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Alargar la vida de tu cerebro
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Carmetta
Buen consejero
"La vida no es una carrera, sino un tiro al blanco, lo que importa no es el ahorro de tiempo, sino la capacidad de encontrar una diana"
(desconozco al autor)
¡Si! Libertad unos por otros nos vamos animando y enriqueciendo de las experiencias.
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Carmetta
Bitxo1
Miembro EmbajadorBuen consejero
@Groucho. La vida no es fácil y menos aún cuando llevas una mochila a cuestas como Parkinson u otra enfermedad degenerativa que cada vez, desgraciadamente pesa más pero esto es como todo en la vida, saber jugar bien las cartas. Asumir la situación y digerir poco a poco la misma ayuda muchísimo. Intentar adaptarse y sobretodo conservar tu identidad. Dentro de las limitaciones seguir siendo tu mismo.
A veces, no podemos sólo pero es cuestión de buscar apoyo, ayuda externa. Eso no es ser débil sino realista...
Algunas veces, nuestra percepción y nivel de vida nos complica mucho más la existencia que la propia realidad que vivimos. Debemos no sólo mirar hacia arriba sino también hacia bajo y ver en qué situación real nos encontramos. En definitiva, aprender a ver el vaso medio lleno y no medio vacío.
Mucho ánimo!!! No pierdas la esperanza ni la ilusión, somos muchos los que remamos en el mismo barco....
Un saludo....
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Almu
Carmetta
Buen consejero
Un día se encontró un dedo del pie con uno de la mano.
Este último, le dijo:
Eres perezoso, gordo e indolente.
Y el dedo del pie le respondió:
Tú, sin embargo, eres nervioso,
brusco e insoportable.
Y para el cuerpo ambos realizan bien su funcion
Cayetano Arroyo
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Carmetta
Maialos losa lopez
@C4armetta muy bueno el artículo
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M losa
Carmetta
Buen consejero
¿Buena suerte o mala suerte?
Había una vez un hombre que vivía con su hijo en una casita del campo. Se dedicaba a trabajar la tierra y tenía un caballo para la labranza y para cargar los productos de la cosecha, era su bien más preciado. Un día el caballo se escapó saltando por encima de las bardas que hacían de cuadra. El vecino que se percató de este hecho corrió a la puerta de nuestro hombre diciéndole:
-Tu caballo se escapó, ¿qué harás ahora para trabajar el campo sin él? Se te avecina un invierno muy duro, ¡qué mala suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Quien sabe.
Pasó algún tiempo y el caballo volvió a su redil con diez caballos salvajes con los que se había unido. El vecino al observar esto, otra vez llamó al hombre y le dijo:
-No solo recuperaste tu caballo, sino que ahora tienes diez caballos más, podrás vender y criar. ¡Qué buena suerte has tenido!
El hombre lo miró y le dijo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Quien sabe.
Más adelante el hijo de nuestro hombre montaba uno de los caballos salvajes para domarlo y calló al suelo partiéndose una pierna. Otra vez el vecino fue a decirle:
-¡Qué mala suerte has tenido! Tu hijo se accidentó y no podrá ayudarte, tú eres ya viejo y sin su ayuda tendrás muchos problemas para realizar todos los trabajos.
El hombre, otra vez lo miró y dijo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Quien sabe.
Pasó el tiempo y en ese país estalló la guerra con el país vecino de manera que el ejército iba por los campos reclutando a los jóvenes para llevarlos al campo de batalla. Al hijo del vecino se lo llevaron por estar sano y al de nuestro hombre se le declaró no apto por estar imposibilitado. Nuevamente el vecino corrió diciendo:
-Se llevaron a mi hijo por estar sano y al tuyo lo rechazaron por su pierna rota. ¡Qué buena suerte has tenido!
Otra vez el hombre lo miró diciendo:
-¿Buena suerte o mala suerte? Quien sabe.
Lou Teseu
Es un cuentito que a mi me encanta recordar de vez en cuando. Tiene mucha moraleja.
Con cariño desde Tarragona
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Carmetta
Bitxo1
Miembro EmbajadorBuen consejero
Paso este artículo importante y relacionado con el bienestar de nuestro cerebro.
Fuente de información: https://psicologiaymente.net
Fecha: 07 de Marzo.
5 formas de dejar de darle vueltas a un pensamiento...
Dejar de sobreanalizar una idea, recuerdo o creencia que nos preocupa puede llegar a ser difícil.
Muchas veces, achacamos los grandes males de la humanidad a la falta de concienciación y la ignorancia generalizada acerca de grandes problemas que deberíamos estar combatiendo desde hace mucho. Sin embargo, también se da el caso contrario: hay pensamientos recurrentes que nos llevan a sobreanalizar constantemente una misma idea, cegándonos y creando una especie de trampa mental de la que cuesta salir.
Eso es lo que ocurre cuando empezamos a darle vueltas constantemente a un pensamiento: nuestra atención queda “enganchada” en un problema que luchamos por resolver sin llegar a conseguirlo. Y si no llegamos a una solución es, entre otras cosas, porque la ansiedad que produce tener en mente la misma cosa durante largo rato afecta a nuestra capacidad de reflexionar y tomar decisiones con eficacia.
Ahora bien, este fenómeno, que en España es conocido coloquialmente como “rayarse”, puede ser detenido adoptando algunas estrategias psicológicas que nos permiten salir de ese círculo vicioso del pensamiento.
¿Por qué aparecen pensamientos que nos obsesionan?
La clase de preocupaciones que atrapan nuestra atención durante largos periodos son sorprendentemente comunes, y prácticamente todo el mundo es capaz de experimentar esta molesta sensación de sobreanalizar constantemente una idea, recuerdo o creencia.
Ahora bien… ¿por qué cuesta tanto dejar de pensar todo el rato en lo mismo cuando esto ocurre? La respuesta tiene que ver con el hecho de que controlamos menos procesos mentales de los que normalmente creemos dominar.
La gestión de la atención, en concreto, suele ser automática, y los casos en los que dirigimos el foco atencional conscientemente hacia uno u otro elemento de nuestra mente son la excepción, no la norma. En la mayoría de las ocasiones, la atención es un proceso inconsciente… y esto se aplica también a por qué es tan difícil dejar de sobreanalizar algo.
Casi siempre, lo que ocurre cuando no podemos dejar de pensar algo es un fenómeno psicológico conocido como rumiación. En resumidas cuentas, la rumiación es un círculo vicioso del pensamiento por el cual, cuanto más centramos nuestra atención en un problema o preocupación, aunque sea para evitar pensar en él, más asalta nuestra consciencia.
En la rumiación, de forma involuntaria vamos haciendo que un recuerdo que produce preocupación o ansiedad vaya quedando relacionado con nuestras sensaciones del presente, de manera que se van multiplicando la cantidad de referencias que nos llevan automáticamente al pensamiento que nos obsesiona.
Por ejemplo, si creemos haber quedado en ridículo ante una persona que nos atrae, la preocupación que nos produce no poder dejar de evocar ese recuerdo hace que nos comportemos tal y como lo hace una persona con ansiedad, y esas conductas nos recuerdan que estamos ansiosos por lo que nos ha ocurrido ante esa persona.
Cómo dejar de darle vueltas a lo mismo
Si lo que queremos es entrenarnos en la capacidad de mejorar nuestra capacidad de “desengancharnos” de pensamientos recurrentes, debemos tener claro que es necesario actuar tanto sobre nuestros pensamientos como en el modo en el que interactuamos con nuestro entorno y con los demás.
Estas son algunas claves para dejar de pensar todo el rato en algo que nos preocupa.
1. Muévete, literalmente
Sal de los espacios a los que te hayas acostumbrado. De ese modo, harás que la cantidad de elementos que te recuerdan esa preocupación caigan en picado, y podrás exponerte a otros entornos con elementos neutrales, que no has asociado a ningún recuerdo en particular.
De hecho, si sales a pasear por espacios naturales y con mucha vegetación, multiplicarás los efectos positivos de esta estrategia, ya que en esta clase de ambientes prácticamente no hay elementos que nos recuerden a nuestra vida en casa, la oficina o las situaciones sociales en zonas urbanizadas. Además, la calma que transmite la naturaleza y la pureza del aire contribuyen a rebajar los niveles de ansiedad, haciendo que salgamos del bucle.
2. Reflexiona sobre lo innecesario de obsesionarse
En ciertas personas, la costumbre de sobreanalizar algo se ve agravada por la creencia de que esos rituales mentales son útiles y beneficiosos. Es por eso que merece la pena dedicar un tiempo a reflexionar sobre la inutilidad del pensamiento en bucle, cuyo único resultado es un aumento de la ansiedad. Es necesario entender que se tiene un problema (no necesariamente un trastorno mental) y que ese problema tiene que ver con la excesiva preocupación, la ansiedad y la regulación de la atención, que siempre se focaliza en aspectos negativos o interpretados como problemas.
3. Céntrate en aficiones apasionantes
Busca entretenimientos que atrapen totalmente tu atención y dedícate a ellos. Deportes, juegos mentales, aficiones relacionadas con la exploración… Esto permitirá que te vayas acostumbrado a mantener el foco atencional alejado del pensamiento obsesivo durante largos ratos.
Eso sí, es mejor que no te centres tan solo en una afición, ya que eso podría hacer que esta se convierta en otra referencia de tu preocupación.
4. Practica Mindfulness
El Mindfulness se ha mostrado eficaz para reducir los niveles de ansiedad, y por eso es un recurso valioso para dejar de sobreanalizar un mismo problema, ya que permite que nuestra mente haga “reset”.
5. Crea cadenas de pensamiento productivo
Cada vez que notes que la ansiedad se acerca, crea secuencias de pensamiento productivo orientadas a metas a corto plazo. Eso significa que debes pensar en un proyecto, lo dividas en diferentes sub-objetivos y te concentres siempre en orientar tu pensamiento a la consecución de esas metas. Si ante una idea que se te ocurra la respuesta a la pregunta de “¿me ayuda esto a cumplir con mi cometido?” es “no”, deséchala y busca otra.
Espero sea interesante y nos ayude en cierto modo a relajarnos y controlar esos pensamientos que tanto nos amargan la existencia....
En definitiva, ayudar a dar vida a nuestro cerebro como a nosotros mismos.
¡¡Buenas noches!!
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Almu
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Bitxo1
Miembro EmbajadorBuen consejero
5 cosas que NO debes hacer si quieres mantener tu cerebro sano.
Medio de comunicación REDACCIÓN TITI
Fecha : 03 de marzo
Un cerebro sano pasa por evitar vivir sin desafíos intelectuales, dejar de mirar tantas horas la televisión o no estar aislados.
¿Te preocupa tu cerebro? ¿Tu funcionamiento cognitivo? ¿Quieres rendir más en el trabajo o en el estudio, esquivar al alzhéimer? Hay cosas que puedes estar haciendo y que están saboteando directamente tus buenos propósitos.
Que de deseos no se mantiene una mente sana, también lleva conductas y muchas veces modificar hábitos muy arraigados, como ese estar viendo la tele horas y horas. Quien dice la tele dice ordenador y móvil, que muchas veces invertimos nuestro tiempo mirando cómo pasa por la pantalla la vida de los demás ¡Despierta! Comienza por evitar estas conductas que son un atentado contra tus neuronas.
¿CEREBRO SANO? ¡NO HAGAS ESTO!
Vivir sin desafíos intelectuales
Varios estudios han encontrado que en las personas que han llevado una vida intelectualmente activa o que simplemente tienen más años de estudio, existe algo de lo que ya te hemos hablado en TiTi, la reserva cognitiva.
La reserva cognitiva no va a evitar que padezcas alzhéimer, pero sí va a hacer que las consecuencias del daño que sufra tu cerebro sean menos evidentes en tu funcionamiento diario. Y por desafíos intelectuales no estamos diciendo que ahora tengamos que comenzar a estudiar una ingeniería. Muchas cosas pueden estimular nuestro cerebro: aprender un idioma o a tocar un instrumento musical, ir a cursos de cocina, realizar actividades de estimulación cognitiva que aparecen en cuadernillos que se comercializan en casi cualquier parte.
Un ejemplo muy sencillo de cómo a cualquier edad y partiendo desde cualquier nivel educativo se puede hacer mucho por las neuronas: mi suegra tiene 65 años y hace poco le regalaron una Tablet ¡Qué descubrimiento ha sido para ella! Es fascinante ver su proceso de aprendizaje diario, cómo pregunta qué puede hacer, cómo hacerlo. Eso amigos, es estimular las neuronas desde la cotidianidad.
También te puede interesar leer: Y tú, ¿eres empático cognitivo o empático afectivo?
No dormir
Hay un estudio muy famoso hecho en ratones que mostró cómo a aquellos que se les privó del sueño durante un periodo de tiempo, en su cerebro comenzaron a darse cambios patológicos semejantes a los que suceden en el cerebro de las personas con alzhéimer.
También está más que comprobado que después de una noche de insomnio nuestro rendimiento intelectual es menor. Esto último seguro lo has podido experimentar por ti mismo. Las horas que tradicionalmente se aconsejan son ocho, pero se ha encontrado que algunas personas necesitan menos.
Duerme las horas que tú requieras, si tienes un trastorno del sueño busca ayuda. La salud cerebral, no tengas dudas, está estrechamente ligada con tus hábitos de sueño.
Aislarte
Hemos hablado largamente sobre los beneficios de la interacción social. Y a primeras puedes creer que es simplemente afectivo, pero no, también se obtienen beneficios cognitivos. Y esto es así para todas las edades. Muchas investigaciones han encontrado que las personas que tienen una vida social más activa, tienen mejor rendimiento intelectual.
Acepta el café al que te han invitado, involúcrate en actividades de voluntariado, apúntate al montón de cursos gratuitos que todo el tiempo ofrecen asociaciones y organismos públicos. En una simple conversación se pueden estimular más procesos cognitivos de los que imaginas.
También te puede interesar leer: ¿Por qué nos cuesta concentrarnos? 20 claves para mejorar este proceso.
Vivir sin propósito
En el año 2010 un estudio publicado en la revista Arch Gen Psychiatry encontró, después de estudiar durante 7 años a cientos de adultos mayores, que aquellos que tenían mayor número de propósitos en la vida tenían menor riesgo de alzhéimer y de deterioro cognitivo leve.
Tú, ¿por qué te levantas cada mañana? ¿Porque quieres sacar la carrera? ¿Porque quieres ver a tus hijos o nietos crecer? ¿Por el coche que quieres comprarte el próximo año, la casa de verano dentro de 5?
Da igual el por qué, lo importante es tener razones que nos hagan levantarnos cada día, mirar el mundo y decir: voy a por ti.
Ver la tele por muuchas horas
Lo mencionamos al inicio, pero en verdad lleva mención aparte. Conozco personas que pasan más de cinco horas frente a la tele, muchas veces les pregunto qué han visto y apenas saben decirme, han estado casi todo el tiempo con “el piloto automático”.
Un estudio del año 2015 que investigó a más de 3200 personas entre 18 y 30 años, encontró que aquellas que pasaban más horas frente a la televisión tenían peor desempeño cognitivo. En estudios realizados en niños se ha llegado a encontrar correlaciones entre las horas frente a la TV y cambios a nivel de estructuras cerebrales.
Sal del sofá, llama a un amigo, realiza crucigramas, haz voluntariado, camina, practica algún deporte. Yo ya paro de predicar, que voy a comenzar un curso online que llevo días esperando, a ver si mis neuronas salen agradecidas. Tú, si lo deseas, sigue leyendo algunas cosas que sí puedes hacer para mejorar tu memoria.