Cáncer de mama: ¿qué seguimiento después de la enfermedad?

El cáncer de mama es el más frecuente en las mujeres. Sin embargo, su incidencia y mortalidad están disminuyendo cada vez más.  

Cuando se diagnostica un cáncer de mama en una mujer, pero también en un hombre, se establece un protocolo de tratamiento. Estos tratamientos pueden incluir radioterapia, quimioterapia, hormonoterapia y/o cirugía. 

Como en todos los cánceres, el objetivo de los tratamientos es lograr y mantener la remisión, es decir, la reducción o desaparición de los signos y síntomas de la enfermedad. La remisión es completa cuando no se detectan más células cancerosas en el organismo. La curación se consigue cuando la duración de la remisión se declara suficiente. 

Al final de estos tratamientos, se instaura un acompañamiento médico.

¿Por qué hacer un seguimiento después de un cáncer de mama?  

Después del cáncer de mama, es necesario un seguimiento regular durante varios años para garantizar que el cáncer no reaparezca. 

Se propone este seguimiento médico para:  

• Detectar lo antes posible los síntomas de una posible recaída del cáncer de mama o la aparición de un nuevo cáncer en la misma mama, en la otra o en otra zona del cuerpo, 
• Detectar y tratar los posibles efectos secundarios tardíos del tratamiento, 
• Evaluar el estado de salud y las vacunas (imposibles durante la quimioterapia y la terapia dirigida hasta 6 meses después), 
• Implementar los cuidados de apoyo necesarios para restaurar y/o preservar la calidad de vida de la mejor manera posible con la gestión de las consecuencias físicas y psicológicas del cáncer, 
• Facilitar la reinserción social y profesional. 
• Detectar y controlar los efectos secundarios del tratamiento del cáncer de mama que permitirá al equipo médico ofrecer el mejor apoyo posible a la paciente y ayudarla a retomar y a reconstruir su vida cotidiana.  

¿Cuánto tiempo dura el seguimiento médico después de un cáncer de mama y quién lo efectúa? 

Dependiendo del tipo de cáncer, el programa de seguimiento se inicia durante un mínimo de 5 años y puede continuar de por vida. El calendario de seguimiento debe especificarse en un informe de fin de tratamiento y entregarse al médico tratante. 

El médico tratante y el equipo médico de referencia que realizó el tratamiento son responsables de este seguimiento. 

El médico de cabecera se adapta a cada situación, el calendario no es fijo y el grado de gravedad, así como los riesgos de recurrencia, son diferentes. 

Ciertas características del cáncer pueden servir para detectar el riesgo de recaída. Los factores de riesgo de recaída son varios, como la edad, el tamaño del tumor, la histología, el grado del cáncer, etc. 

¿Cuáles son los diferentes exámenes a realizar para el seguimiento después del cáncer de mama?  

En general, el seguimiento incluye:  

• Una consulta médica cada 6 meses durante 5 años, y luego una vez al año durante varios años o de por vida,  
• Una mamografía una vez al año, si es necesario combinada con una ecografía mamaria,  
• Un examen ginecológico una vez al año. 

En caso de anomalías en las imágenes o en caso de síntomas anormales, se prescriben exámenes adicionales. No son necesarias las tomografías, las gammagrafías ni las escintigrafías. 

Se aconseja a las mujeres que procedan a una autopalpación de las mamas durante el seguimiento y a lo largo de su vida. 

Hay mujeres que tienen un alto riesgo de recaída, aquellas que desarrollaron un cáncer de mama antes de los 35 años o aquellas cuyo cáncer de mama tiene mutaciones genéticas. Se debe realizar una resonancia magnética de la mama cada año. 

Las consultas con el médico son el momento perfecto para hablar de los síntomas que puedan aparecer, de los efectos secundarios tardíos del tratamiento y del estado de salud físico, emocional y psicológico. En función de las dificultades encontradas, el médico puede remitir al paciente a otros especialistas como psicólogos, fisioterapeutas, sexólogos y trabajadores sociales, entre otros. 

¿Cómo tener un buen seguimiento médico después del cáncer de mama?  

Se han establecido una serie de recomendaciones para garantizar el seguimiento médico adecuado de su cáncer de mama.  

Hay 7 consejos a seguir:  

• Seguir escrupulosamente los tratamientos prescritos,  
• Asegurarse de respetar el calendario de consultas y exámenes acordado con el médico tratante, el equipo sanitario y otras personas implicadas,  
• No dudar en hacer preguntas a los profesionales, ser participante activo/a en su enfermedad y recuperación, preparar las consultas con antelación, 
• Informarse sobre la enfermedad, los tratamientos y los posibles efectos secundarios para comprenderlos mejor,  
• Hablar con su médico sobre los síntomas de la menopausia precoz (sofocos, sequedad vaginal), algunos tratamientos son responsables de ello,  
• Informar de cualquier nuevo síntoma que parezca anormal para detectar una posible recurrencia o efectos secundarios de los tratamientos lo antes posible,  
• Identificar el dolor para poder aliviarlo mejor. 

¿Cómo es la vida después del cáncer de mama?  

La fase de recuperación sigue al final del tratamiento. El impacto emocional es fuerte y pueden aparecer muchas dificultades nuevas como ansiedad, problemas cognitivos, problemas de fertilidad, disminución de la autoestima, problemas nutricionales, etc.  

La presencia de la familia y los amigos es muy beneficiosa para sentirse apoyados/as durante este período. El apoyo psicológico es esencial y hay que instaurar nuevos hábitos de vida. Es importante mantener un estilo de vida saludable y luchar contra los factores de riesgo de recurrencia.  

Existen mecanismos como la asistencia social para ser acompañados e informados. También existen muchas asociaciones para pacientes con cáncer, como:  

• Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC),  
• Asociación AMYCO contra el cáncer de mama,  
• Asociación de Cáncer de Mama Masculino INVI,  
• FECMA (Federación Española de Cáncer de Mama),  

La supervivencia del cáncer de mama ha mejorado considerablemente en las últimas décadas. Esta mejora está relacionada, por un lado, con un diagnóstico más temprano (política de cribado, nuevas prácticas y técnicas de diagnóstico) y, por otro, con los avances terapéuticos de los últimos años.