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Vivir con trastorno bipolar y depresión

Publicado el 22 nov. 2018 • Por Léa Blaszczynski

Descubre la experiencia de Camille, estudiante de 21 años en la facultad de química. Camille, quien sufre de depresión y trastorno bipolar desde 2013, quiere aumentar la conciencia pública sobre sus enfermedades, especialmente entre los jóvenes.

Vivir con trastorno bipolar y depresión

¿Cómo te diagnosticaron y qué profesional de la salud lo hizo?

Me diagnosticaron alrededor de los 15 años, después de muchas citas con un psicólogo y luego con un psiquiatra.

¿Cuáles fueron tus síntomas? ¿Tus fases?

Los primeros síntomas que tuve a la edad de 15 años fueron peculiares, podía experimentar grandes cambios de humor, podía reír tranquilamente y unas horas más tarde, llorar o enojarme, todo esto más exagerado de lo normal. Al principio no tuve ningún tratamiento, así que me quedé con estos cambios de humor.

Posteriormente, esto se agravó, podría hacer proyectos completamente delirantes. Trabajaba noches enteras sin parar, no dormía, ni me alimentaba. Por lo general, al cabo de dos semanas, terminaba en el hospital porque mi cuerpo estaba agotado. Luego llegó la fase en la que me encontraba nula, estúpida, lloraba, no iba más a clase, deprimida durante días enteros con ideas suicidas.

Ahora, con los estabilizadores del estado de ánimo, los problemas bipolares están solucionados, pero la depresión aún está presente.

¿Cómo afectó la bipolaridad a tu adolescencia?

La bipolaridad ha impactado mi adolescencia emocional y físicamente. La adolescencia es un período complicado pero, además, con una patología, fue realmente catastrófica.

De hecho, durante las fases maníacas, corría todo el tiempo por todas partes. En clase, era imposible concentrarme, quedarme sentada. En ese momento, me sentía intocable, inmortal, me ponía en peligro consumiendo drogas, bebiendo mucho alcohol.

Tenía la reputación de ser una chica toxicómana y problemática. Crecí en un pueblo pequeño y como en cada pueblo pequeño, todo se termina sabiéndose. Sufrí mucho porque yo no era esta chica con una apariencia desvergonzada.

¿Cómo afecta esto las relaciones con tus seres queridos?

Como mis padres estaban divorciados, vivía con mi padre y mi madrastra. Cuando era una adolescente, decian que todo era a causa de la "famosa" crisis, incluso si el psiquiatra les dijo que era mucho más que eso. Hace algún tiempo, hice tres intentos de suicidio con una estancia en un hospital psiquiátrico y una tutela. Mi madrastra se negó a venir a verme al hospital, ella pensaba que todo era una comedia. Y mi padre estaba en la incomprensión, estaba resentido por estos actos y se negaba a apoyarme.

Me perdí mi primer año de universidad debido a la depresión. Mi padre estaba muy enojado, dijo que era para hacerme la "interesante", que no tenía nada, que los médicos solo decían tonterias, que estaba solamente débil y que corría el riesgo de perder mi vida si continuaba haciéndome la egoísta. Nunca sentí compasión, ni siquiera tristeza de su parte, incluso después de mis tres intentos.

¿Qué profesional de la salud te está siguiendo? ¿Y cuál es la calidad de este seguimiento?

Actualmente estoy siendo seguido por un psiquiatra y un psicólogo con la frecuencia de una sesión por semana o cada dos semanas para ambos. A menudo odiaba acudir al psiquiatra, lo veía como un comerciante que me vendía su droga antidepresiva. Me prometió una cura con Prozac, llamada también la píldora de la felicidad, lo que era solo una ilusión.

Cambié de psiquiatra y después, todo fue diferente. La sesiones, las gestiono con lo que quiero hablar o no. Tengo derecho a negarme a hablar, a marcharme después de diez minutos si lo deseo. Siento que avanzo. Me siento comprendida y no tomada solo como una paciente a quien debemos vender medicamentos. La psicóloga trabaja sobre los miedos que puedo tener: cómo reaccionar ante una situación estresante. Esto es realmente importante porque permite ser escuchada por un lado y por otro, trabajar en mí para avanzar.

¿Cuáles son las manifestaciones más difíciles de gestionar?

Es difícil manejar mi vida estudiantil. Estoy en DUT, mis ausencias se anotan, desafortunadamente, sufriendo de fobia escolar, a veces es imposible para mí ir a clase. Y los profesores no son comprensivos, inmediatamente piensan que todo es una comedia porque un día porfin vamos a clase y podemos hacer un día normal, no entienden por qué al día siguiente ya no es posible.

Los tratamientos también son muy pesados, a menudo estoy en un segundo estado, me cuesta mucho tiempo pensar, tengo problemas para concentrarme. Estoy constantemente obligada a justificar estos estados y ausencias ante personas que no quieren entender. Porque, para ellos, si no me paso el tiempo llorando, no puedo estar deprimida. Es una carga pesada a llevar, la mirada de las personas es muy dura.

Los terrores nocturnos, el llanto que no se detiene, la anorexia son factores que la complican incluso a nivel social.

¿Tienes un mensaje para transmitir a las personas en la misma situación que tu?

A los 21 años, cuando escuchamos que estos son nuestros mejores años y nada es importante, podemos sufrir de depresión. Podemos sufrir el dolor de la vida, es posible que queramos abandonarlo todo y decir ¡hasta aquí!.

Es necesario estar rodeado, incluso si en mi caso, mi familia no me apoya, tengo los especialistas que están aquí, algunos amigos en los que puedo confiar. Tengo un novio que se queda a mi lado a pesar de todas estas ideas oscuras y momentos difíciles. Es difícil, incluso terrible, pero podemos superar todo eso. Me gustaría que los jóvenes que viven lo mismo, no cedan. Que luchen y que sepan que no están solos, que la vida merece ser vivida incluso si pensamos lo contrario cuando estamos en una crisis de lágrimas.

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avatar Léa Blaszczynski

Autor: Léa Blaszczynski, Redactora de Salud, experta en comunicación

En Carenity desde 2013, la redacción de artículos de salud no tiene secretos para Léa. Le interesan especialmente los campos de la psicología, la nutrición y la actividad física.

Léa tiene un máster en... >> Saber más

2 comentarios


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Usuario desinscrito
el 28/11/18

 Ánimo a tod@s aunque ahora se hace más difícil luchar contra la depresión sobre todo para los que tenemos algún ser querido fallecido. Tenemos que todearno de gente que nos quiera y nos comprenda y así hacer que nuestra soledad no se sienta tanto. Un abrazo a tod@s.

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