Consejos complementarios para aliviar el asma

¿Qué es el asma? 

El asma es una afección respiratoria crónica, una enfermedad de los bronquios, que aparece con mayor frecuencia en los niños. 

Puede clasificarse en diferentes estadios de gravedad: leve, moderada y grave. Si no se controla, puede tener graves repercusiones en el bienestar y la calidad de vida de los pacientes. 

Las causas del asma son multifactoriales y pueden implicar factores genéticos y/o ambientales. No todas las personas asmáticas son sensibles a los mismos factores. 

Una crisis de asma se manifiesta con tos seca repetida, dificultad para respirar, falta de aire, sibilancias o sensación de opresión en el pecho. 

Para tratar el asma, se recomienda limitar el contacto con los factores desencadenantes de las crisis, y a veces se contempla la desensibilización para desarrollar tolerancia. 

A continuación, se utilizan fármacos como los corticoesteroides inhalados y los broncodilatadores de acción lenta para reducir los síntomas diarios y prevenir las crisis. En caso de ataque, se utilizan broncodilatadores de acción rápida. 

Aunque el asma no puede curarse, un tratamiento adecuado puede mejorar significativamente la calidad de vida de los pacientes, con un 95% de los casos controlados. 

¿Cómo se pueden prevenir las crisis asmáticas?

Evitar los desencadenantes del asma es necesario para prevenir las crisis. Para todos los asmáticos, es aconsejable evitar el humo, el polvo y los productos que irritan las vías respiratorias, como los productos domésticos y las pinturas. 

A continuación indicamos los posibles factores desencadenantes de las crisis asmáticas y cómo evitarlos:

1. Ácaros del polvo: en el dormitorio, aspirar regularmente el polvo, utilizar fundas antiácaros y evitar las alfombras y moquetas. Utilizar productos antiácaros y lavar con frecuencia la ropa de cama a altas temperaturas, 
2. Polen: quedarse en casa durante los periodos de alto recuento de polen, cerrar las ventanas, llevar ropa protectora al salir y lavarla después de entrar, 
3. Pelo de animales domésticos: limitar el acceso de los animales domésticos al dormitorio, lavarlos con regularidad y evitar los muebles tapizados, 
4. Moho: reducir la humedad, ventilar las habitaciones, limpiar las superficies afectadas y evitar las zonas húmedas. 

Si padeces asma inducida por el ejercicio: toma broncodilatadores antes del ejercicio, calienta adecuadamente y evita el ejercicio si tu asma empeora. 

Si padeces asma ocupacional: evita los trabajos que te expongan a irritantes o alérgenos, como la pintura, la peluquería, el cuidado de mascotas, etc. 

¿Cómo se puede aliviar el asma? 

Aunque a menudo se recetan medicamentos para controlar los síntomas del asma, también existen métodos naturales y cambios en el estilo de vida que pueden ayudar a aliviar los síntomas como complemento del tratamiento médico.  

¡Cuidado! 

Antes de optar por tratamientos naturales para el asma, es esencial que consultes a tu médico o a un profesional sanitario cualificado. Ellos podrán aconsejarte sobre la idoneidad y seguridad de estos métodos alternativos en relación con su estado de salud individual. 

Además, en caso de ataque de asma persistente o grave, es imprescindible ponerse en contacto inmediatamente con los servicios de emergencia o consultar a un médico para recibir el tratamiento médico adecuado.

He aquí algunas formas eficaces de aliviar el asma sin tomar medicamentos: 

Respira hondo 

La respiración profunda puede ayudar a abrir las vías respiratorias y mejorar la función pulmonar. En caso de ataque de asma, mantén la espalda recta para que las vías respiratorias permanezcan abiertas, facilitando el paso del aire a los pulmones. Para detener la tos asmática hay que respirar lenta y profundamente. Practica regularmente ejercicios de respiración profunda para fortalecer los músculos respiratorios y reducir la disnea. 

Utiliza humidificadores

Los humidificadores ayudan a mantener un nivel óptimo de humedad en el aire, lo que puede aliviar las vías respiratorias irritadas y reducir los síntomas del asma, especialmente durante los meses secos de invierno. 

Aprende a gestionar tu estrés 

El estrés puede empeorar los síntomas del asma. Aprende técnicas de control del estrés como la meditación, el yoga o la relajación muscular para reducir los niveles de estrés y mejorar el control del asma. 

Mantén un peso saludable 

El sobrepeso o la obesidad pueden empeorar los síntomas del asma. Mantener un peso saludable mediante una dieta equilibrada y actividad física regular ayuda a reducir la inflamación de las vías respiratorias y a mejorar la función pulmonar. 

Come alimentos antiinflamatorios 

Algunos alimentos tienen propiedades antiinflamatorias que pueden ayudar a reducir la inflamación de las vías respiratorias en las personas asmáticas. Incluye en tu dieta alimentos ricos en omega-3 como el salmón, las semillas de lino, las semillas de chía y las nueces. 

Bebe bebidas calientes con cafeína y té de jengibre 

Se dice que el jengibre tiene propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que pueden ayudar a aliviar los síntomas del asma. La cafeína tiene un efecto broncodilatador potencial. El consumo de cafeína no previene ni detiene un ataque de asma. Simplemente ayuda a mejorar ligeramente los síntomas. 

Haz ejercicio regularmente 

El ejercicio regular fortalece los pulmones y mejora la función pulmonar en las personas asmáticas. Elige actividades de intensidad moderada, como caminar, nadar o montar en bicicleta, para beneficiarte de los efectos positivos del ejercicio sobre el asma. 

Duerme lo suficiente 

Un sueño de calidad es crucial para mantener un sistema inmunitario fuerte y reducir el riesgo de crisis asmáticas. Asegúrate de dormir lo suficiente cada noche para favorecer tu salud respiratoria. 

En conclusión, la medicación es por supuesto necesaria para controlar los síntomas del asma, pero estos métodos naturales pueden ayudar a complementar el tratamiento y mejorar la calidad de vida de los asmáticos. Estos métodos sólo deben utilizarse como complemento del tratamiento médico y siempre bajo la supervisión de un profesional sanitario. 

Consulta siempre a tu médico antes de modificar tu tratamiento contra el asma.