Síndrome serotoninérgico: ¿qué es?

¿Qué es la serotonina? 

La serotonina es un neurotransmisor, es decir, una sustancia que transmite información en el organismo. Se sintetiza a partir de un aminoácido: el triptófano. Tiene numerosas funciones.

La serotonina es producida por las neuronas para comunicarse con otras neuronas del cerebro. A menudo se le llama la "hormona de la felicidad" por su importante efecto sobre el estado de ánimo. En efecto, la serotonina interviene en la regulación del comportamiento y el estado de ánimo, la ansiedad y el aprendizaje. También interviene en la motivación y la toma de decisiones.  

No sólo se produce en el sistema nervioso central (5% del total de serotonina), sino también en la sangre y el intestino (95% entre ambos). En la sangre, actúa, en particular, en la coagulación sanguínea y en la regulación del diámetro de los vasos sanguíneos. En el tracto digestivo, interviene en el funcionamiento de la microbiota (las bacterias que recubren el interior del intestino) y en la contracción del intestino, favoreciendo así la digestión. 

La deficiencia de serotonina puede provocar numerosos síntomas y enfermedades, incluida la depresión. Pueden aparecer manifestaciones psicológicas como neurosis, ansiedad, aumento de la agresividad, trastornos del estado de ánimo, ataques de pánico, nerviosismo, agotamiento y fobias. 

Además de estas consecuencias psicológicas, una deficiencia de serotonina puede tener consecuencias en el cuerpo como: 

• Dolor de cabeza, 
• Dolor muscular, 
• Problemas de concentración, 
• Trastornos del sueño,  
• Problemas sexuales (por ejemplo, eyaculación precoz), 
• Disminución de la libido,  
• Hipertensión arterial... 

Las causas de una deficiencia de serotonina pueden ser muy numerosas. Puede deberse a: 

• La falta de luz solar (la luz estimula la producción de serotonina en el cerebro), 
• El estrés, que tiende a reducir la cantidad de serotonina producida por el cerebro, 
• Una dieta pobre. La falta de triptófano (presente en las legumbres, la soja, el arroz integral, el bacalao y el pescado en general, los cacahuetes, las semillas de calabaza, la leche, el queso, las aves de corral, los huevos, la levadura de cerveza, el perejil, el chocolate, etc.) provocará una falta de serotonina. 
  

¿Qué hacer en caso de que el déficit de serotonina provoque una depresión?  

Como hemos visto, la deficiencia de serotonina puede ser la causa de la depresión. Se pueden prescribir varios tratamientos para la depresión. Los principales tratamientos son los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina o ISRS. Estos tratamientos aumentan la cantidad de serotonina disponible en el cerebro. Así, los ISRS provocan una mejora del estado de ánimo y una reducción de la ansiedad. 

Para entender cómo funcionan los ISRS, tenemos que observar nuestras sinapsis. La sinapsis es el lugar donde se encuentran dos neuronas. La función de la serotonina es mejorar la transmisión sináptica (el paso de información de una neurona a otra).  

El principio de los ISRS es impedir la recaptación de serotonina. De este modo, la serotonina permanece en la sinapsis durante más tiempo, aumentando así la estimulación de las neuronas. 

Sin embargo, desde los años sesenta, varias publicaciones científicas han informado de manifestaciones conductuales, neuromusculares y neurovegetativas tras la asociación de sustancias que amplifican la transmisión serotoninérgica. Estas publicaciones han llevado a la identificación del síndrome serotoninérgico. 

¿Qué es el síndrome serotoninérgico?

El síndrome serotoninérgico está causado por el aumento de la estimulación de los receptores de serotonina en el cerebro. Se debe principalmente al uso de determinados fármacos (como los ISRS, los inhibidores de la monoaminooxidasa u otros antidepresivos), a una sobredosis de determinados fármacos o, más frecuentemente, a interacciones farmacológicas indeseables. Estas interacciones implican o bien dos fármacos que estimulan los receptores de serotonina cuando se toman juntos o bien un fármaco serotoninérgico y un fármaco que ralentiza la eliminación del primer fármaco por parte del organismo (aumentando así su concentración). 

Los síntomas suelen aparecer en las 24 horas siguientes a la toma de uno o varios fármacos que afectan a los receptores de serotonina. 

La naturaleza y la gravedad de estos síntomas pueden variar mucho de una persona a otra. 

Los síntomas del síndrome serotoninérgico incluyen: 

• Ansiedad, 
• Agitación, 
• Impaciencia, 
• Confusión, 
• Temblores, 
• Espasmos musculares, 
• Rigidez muscular, 
• Ritmo cardíaco elevado, 
• Sudoración y/o escalofríos, 
• Vómitos, 
• Diarrea. 

Estos síntomas suelen desaparecer a las 24-72 horas de haber tomado el/los medicamento(s), pero pueden durar más tiempo en función del tiempo que tarde el organismo en eliminar completamente el medicamento responsable. 

La gravedad clínica puede variar desde una forma leve difícil de identificar hasta una forma rara pero potencialmente letal con acidosis metabólica, rabdomiólisis, insuficiencia renal aguda, convulsiones, coagulación intravascular diseminada y dificultad respiratoria aguda. 

Cuando el síndrome serotoninérgico se diagnostica y se trata rápidamente, el pronóstico suele ser bueno. Es necesario suspender todos los fármacos que afectan a los receptores de la serotonina. Los síntomas suelen aliviarse con un sedante (por ejemplo, una benzodiacepina). La mayoría de los individuos necesitan ser ingresados en el hospital para realizar más pruebas, tratamiento y seguimiento. 

En los casos más graves, es necesario el ingreso en una unidad de cuidados intensivos. A veces es necesario enfriar al individuo utilizando, por ejemplo, un pulverizador corporal o un ventilador. A menudo es necesario medir la temperatura corporal de forma continua. Además, también puede ser necesario tomar otras medidas para tratar fallos en algunos órganos.  

En raras ocasiones, si los síntomas no desaparecen rápidamente, puede administrarse un inhibidor de la serotonina, como la ciproheptadina.