Adenoma hipofisario
Definición de adenomas hipofisarios
¿Qué es?
El adenoma hipofisario (también llamado adenoma pituitario) es un tumor no canceroso que se desarrolla en el cerebro. Este crecimiento tisular, también conocido como neoplasia, es el resultado de la proliferación celular. Siempre es benigno, es decir, no canceroso. El adenoma toma su nombre del hecho de que se origina en la glándula pituitaria o hipófisis, una glándula en la base del cerebro que controla todas nuestras secreciones hormonales.
Tipos de adenomas pituitarios
Los adenomas pituitarios son de diferentes tipos, dependiendo de:
- de sus dimensiones: hay adenomas de menos de 10 mm llamados microadenomas y adenomas iguales o superiores a 10 mm (macroadenomas)
- de su "productividad": los adenomas hipofisarios secretores (que influyen en la producción de hormonas) y no secretores
Los trastornos causados por los adenomas
Los macroadenomas pueden causar problemas si su masa tumoral es demasiado grande, porque comprime el cerebro. Este último ya no es capaz de secretar suficientes hormonas. Algunos adenomas pituitarios secretores también producen un exceso de hormona pituitaria, cuyo nivel anormalmente alto en la sangre causa trastornos como la enfermedad de Cushing o la hiperprolactinemia.
Los síntomas
Los síntomas del adenoma pituitario son muy variados:
- Trastornos debidos a la compresión del cerebro en el caso de macroadenomas, como la cefalea (dolor de cabeza) y trastornos de la visión (como visión borrosa leve o pérdida de visión periférica), mareos, dolor facial, fatiga, náuseas, sed extrema y micción frecuente.
- En el caso de un tumor de prolactina: disfunciones endocrinas incluyendo amenorrea (interrupción del ciclo menstrual en las mujeres), producción de leche materna sin embarazo ni parto, desarrollo de las mamas en los hombres, disminución de la libido, disfunción eréctil, aumento de peso, arritmia cardíaca, trastornos metabólicos, osteoporosis, alteración del azúcar en sangre, hipertensión.
- Si se trata de un tumor de la hormona del crecimiento: acromegalia o gigantismo, dolor articular, altos niveles de azúcar en sangre, sudoración excesiva, aumento del crecimiento del cabello
- Si es un tumor de corticotropina (ACTH) que produce demasiado cortisol, se puede desarrollar la enfermedad de Cushing. Los síntomas incluyen aumento de peso (incluyendo grasa entre los hombros o por encima de las clavículas), cara roja e hinchada, aumento de la vellosidad, debilidad muscular, presión arterial alta y cambios de humor inexplicables.
- Si es un tumor de hormona estimulante de la tiroides (TSH) que puede hacer que la tiroides sea hiperactiva (hipertiroidismo), hay nerviosismo, ansiedad, temblores y trastornos del sueño, aumento del apetito pero pérdida de peso, una sensación de calor con latidos cardíacos rápidos o irregulares y movimientos intestinales frecuentes.
Los tratamientos para el adenoma pituitario
El diagnóstico
Si experimentas los síntomas mencionados anteriormente, es necesario consultar a un profesional de la salud. Los exámenes y pruebas a realizar para diagnosticar el adenoma pituitario son diversos. En primer lugar, el médico realizará análisis hormonales en sangre para determinar si el tumor es cerebral; a continuación, será necesario realizar una resonancia magnética para conocer las características del tumor.
Los datos clínicos y biológicos, gracias a la prueba hormonal, a la resonancia magnética e incluso a los exámenes oftalmológicos, permiten a los endocrinólogos descubrir un adenoma pituitario y apreciar su impacto.
Los tratamientos
Los medicamentos
El adenoma hipofisario no se puede eliminar con tratamiento médico. Sin embargo, algunos medicamentos pueden llevar a una disminución en el tamaño del adenoma o incluso al bloqueo de la secreción hormonal excesiva.
Para los adenomas de prolactina y TSH, se pueden utilizar agonistas de dopamina como Parlodel.
Para los tumores que producen demasiada TSH o ACTH, se pueden administrar análogos de la somatostatina como Sandostatin.
También se pueden utilizar antagonistas de los receptores de la hormona del crecimiento como Somavert, la terapia hormonal o la quimioterapia.
También se pueden prescribir medicamentos antes de una operación, con el fin de mejorar sus posibilidades de éxito.
La cirugía
La mayoría de los adenomas pituitarios, ya sean micro o macro, secretores o no, se extirpan quirúrgicamente y luego se realiza radioterapia para "limpiar" el área. Después del tratamiento, el paciente debe ser seguido regularmente para asegurar que la funcionalidad de la glándula pituitaria y la secreción hormonal sean normales.
La operación se realiza bajo anestesia general y dura entre 45 minutos y 1 hora y 15 minutos. El neurocirujano puede elegir dos técnicas para la operación:
- La vía "sublabial": se hace una incisión debajo del labio superior y por encima de la encía para que el neurocirujano pueda llegar a las heces turcas (cámara ósea donde se encuentra el adenoma) pasando por debajo de la nariz.
- La vía "endo-nasal": el cirujano pasa a través de una fosa nasal para llegar al fondo de la fosa nasal y luego a las heces turcas.
El principio de la intervención es extirpar el adenoma respetando la glándula pituitaria, lo cual se ve facilitado por la diferencia de aspecto, coloración y consistencia entre la glándula pituitaria y el adenoma observado en casi el 95% de los casos. Si el adenoma no es muy visible, existe el riesgo de que la glándula sana se dañe o de que el adenoma no se elimine completamente.
Al final del procedimiento, se suele colocar un tampón en cada fosa nasal durante dos o tres días para evitar la epistaxis (hemorragia nasal) y permitir una cicatrización rápida.
La operación es muy indolora. Sin embargo, los pacientes pueden sufrir dolores de cabeza por encima de los ojos y sequedad nasal leve. No es aconsejable sonarse la nariz durante unos días.
Publicado el 16 feb. 2018