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Pie diabético, ¿cuáles son las causas, los síntomas y cómo prevenirlo?

Publicado el 8 feb. 2022 • Por Claudia Lima

La diabetes es una enfermedad crónica que se produce cuando el cuerpo no produce suficiente insulina o cuando la insulina producida no es utilizada adecuadamente por el organismo. 
Los problemas cardíacos, vasculares, oculares, renales y nerviosos, entre otros pueden ser consecuencias de la diabetes en la salud.
Si no se controla adecuadamente, la enfermedad puede provocar, por ejemplo, la pérdida de sensibilidad en los pies. Esto se llama "pie diabético". 

¿Qué es el pie diabético? ¿Cuáles son los síntomas? ¿Cómo se puede detectar y tratar? 

¡Lee nuestro artículo para conocer todas las respuestas!

Pie diabético, ¿cuáles son las causas, los síntomas y cómo prevenirlo?

Según la OMS, la diabetes (tipo 1 y tipo 2) es la principal pandemia de una enfermedad no contagiosa del mundo. En España, cerca de 8 de cada 100 personas la padece. 

Las complicaciones y comorbilidades ligadas a esta enfermedad son numerosas, hay riesgos de enfermedades cardiovasculares, ceguera, infecciones graves y los tratamientos son restrictivos. 

Una diabetes mal controlada afecta al flujo sanguíneo y a la sensibilidad de los pies. 

Una de estas complicaciones, que afecta a cerca del 20% de los pacientes diabéticos, es el "pie diabético", una forma de neuropatía periférica. Este agravamiento puede llevar a la amputación. 

¿Cuáles son los síntomas del pie diabético? 

Uno de los principales síntomas del pie diabético es la insensibilidad al dolor, pero también al calor y al frío. Esta complicación es consecuencia de la neuropatía, que es una alteración funcional y estructural de los nervios. 

La neuropatía provoca una disminución de la sensibilidad de los nervios de contacto y altera la sensibilidad al dolor. El paciente puede ser muy sensible al dolor o, por el contrario, puede no sentir una lesión o una anomalía como un cuerno, una fisura, una hendidura o un hongo en los pies. 

Estas pequeñas heridas, a menudo causadas por la falta de hidratación, pueden infectarse y extenderse con un mayor riesgo de amputación. Puede tratarse de una lesión perforante plantar, una complicación específica de la neuropatía. 

También provoca un dolor de pies imperceptible, hormigueos y pinchazos, una cicatrización difícil y diversos grados de deformación de los pies, como el hallux valgus, los dedos curvados o los dedos en garra. Estas deformidades provocan roces y engrosamiento de la piel. 

La otra causa del pie diabético es la arteriopatía con arteritis, disminución del diámetro de las arterias, en este caso de los miembros inferiores, que se produce de forma gradual. La hiperglucemia ligada a la diabetes debilita las paredes arteriales, favorece el depósito de colesterol y contribuye a la formación de placas de ateromas. Las enfermedades arteriales provocan una mala cicatrización de las heridas y el riesgo de infección, y las arterias pueden bloquearse, con lo que se reduce el suministro de oxígeno a los pies. Los síntomas de la enfermedad arterial son calambres en los gemelos después de caminar o realizar un esfuerzo físico que desaparecen al descansar, los pies están fríos y pálidos y pueden aparecer úlceras. 

¿Cómo tratar el pie diabético? 

Es importante inspeccionar los pies con regularidad y, en caso de tener una herida, limpiarla a fondo con agua y jabón antes de secarla y desinfectarla con un antiséptico (un antiséptico debe enjuagarse siempre después de su uso por su toxicidad celular y el retraso en la cicatrización que puede provocar), y luego cubrirla con un apósito tipo tul. 

Si la herida se vuelve profunda, puede ser necesaria una intervención quirúrgica; de lo contrario, la herida puede degenerar y provocar una necrosis que puede conducir a la amputación. Puede ser necesario un tratamiento con antibióticos y un tratamiento rápido en un centro de referencia aumentará las posibilidades de recuperación. 

A continuación, hay que buscar, identificar y eliminar el factor desencadenante de la herida, que puede ser un cuerpo extraño, un calzado inadecuado, unas uñas demasiado largas, caminar descalzo, etc. 

También se recomienda el seguimiento por parte de un podólogo que realizará pruebas podobarométricas para analizar las presiones bajo el arco del pie. El podólogo puede prescribir plantillas para reducir la presión en determinadas zonas del pie o zapatos ortopédicos basados en un molde. 

En el caso de la arteritis diabética, el médico de cabecera puede prescribir antiagregantes plaquetarios (Clopidogrel®, Ticlopidina®) para diluir la sangre y estatinas (Atorvastatina®, Simvastatina®) para reducir el nivel de colesterol en sangre

¿Cómo prevenir el pie diabético? 

Se recomienda que los pacientes diabéticos se hagan revisar los pies al menos una vez al año por un médico. El médico podrá determinar el grado de gravedad de la neuropatía clasificándola desde el grado 0 (ausencia de neuropatía sensible) hasta el grado 3 (antecedentes de heridas en el pie y/o amputación). 

La Seguridad Social reembolsa los cuidados podológicos prescritos por el médico de cabecera o el diabetólogo para las lesiones de grado 2 y 3. Estes cuidados también se reembolsan cuando se realizan en el domicilio.

La prevención de las complicaciones relacionadas con el pie diabético también implica: 

  • Buena higiene de los pies, dedos y uñas, 
  • Controlar y vigilar el estado de los pies, por ejemplo, revisando regularmente si hay lesiones, 
  • La prestación de un tratamiento adecuado en caso de lesión o anomalía del pie, 
  • En el caso de un pie infectado, se debe restablecer una diabetes equilibrada y evitar los productos que afectan a la circulación sanguínea (por ejemplo, el tabaco), 
  • Una elección adecuada de los zapatos. Es preferible no andar descalzo y elegir un calzado adaptado a la morfología del pie, a las condiciones de la marcha y al estado de salud de los pies, 
  • Controlar su nivel de hemoglobina glicosilada

Si aparecen signos de pérdida de sensibilidad o síntomas, es imprescindible consultar al médico. La neuropatía está fuertemente vinculada al control de la glucemia. Así, una diabetes controlada y estabilizada mejorará los síntomas de la neuropatía. 

El podólogo desempeña un papel importante en la prevención de las lesiones del pie diabético. Para evaluar los riesgos, realizan pruebas para determinar si existe o no una neuropatía o una arteriopatía. 

El pie diabético es, por tanto, una consecuencia directa de una diabetes mal controlada. Cuando el nivel de azúcar en la sangre es alto durante demasiado tiempo, esto tiene un impacto en el sistema nervioso del individuo afectado. Por lo tanto, se trata de una afección grave que puede agravarse hasta el punto de provocar gangrena y amputación. Por eso es necesario tener los reflejos adecuados para detectar los síntomas y tratarlos lo antes posible. 

También hay que tener en cuenta que ciertos hábitos de vida pueden aumentar los factores de riesgo, como el tabaquismo, la falta de higiene plantar, el sobrepeso o la obesidad y la falta de tratamiento de lesiones que pueden parecer inofensivas. 

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avatar Claudia Lima

Autor: Claudia Lima, Redactora de salud

Claudia es creadora de contenidos en Carenity, especializada en la redacción de artículos sobre salud.

Claudia tiene un máster en iniciativa empresarial y un Executive MBA en gestión de ventas y marketing. Está... >> Saber más

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