¿Qué es el asma nocturna?

¿Qué es el asma nocturna?

Como su nombre indica, el asma nocturna (también llamada asma de noche) es el empeoramiento de los síntomas del asma durante la noche. Estos síntomas, que suelen incluir tos, sibilancias, falta de aire y opresión en el pecho, pueden interrumpir el sueño.

El asma nocturna es relativamente común y se da en todos los tipos de asma, especialmente en el caso del asma alérgica, ocupacional y en el asma inducida por el ejercicio. Un estudio publicado en el Journal of Asthma basado en 14.000 pacientes con asma estimó que el 60% de los pacientes con asma continua tienen asma nocturna en algún momento.

¿Qué causa el asma nocturna?

Los médicos y la comunidad médica no están seguros de las causas del asma nocturna, pero algunos de los siguientes factores pueden estar implicados:

• Las hormonas: muchas de las hormonas del cuerpo -incluyendo la melatonina, el cortisol y la epinefrina, las hormonas vinculadas al ciclo del sueño- siguen un ritmo circadiano, un ciclo de 24 horas vinculado al reloj interno del cuerpo. Los cambios de estas hormonas por la noche y durante el sueño pueden afectar a la profundidad y el ritmo de la respiración, lo que puede contribuir a los síntomas del asma.
• La inflamación: al igual que ocurre con las hormonas, los niveles de esteroides en el organismo disminuyen de forma natural por la noche, lo que provoca una inflamación y una respuesta inmunitaria elevadas, que pueden empeorar los síntomas del asma.
• La resistencia de las vías respiratorias: cuando dormimos, nuestras vías respiratorias se estrechan (lo que se denomina broncoconstricción). En los pacientes asmáticos, el estrechamiento de las vías respiratorias ya es un problema, por lo que este ligero cambio durante el sueño puede agravar el problema.
• El control muscular: durante el sueño, nuestros músculos se relajan, lo que provoca una disminución de la fuerza y del control muscular. Por supuesto, la respiración continúa durante el sueño, pero la reducción del movimiento muscular puede provocar una respiración superficial y una disminución del volumen pulmonar (la cantidad de aire inhalado). Esto puede ser problemático para los pacientes asmáticos con una función pulmonar comprometida.
• La apnea del sueño: la apnea del sueño es una afección en la que la respiración se interrumpe durante el sueño. Cuando el asma y la apnea del sueño coinciden, pueden agravarse mutuamente.
• Los alérgenos y la respuesta de fase retardada: la exposición a los alérgenos puede desencadenar una crisis de asma o exacerbar los síntomas, cuando la respuesta del organismo se retrasa y se produce durante el sueño, puede provocar asma nocturna.
• La enfermedad por reflujo gastroesofágico (ERGE): la ERGE, también conocida como reflujo ácido, es una afección a menudo relacionada con el asma nocturna. El reflujo de ácido estomacal del esófago a la laringe puede desencadenar un espasmo bronquial o provocar una constricción de las vías respiratorias. Los estudios han demostrado que hasta el 80% de las personas asmáticas tienen también síntomas de ERGE, como ardor de estómago y regurgitación.

¿Cuáles son las complicaciones del asma nocturna?

Además de la somnolencia diurna que puede resultar de la interrupción del sueño causada por el asma nocturna, el asma nocturna también puede tener efectos en la salud a largo plazo.

Con el tiempo, el asma nocturna continua puede deteriorar la función pulmonar general y hacer que el asma progrese. También se ha descubierto que aumenta el riesgo de sufrir problemas de salud, como las enfermedades cardíacas, y está relacionada con un mayor riesgo de muerte. De hecho, el 80% de las paradas respiratorias (cuando se deja de respirar) y el 70% de las muertes relacionadas con el asma se producen por la noche.

Aunque esto pueda parecer inquietante, con la ayuda de un médico, el plan de prevención y de tratamiento del asma puede perfeccionarse para controlar mejor los síntomas del asma nocturno.

¿Cómo diagnosticar el asma nocturna?

Si tus síntomas de asma empeoran significativamente por la noche, tu médico puede darte un diagnóstico diferente de asma nocturna además de tu diagnóstico principal (por ejemplo, asma ocupacional). 

Además, una serie de pruebas diagnósticas pueden ayudar a identificar el asma nocturna. La dificultad para diagnosticar el asma nocturna es que los síntomas pueden no ser identificables durante el día. Por lo tanto, es posible que se te pida que te sometas a una prueba a domicilio o a un estudio del sueño:

La prueba a domicilio

Esta prueba debe realizarse antes de acostarse y por la mañana justo después de despertarse para medir el impacto del asma nocturna en la función pulmonar.

Se te pedirá que midas:

• El volumen espiratorio forzado (FEV1): es la cantidad de aire que puedes exhalar en un segundo con el máximo esfuerzo. Esta medición puede realizarse en casa con un espirómetro. En el asma nocturna, el valor del FEV1 puede disminuir al menos un 15% entre la hora de acostarse y la de despertarse.
• El flujo espiratorio máximo: es la cantidad total de aire que puedes exhalar y que no está cronometrada. El flujo máximo puede medirse con un medidor de flujo máximo. En el asma nocturna, este valor suele disminuir un 15% o más entre la hora de acostarse y la de despertarse. 

Es importante llevar un registro de los resultados y compartirlos con el médico. Este puede pedirte que repitas cada medición varias veces para evitar posibles errores.

El estudio del sueño

Si tu respiración nocturna está especialmente alterada o si estás muy cansado/a durante el día, tu médico puede recomendarte una polisomnografía, también llamada estudio del sueño.

Un estudio de diagnóstico del sueño tiene lugar durante la noche y hace un seguimiento de tu ritmo respiratorio, los niveles de oxígeno, el tono muscular, las etapas del sueño y anota cualquier desviación que pueda producirse en la respiración durante la noche.

El estudio puede realizarse en casa con un equipo que puedes llevar contigo, o en un laboratorio del sueño.

¿Cómo se trata el asma nocturna?

Al igual que en el caso del asma ordinaria, no existe cura para el asma nocturna. El tratamiento se centra especialmente en el momento adecuado de toma de los tratamientos del asma diurna para ayudar a aliviar los síntomas nocturnos.

Uno de los principales métodos de tratamiento del asma es el uso de medicamentos de control, como los broncodilatadores beta agonistas de acción prolongada (LABA) inhalados, los glucocorticoides inhalados, los leucotrienos y los inmunomoduladores. Estos medicamentos de control actúan previniendo los síntomas, por lo que no se toman en caso de emergencia o cuando los síntomas ya están presentes. 

Tu médico te recetará medicamentos de control para que tengas controles el asma de la mejor forma posible en los momentos en que tus síntomas son naturalmente más graves; en el caso del asma nocturna, ese momento es la noche. Es importante seguir las instrucciones del médico y tomar la medicación cuando se te haya recetado.

El asma nocturna también puede controlarse tratando los posibles factores que la provocan. Algunas técnicas pueden ser:

• Cambios en la dieta y en el estilo de vida: el sobrepeso o la obesidad son factores de riesgo tanto para el asma nocturna como para la ERGE. Cambiar la dieta y hacer suficiente ejercicio puede ayudar a aliviar ambas condiciones y mejorar el sueño.
• Tratar la ERGE: como se ha mencionado anteriormente, la ERGE puede contribuir al asma nocturna. El tratamiento específico de la ERGE puede ayudar, incluyendo el evitar alimentos con alto contenido en grasas saturadas o ácidos (carnes grasas, alimentos fritos, café, té, alimentos picantes, zumos de cítricos) y/o el uso de medicamentos sin receta como Prilosec o Tums. Asegúrate de consultar a tu médico antes de empezar cualquier nuevo medicamento o dieta.
• Dejar de fumar: hace tiempo que se sabe que el tabaco irrita las vías respiratorias y empeora el asma. Existen una serie de productos disponibles para ayudarte a dejar de fumar, como los chicles, parches o pastillas de nicotina, muchos de los cuales están cubiertos por la seguridad social.
• Elimina los alérgenos: los ácaros del polvo en las almohadas o el colchón pueden desencadenar un ataque de asma. Asegúrate de lavar la ropa de cama con regularidad y mantén a tus mascotas fuera de tu habitación si eres alérgico.
• Regular la temperatura de tu entorno de sueño: dependiendo de dónde vivas y de la época del año, la temperatura puede bajar mucho por la noche. Para regular la temperatura, asegúrate de que tu entorno de sueño está bien aislado, las ventanas y cualquier corriente de aire están cerradas, y prueba a utilizar un humidificador para aumentar la humedad si el aire es seco.
• Reduce el estrés psicológico: el estrés puede contribuir a las crisis de asma. Para reducirlo, trabaja con un profesional de la salud mental y/o utiliza técnicas de relajación como la meditación, la respiración profunda, el yoga o incluso escribir un diario. Si tienes un trastorno clínico como la depresión o la ansiedad, existen medicamentos que pueden ayudarte.

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