La hepatitis C
¿Qué es la hepatitis C?
La hepatitis C es una enfermedad contagiosa de gravedad variable que afecta al hígado. La palabra hepatitis también significa "inflamación del hígado".
La hepatitis C es causada por un virus, el VHC, que se transmite principalmente a través de la sangre. Descubierto en 1989, este virus es muy resistente y puede sobrevivir varios días al aire libre. Sin embargo, esta enfermedad progresa lentamente y, en la mayoría de los casos, se puede evitar una progresión hacia la cronicidad y la muerte.
Por lo tanto, la hepatitis C es a veces benigna, afectando al paciente durante algunas semanas después de la infección. Esto es lo que llamamos hepatitis C aguda. Sin embargo, también puede evolucionar con el tiempo y convertirse en una enfermedad crónica. Lo que se llama hepatitis C crónica.
La hepatitis C puede, entonces, progresar en sus formas graves a cirrosis o incluso cáncer de hígado. Sin embargo, hay nuevos tratamientos disponibles para lograr hasta el 95% de la tasa de curación en personas con hepatitis C. No obstante, a diferencia de la hepatitis A o B, no existe una vacuna preventiva contra la hepatitis. La búsqueda de una vacuna para tratar de detener esta plaga continúa.
Tengo hepatitis C, ¿cuáles son los reflejos adecuados para adoptar?
Seguir el tratamiento
Seguir su tratamiento regularmente es la primera clave para la recuperación. Además, es esencial hacer preguntas a los profesionales de la salud y escuchar a su cuerpo.
Acercarse a grupos y asociaciones dedicadas
En los casos en que el paciente no es seguido por un profesional de la salud, las estructuras especializadas proporcionan asesoramiento y apoyo. Por ejemplo, es posible contactar con estructuras como FNETH, AEEH o HePA.
Tener un estilo de vida saludable
Los pacientes deben limitar su consumo de alcohol, lo que daña el hígado y limita la eficacia del tratamiento. También se debe evitar fumar, ya que aumenta el riesgo de cáncer de hígado. La alimentación saludable es otra manera de mejorar. De hecho, el hígado actúa como un filtro en el organismo. Un hígado sano elimina naturalmente las sustancias tóxicas. También almacena los nutrientes necesarios para que el cuerpo funcione correctamente. Una alimentación sana significa proporcionar al cuerpo la cantidad necesaria de proteínas, carbohidratos y grasas todos los días.
>> Descubre nuestra guía de nutrición para la hepatitis
Controlar el estrés practicando una actividad que relaje y evitando situaciones que causan fatiga innecesaria son otras dos maneras de sanar eficazmente. Finalmente, dormir bien ayuda a reducir la fatiga durante el día y un sueño de calidad promueve la curación.
Evitar los comportamientos de riesgo
La vacunación contra la hepatitis A y B es un paso esencial, así como mantenerse alejado de las drogas, especialmente de aquellas que requieren el uso de una jeringa, y protegerse durante las relaciones sexuales.
¿Cómo evitar contaminar a alguien?
El riesgo de contaminación de una persona a su entorno es prácticamente nulo. Sin embargo, se aconseja al paciente que no comparta artículos de higiene que puedan entrar en contacto con la sangre, como tijeras de uñas, maquinillas de afeitar y cualquier equipo de depilación o cepillos de dientes. La vida comunitaria es muy posible. Simplemente, en caso de una herida o corte, es esencial poner un apósito protector. Por otra parte, no se permite la donación de sangre.
¿Cuáles son los tratamientos?
Tratamiento antiviral
Su objetivo es eliminar el virus de la hepatitis C o detener una fibrosis incipiente. Es la combinación de dos medicamentos: interferón pegilado y ribavirina. Este tratamiento antiviral es por lo tanto una terapia dual seguida entre 6 meses y 1 año. El Interferón PEG requiere una inyección por semana mientras que la ribavirina se presenta en forma de cápsulas que se deben tomar diariamente. Las dosis de estos dos medicamentos se determinan en función del peso del paciente. El tratamiento es prescrito por un médico del hospital y las inyecciones mensuales de interferón son administradas por una enfermera al principio del tratamiento y luego por el propio paciente. Las inyecciones y la ribavirina tienen efectos secundarios, especialmente durante el primer mes de tratamiento.
Tratamiento de los síntomas de la hepatitis C
Este tratamiento ayuda a combatir el dolor muscular, los trastornos digestivos y otros síntomas relacionados con la enfermedad.
Tratamiento para prevenir complicaciones
Ayuda a retrasar la aparición de complicaciones como la cirrosis o el cáncer de hígado.
Tasa de curación
El porcentaje de curación depende en parte del genotipo de la hepatitis C desarrollada. Gracias a la terapia dual, el 50% de los pacientes se curan. De hecho, la tasa de curación es del 80% para los pacientes con hepatitis C genotipo 2 o 3. En el caso de la hepatitis C de los genotipos 1, 4 y 5, es del 50%. En 2013, se logró un gran avance en el tratamiento de la hepatitis C crónica genotipo 1. Es una terapia triple, indicada para sujetos que aún no han sido tratados o que han fracasado en un tratamiento anterior. Este tratamiento es una esperanza real para detener la enfermedad. En efecto, para la hepatitis C del genotipo 1, que representa el 60% de los casos de hepatitis en adultos, la tasa de curación aumenta al 70% con la terapia triple.
Hepatitis C y embarazo
Una mujer con el VHC puede concebir un hijo. Sin embargo, el embarazo está fuertemente contraindicado durante el tratamiento, así como dentro de los seis meses precedentes al final del tratamiento, dado el posible riesgo de malformación del niño. El riesgo de transmisión del VHC de madre a hijo sería en el momento del parto, ya sea en el momento mismo o en los primeros días de vida del bebé. Sin embargo, este riesgo es inferior al 5%.
Las madres coinfectadas con el VHC y el VIH tienen un mayor riesgo de transmitir el VHC al recién nacido (al menos el 20%). Si el hombre está infectado con hepatitis C, tendrá que esperar seis meses después del final de su tratamiento antes de poder procrear.
Publicado el 1 ago. 2019