¿Existe una relación entre la depresión y la alimentación?

¿Qué es la depresión? 

La depresión es un trastorno mental común que afecta a más de 300 millones de personas en todo el mundo. En España, se calcula que casi una de cada cinco personas ha sufrido o sufrirá una depresión a lo largo de su vida. 

Se trata de una enfermedad que se caracteriza por una combinación de síntomas que repercuten en la vida cotidiana al perturbar las actividades normales. 

Existen varios tipos de depresión, que se definen en el DSM-IV (Diagnostic and Stastitical Manual of Mental Discorders), un libro de texto médico básico para el diagnóstico de las enfermedades mentales. 

Existen varios factores de riesgo para la depresión. Se habla de causas biológicas, psicológicas, sociológicas, ambientales y de historia personal. 

Una vez que el médico o el psiquiatra ha realizado el diagnóstico, existen tres enfoques para tratar la depresión en la actualidad: 

• Psicoterapia, 
• Tratamientos farmacológicos, 
• Fototerapia. 

Otros métodos alternativos han demostrado su eficacia, como el deporte, las técnicas de relajación, la acupuntura y la homeopatía, entre otros. En caso de depresión grave, se puede proponer la estimulación cerebral en el hospital, así como la estimulación magnética transcraneal. 

Se están explorando numerosas vías de investigación para combatir la depresión y mejorar el tratamiento, incluida la existencia de un vínculo entre la dieta y la depresión. 

¿Cuál es la relación entre la depresión y la alimentación? 

Las consecuencias de la dieta en nuestra salud física es bien conocido. Una dieta sana y equilibrada favorece el bienestar de los individuos y mejora la calidad de vida de las personas que pueden sufrir diversas patologías. 

Por ello, varias campañas de salud pública animan a prestar atención a los alimentos que se consumen. 

Cada vez se realizan más investigaciones que ponen de manifiesto la relación entre la salud mental y la dieta a través de nuestra microbiota intestinal, por ejemplo. El objetivo de esta investigación es comprender mejor la fisiopatología de la depresión y otros trastornos mentales y desarrollar nuevas terapias. 

Están surgiendo nuevas disciplinas, aún no reconocidas, como la psiconutrición, la psiquiatría nutricional o la neuronutrición. Su objetivo es optimizar las funciones cerebrales y mentales asegurando la satisfacción de las necesidades esenciales del cerebro. 

En un estudio se demostró que una dieta rica en productos procesados, fritos, ricos en azúcar, etc., se asocia con un aumento de los síntomas depresivos. Esto se debería a la inflamación crónica que provocan este tipo de alimentos. 

En otro estudio, se demostró que la adopción de una dieta más saludable, compuesta principalmente por frutas, verduras, pescado y cereales, se asociaba a una reducción del 33% del riesgo de depresión. 

Más concretamente, los investigadores han descubierto cómo un cambio en la microbiota intestinal, debido a la dieta o al estrés crónico, por ejemplo, puede estar en el origen de un estado depresivo al provocar un colapso de los metabolitos lipídicos (pequeñas moléculas resultantes del metabolismo) en la sangre y el cerebro. Estos metabolitos se unirían normalmente a los receptores, los mismos que son activados por el CBD o el THC (moléculas cannabinoides), y estimularían el sistema endocannabinoide (SSE). Cuando los endocannabinoides dejan de estar presentes en el hipocampo, la zona del cerebro implicada en la formación de nuestros recuerdos y emociones, se produce un estado depresivo. En este ejemplo, el uso de ciertas bacterias podría ser una palanca eficaz para restaurar la microbiota y reducir los síntomas de la depresión.

¿Qué alimentos consumir para reducir los síntomas de la depresión? 

Seguir unas reglas higiénico dietéticas saludables ayuda a mejorar su vida diaria y su estado psicológico. Entre ellas se encuentran la práctica del deporte, el mantenimiento de un sueño reparador, el consumo moderado de alcohol, el abandono del tabaco, el mantenimiento de los lazos familiares y sociales, la práctica de actividades placenteras y una alimentación sana y variada, entre otras. 

Los alimentos proporcionan energía para que nuestro cuerpo funcione, crezca, se fortalezca y cambie. 

Una ingesta nutricional incorrecta, como alimentos demasiado grasos y azucarados o bajos en calcio, puede contribuir al desarrollo de síntomas de trastornos mentales como la depresión, mientras que otros alimentos pueden ayudar a combatirla. 

No hay que sacar conclusiones prematuras, no existe una dieta específica para el tratamiento de la depresión. Sin embargo, se plantea la cuestión de la influencia de nuestra alimentación en nuestro estado de ánimo con un enfoque hedonista que querría que la felicidad de un individuo residiera también en comportamientos alimentarios favorables a su bienestar. 

Entre las diversas dietas, se dice que la dieta mediterránea tiene un impacto en la prevención de la depresión. Es rica en: 

• Frutas y verduras de temporada, 
• Pasta, arroz y pan integrales, 
• Verduras secas, 
• Pescado azul (sardinas, caballa, arenque, salmón, etc.), 
• Aceite de oliva, 
• Frutos secos (nueces, avellanas, almendras, pistachos, etc.). 

Esta dieta contiene vitaminas, antioxidantes, fibra y Omega-3 que tienen un efecto positivo en el mantenimiento de la salud mental. 

Las vitaminas B desempeñan un papel importante en la formación de neurotransmisores como la dopamina, la serotonina y la noradrenalina. Estos regulan el estado de ánimo y la fatiga. 

La vitamina D, en combinación con la luz solar, puede causar depresión invernal cuando no se sintetiza lo suficiente. También se cree que la deficiencia de vitamina D está relacionada con la depresión posparto. 

También es aconsejable comer suficientes proteínas, que se encuentran en la carne roja, la carne blanca, el pescado, las alubias y las lentejas. Los aminoácidos de las proteínas, especialmente el triptófano, se utilizan para producir serotonina, que es importante para el control del estado de ánimo. 

En cuanto a los alimentos que hay que limitar para no agravar los síntomas de la depresión, hay en particular: 

• El alcohol y las sustancias psicoactivas, que pueden desencadenar o empeorar los síntomas de la depresión, 
• Los alimentos industriales, que provocan la inflamación del organismo y activan anormalmente el sistema inmunitario con consecuencias para el sistema nervioso y, por tanto, para los neurotransmisores, 
• Los alimentos azucarados, un consumo excesivo de azúcares aumentaría el riesgo de depresión. 

Se necesitan más ensayos clínicos e investigaciones médicas para evaluar la eficacia de la dieta en la reducción del riesgo y la gravedad de los trastornos depresivos. 

Hoy en día, la modificación de la dieta no es un enfoque suficiente para tratar la depresión, pero dependiendo del individuo, puede ayudar. Consultar a un especialista médico sigue siendo la primera opción.