«
»

Top

¿Qué tratamiento para qué tipo de dolor?

Publicado el 17 oct. 2023 • Por Candice Salomé

El dolor ha sido trivializado durante mucho tiempo por los profesionales sanitarios. No fue hasta 2018 cuando hizo su aparición en la legislación española. En ese momento, se estableció que los establecimientos hospitalarios debían tomar todas las medidas necesarias para proporcionar una atención adecuada al dolor de los pacientes. 

El dolor crónico tiene un gran impacto en la calidad de vida de los pacientes. La elección del tratamiento depende del tipo de dolor que experimente el paciente. 

Pero, ¿cuáles son los distintos tipos de dolor? ¿Y cómo se trata? 

¡Te lo contamos todo en nuestro artículo!

¿Qué tratamiento para qué tipo de dolor?

Según un amplio estudio realizado en España, el dolor crónico afecta a un 18% de la población. Siendo un 12% de los casos en los que el dolor es de intensidad leve a moderada. El dolor crónico tiende a aumentar con la edad y afecta más a las mujeres que a los hombres. Los dolores identificados afectan principalmente a la espalda, el cuello, los hombros, la cabeza y el abdomen. Suelen asociarse a depresión, trastornos del sueño y, por supuesto, a una menor calidad de vida.

Los diferentes tipos de dolor 

El dolor se basa, sobre todo, en cómo se siente el paciente. Según la definición oficial de la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP), es una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada o parecida a la asociada a un daño tisular real o potencial.  

El dolor se clasifica según su naturaleza (agudo o crónico) y duración. Así pues:

Dolor "agudo"

El dolor agudo actúa como una "alarma" que indica al organismo que reaccione y se proteja ante un estímulo químico, mecánico o térmico. Está ligado a una estimulación intensa, que desencadena inmediatamente un mecanismo de transmisión de información de las terminaciones nerviosas.

Los receptores del dolor se denominan "nociceptores". Están situados en la piel, los músculos, las articulaciones, etc. y envían un mensaje al cerebro. Existen distintos tipos de nociceptores, cada uno especializado en la transmisión de una sensación concreta (quemazón, escozor, temperatura, etc.). Cuando se activan, transforman la información recibida en impulsos eléctricos.

Cuando el llamado dolor "agudo" dura más de 3 meses, se considera dolor crónico. Ya no se percibe como una señal de alarma. Por tanto, el dolor deja de ser un síntoma y se convierte en una enfermedad.

Dolor crónico

El dolor crónico se clasifica según los mecanismos fisiopatológicos implicados.

Dolor inflamatorio

Este tipo de dolor se asocia a una inflamación que perdura en el tiempo. Algunos ejemplos son el dolor articular.

Dolor neuropático

Está relacionado con lesiones del sistema nervioso central o periférico, la médula espinal, una amputación o un ictus. Estas lesiones afectan directamente al sistema de detección del dolor. Como consecuencia, el "sistema de alarma" falla y se vuelve incontrolable por los analgésicos convencionales.

Dolor mixto

Combina un componente inflamatorio con un componente neuropático. Este tipo de dolor suele darse en pacientes con cáncer o tras una intervención quirúrgica.

Dolor nociplásico (o dolor centralizado)

Se ha definido más recientemente y está vinculado a alteraciones de la nocicepción -el sistema de detección del dolor- en las que no se encuentra ninguna lesión. El dolor nociplásico se basa en una alteración de los sistemas de control y modulación del dolor. 

Este tipo de dolor se encuentra en pacientes que padecen fibromialgia, trastornos funcionales intestinales o ciertas cefaleas crónicas.

¿Qué tratamiento para qué tipo de dolor? 

Gestión de la medicación

Hoy en día, el dolor inflamatorio se trata con los analgésicos habituales paracetamol, aspirina, antiinflamatorios, y morfina y sus derivados para el dolor intenso.

Sin embargo, estos tratamientos pueden tener efectos indeseables si se toman durante periodos prolongados, o incluso de forma crónica, como problemas gástricos, renales, tolerancia y/o dependencia.

Por otra parte, el dolor neuropático responde muy mal a los analgésicos, salvo algunos opiáceos, pero los efectos secundarios de estos últimos hacen que no puedan utilizarse a largo plazo.

Los principales tratamientos utilizados para tratar el dolor neuropático son los antidepresivos y los antiepilépticos. Estas dos categorías de fármacos sólo son moderadamente eficaces, aunque tienen menos efectos secundarios.

Pueden utilizarse tratamientos locales, como parches anestésicos o de capsaicina, o inyecciones, si el dolor no está demasiado extendido.

La toxina botulínica se ha utilizado recientemente para combatir el dolor neuropático periférico cuando los tratamientos anteriores no han funcionado suficientemente. La toxina botulínica se administra mediante inyección subcutánea y tiene una duración de acción de 3 meses, sin efectos secundarios destacables. Sin embargo, por su forma de administración, se reserva para dolores neuropáticos superficiales que no afectan a una zona demasiado extensa.

Tratamiento no farmacológico

En los centros del dolor se han introducido diversos enfoques no medicinales, como la sofrología, la acupuntura, la relajación y la hipnosis. Para algunos pacientes, estos enfoques pueden reducir el número de fármacos utilizados.

Otros métodos, como la nuroestimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS), utilizan electrodos adheridos a la piel para aliviar el dolor.

>> Para encontrar todos los enfoques no farmacológicos para aliviar el dolor, lee nuestro artículo dedicado <<


Para saber más... 

La principal tarea de los centros de tratamiento y estudio del dolor crónico (CEDC) es gestionar el dolor de los pacientes teniendo en cuenta los factores psicológicos, sociales y biológicos implicados en la patología. Esta atención se basa inicialmente en la evaluación del dolor, seguida de un tratamiento, a menudo múltiple, con el objetivo de la rehabilitación.

Las estructuras para el estudio y el tratamiento del dolor crónico (SDC) se organizan en dos niveles: consultas y centros. Se organizan sobre una base multidisciplinar, con un equipo de tres personas compuesto por un médico, un enfermero y un psicólogo.

Todos los SDC están alojados en establecimientos sanitarios y autorizados por las agencias regionales de salud (ARS), y deben cumplir criterios muy específicos.

Estos servicios están disponibles por recomendación médica, así que no dudes en hablar con tu médico de cabecera.


¿Este artículo te ha sido útil? 

¡Haz clic en "Me gusta" y comparte tu opinión e interrogantes con la comunidad más abajo en los comentarios!       
 
¡Cuídate!  


5

Comentarios

También te gustará

Enfermedades crónicas: ¿cuál es tu relación con tus médicos? ¡Los miembros de Carenity responden!

Enfermedades crónicas: ¿cuál es tu relación con tus médicos? ¡Los miembros de Carenity responden!

Leer el artículo
¡La toxina botulínica (Botox) también puede utilizarse para tratar ciertas patologías crónicas!

¡La toxina botulínica (Botox) también puede utilizarse para tratar ciertas patologías crónicas!

Leer el artículo
Falsos recuerdos: ¿puede nuestra memoria traicionarnos?

Falsos recuerdos: ¿puede nuestra memoria traicionarnos?

Leer el artículo
¿Cuál es el impacto social de las enfermedades crónicas invisibles? ¡Los miembros de Carenity responden!

¿Cuál es el impacto social de las enfermedades crónicas invisibles? ¡Los miembros de Carenity responden!

Leer el artículo

Discusiones más comentadas