¿Cuáles son los beneficios del tratamiento psicoterapéutico de la fibromialgia?

¿Qué es la fibromialgia?

La fibromialgia afecta al menos a un 2,4% de la población española. Fue reconocida como patología por la OMS en 1992 y clasificada como dolor crónico generalizado en la última Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE).

La fibromialgia es un síndrome doloroso que consiste en síntomas crónicos de intensidad moderada a grave, como dolor crónico difuso sin causa aparente, sensibilidad a la presión, fatiga, problemas cognitivos y trastornos del sueño.

Sin embargo, el hecho de que los síntomas dolorosos no estén localizados y dependan mucho de la persona afectada, unido a la ausencia de marcadores biológicos, dificulta el diagnóstico de la fibromialgia. Los pacientes se enfrentan a menudo a un largo periodo de vagabundeo diagnóstico.

La última versión del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5) clasifica la fibromialgia como un "trastorno somatomorfo" (trastorno mental caracterizado por una intensa focalización en síntomas físicos (somáticos), que provoca un sufrimiento significativo y/o una alteración del funcionamiento cotidiano). Según el DSM-5, este diagnóstico se considera cuando no se identifica ninguna afección médica pero ciertos síntomas, sugestivos de enfermedad o lesión, han estado presentes durante al menos 6 meses de forma permanente.

Por tanto, es pertinente pensar que el tratamiento no farmacológico podría permitir a los pacientes con fibromialgia mejorar su calidad de vida. 

¿Cuáles son los límites del tratamiento farmacológico de la fibromialgia?

Pueden prescribirse tratamientos farmacológicos de segunda línea, como analgésicos, antiepilépticos o antidepresivos.

Aproximadamente al 91% de los pacientes con fibromialgia se les prescribe medicación que supuestamente proporciona alivio. Sin embargo, la mayoría de estos pacientes muestran cierto grado de resistencia a los fármacos. Un estudio destacó el hecho de que sólo entre el 0 y el 12% de los pacientes estaban satisfechos con sus tratamientos.

Los tratamientos que se suelen prescribir a los pacientes de fibromialgia suelen ayudar sólo a corto plazo. Por el contrario, el tratamiento psicológico podría tener efectos a largo plazo sobre la fibromialgia.

¿Por qué el tratamiento psicoterapéutico puede ser beneficioso para los pacientes con fibromialgia?

Existen tres componentes subjetivos del dolor crónico:

• El componente afectivo. Es la dimensión emocional, en este caso vinculada al dolor. 
• El componente cognitivo. Se refiere a todos los procesos mentales susceptibles de influir en la percepción del dolor. Por ejemplo: anticipación ansiosa, rumiaciones, etc. 
• El componente conductual (evitación, aislamiento, etc.).

El tratamiento psicoterapéutico puede ayudar al paciente a actuar sobre los dos últimos componentes.

Se han realizado numerosos estudios de intervención que demuestran la eficacia de las terapias no medicinales en la fibromialgia. He aquí lo que se utiliza clásicamente:

• La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha mostrado resultados alentadores para los síntomas de dolor. 
• También se utiliza la ACT (Terapia de Aceptación y Compromiso). Es una de las terapias recientes denominadas "contextuales", también conocidas como terapias de "tercera ola". El objetivo de la ACT es mejorar la flexibilidad psicológica. Gracias a la aceptación del dolor que provoca, se dice que esta terapia reduce el impacto de la fibromialgia en los pacientes. 
• La EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por Movimientos Oculares) ha demostrado en varios estudios que reduce el estrés, el dolor y la fatiga. 
• La hipnosis puede modificar la percepción del dolor y reducir su intensidad, gracias a sugestiones que pueden crear un efecto analgésico. Según algunos estudios, los pacientes también afirman tener más control sobre su dolor. 
• La meditación de conciencia plena también puede tener un efecto sobre el dolor, mejorando la calidad de vida de los pacientes, aunque los efectos no son duraderos.

¡Recuerda! 

La fibromialgia es una patología crónica que sigue estando mal diagnosticada, lo que a menudo sume a los pacientes en un largo deambular diagnóstico.

El tratamiento de primera línea se basa en un enfoque no medicamentoso que consiste esencialmente en la actividad física adaptada (AFA). También pueden considerarse el yoga, el qi gong y el tai chi.

También se ofrece a los pacientes un enfoque psicosocial, destinado a mejorar la modulación del dolor, que está alterada en la fibromialgia. Algunas terapias se recomiendan más que otras por sus resultados conocidos en pacientes con fibromialgia: ACT, CBT, EMDR, hipnosis, meditación de atención plena, etc.

En una segunda fase, pueden prescribirse tratamientos farmacológicos a los pacientes, pero éstos suelen ser menos eficaces a corto plazo.

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