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¿Cuáles son los beneficios de los tratamientos termales para la fibromialgia?

Publicado el 15 mar. 2024 • Por Somya Pokharna

La fibromialgia ha eludido durante mucho tiempo un único enfoque terapéutico. En la búsqueda de estrategias de gestión eficaces, los tratamientos termales están surgiendo como un tratamiento complementario con múltiples beneficios.

¿Qué es un tratamiento termal? ¿Ayuda realmente en el tratamiento de la fibromialgia? ¿Cuál es la base científica? ¿Con qué frecuencia deberías someterte a un tratamiento termal?

¡Sumérgete en este artículo para descubrirlo!

¿Cuáles son los beneficios de los tratamientos termales para la fibromialgia?

La fibromialgia es una enfermedad crónica caracterizada por dolor musculoesquelético generalizado, fatiga y sensibilidad en zonas localizadas. Su causa exacta no está clara y a menudo coexiste con síntomas como trastornos del sueño, problemas cognitivos y trastornos del estado de ánimo. En su búsqueda de alivio del dolor persistente y confuso de esta afección crónica, muchas personas han recurrido a remedios tradicionales, incluida la terapia termal. Mientras que los tratamientos convencionales suelen centrarse en la medicación y la fisioterapia, la terapia termal ofrece un enfoque holístico basado en las propiedades curativas naturales del agua.

¿Qué es un tratamiento termal?

Una cura termal es un tratamiento que implica el uso de agua termal natural o fuentes termales que contienen minerales naturales para la salud y el bienestar. Estos balnearios suelen ofrecer una serie de tratamientos, como baños, masajes y otras terapias, todos ellos aprovechando las propiedades curativas del agua calentada geotérmicamente.

Las propiedades terapéuticas de estos tratamientos se atribuyen a dos factores principales: el efecto térmico, que implica la aplicación de calor, y el contenido mineral del agua. Se ha demostrado que la terapia de calor reduce la rigidez muscular, mejora la circulación y favorece la relajación, todo lo cual es beneficioso para los pacientes de fibromialgia. Además, la absorción a través de la piel de minerales como el magnesio y el azufre puede contribuir a reducir la inflamación y mejorar la función muscular y nerviosa.

¿Pueden los tratamientos termales ayudar en el tratamiento de la fibromialgia?

Estudios recientes han empezado a destacar la eficacia de la terapia termal en el tratamiento de los síntomas de la fibromialgia.

La balneoterapia, que consiste en tomar baños de agua termal, es un método habitual y eficaz. El calor del agua ayuda a relajar los músculos y mejorar la circulación. En un ensayo controlado aleatorizado sobre los efectos de la balneoterapia en pacientes con fibromialgia, los participantes se sometieron a una serie de sesiones de balneoterapia durante varias semanas. Los resultados mostraron mejoras significativas en la intensidad del dolor, la calidad de vida y la función física en el grupo tratado en comparación con el grupo de control, y los beneficios persistieron hasta seis meses después del tratamiento.

La hidroterapia, que consiste en hacer ejercicios en piscinas especialmente diseñadas, permite realizar movimientos suaves y estiramientos sin provocar una tensión excesiva. Otro estudio exploró el impacto de la hidroterapia en la fibromialgia. Demostró no sólo una reducción del dolor y la rigidez, sino también una mejora de la calidad del sueño y el bienestar general. El entorno controlado de la piscina terapéutica, combinado con la flotabilidad natural del agua, permite realizar ejercicios suaves que ayudan a aliviar los síntomas de la fibromialgia sin exacerbar el dolor.

Los masajes con agua termal o barro también pueden aliviar zonas de tensión muscular.

¿Qué dice la ciencia sobre los tratamientos termales para la fibromialgia?

El tratamiento termal ayuda a tratar la fibromialgia de varias maneras. El calor del agua ayuda a aumentar la circulación sanguínea en los músculos y articulaciones, facilitando la eliminación de toxinas y promoviendo la curación. Este efecto térmico también puede reducir la tensión muscular y aumentar el umbral de tolerancia al dolor, aliviando así el dolor crónico asociado a la fibromialgia.

Por otra parte, se cree que el contenido mineral del agua termal, en particular elementos como el magnesio, desempeña un papel crucial en la relajación muscular y la función nerviosa. El magnesio, en particular, es esencial para las contracciones musculares y la producción de energía en las células, y su absorción a través de la piel durante la balneoterapia puede ayudar a contrarrestar la deficiencia de magnesio que se observa a menudo en los pacientes con fibromialgia.

¿Con qué frecuencia conviene someterse a un tratamiento termal? ¿Cuánto duran los beneficios?

Aunque la frecuencia de los tratamientos termales puede variar en función de las necesidades y preferencias individuales, y algunas personas encuentran alivio en sesiones semanales o bisemanales, la duración de los beneficios varía de una persona a otra. Algunos pueden experimentar alivio durante unos días, mientras que otros disfrutan de beneficios más duraderos. Aunque la terapia termal es una parte valiosa del tratamiento de la fibromialgia, no suele ser una solución independiente a largo plazo. Para mantener los efectos beneficiosos, las personas suelen incorporar sesiones regulares a su rutina de bienestar, combinándolas con enfoques holísticos, modificaciones del estilo de vida y atención médica continuada para conseguir una estrategia más completa.

¿Pueden tener efectos secundarios los tratamientos termales?

En general, los tratamientos termales se consideran seguros para la mayoría de las personas. Sin embargo, hay algunos puntos que conviene tener en cuenta. Las personas con determinadas afecciones médicas, como problemas cardiovasculares, infecciones cutáneas o heridas abiertas, deben consultar a un profesional de la salud antes de someterse a una cura termal. Las mujeres embarazadas también deben consultar a su médico. Los efectos secundarios habituales son poco frecuentes, pero pueden incluir deshidratación, mareos, sobrecalentamiento o irritación de la piel. Respetar la duración recomendada de las sesiones y mantenerse hidratado puede ayudar a minimizar los posibles efectos secundarios.

Es importante señalar que el tratamiento termal no es una cura para la fibromialgia, sino un tratamiento complementario que puede aliviar ciertos síntomas. La variabilidad de las respuestas individuales a la terapia subraya la importancia de un enfoque personalizado del tratamiento, haciendo hincapié en la necesidad de consultas periódicas con profesionales sanitarios para determinar las terapias más adecuadas para cada paciente.

¡Recuerda!

La terapia termal se perfila como un prometedor tratamiento complementario, basado tanto en la tradición como en la ciencia. Los resultados de estudios recientes destacan su capacidad para aliviar los síntomas generalizados de la fibromialgia, gracias a las propiedades terapéuticas del calor y los minerales. A medida que avance la investigación, la terapia termal podría convertirse en parte integrante de un enfoque holístico del tratamiento de la fibromialgia, ofreciendo esperanza y una mejor calidad de vida a los afectados por esta difícil enfermedad.


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