física por día y los recalcitrantes pueden subirse a una bicicleta estática para la actividad "Pedaleo mientras leo". A aquellos que no viven lejos se les anima a venir a pié, en bicicleta o en patinete a través de pulseras electrónicas que les dicen a los padres que han llegado seguros. El lema "conviértete en adicto a las frutas" se muestra en el establecimiento, donde la fruta se distribuye por la mañana. Pero "nunca hablamos sobre el peso directamente" a los niños, "sería estigmatizante", comenta el Dr. Piñeiro.
Más allá de los 100000 kilos perdidos en Narón, el médico espera especialmente que los habitantes adopten "un estilo de vida saludable para frenar las enfermedades crónicas" y al mismo tiempo reduzcan los gastos de salud.
AFP
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