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Cáncer, la enfermedad de todos
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Usuario desinscrito
20/11/17 a las 20:19
Retomamos esta discusión.
¿Tenéis algún caso cercano de alguien que haya padecido cáncer? ¿Cómo lo habéis vivido?
Y en caso de ser vosotros, ¿cómo véis que afecte a vuestro entorno más cercano?
Espero leer vuestras opiniones
Saludos
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Salvador57
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Salvador57
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CÁNCER : LA ENFERMEDAD DE TODOS
Hablar de cáncer, tanto si los enfermos sobrevivieron como si no, es escuchar historias de sufrimiento, de lucha, de superación, cambia la rutina familiar y la adaptas a las quimios, ingresos, radioterapias etc., Todo comienza un día lleno de incertidumbre y dudas cuando el médico de cabecera te hace una analítica y sale mal, poco después entras en el hospital para una resonancia y una Gammagrafía y sales con un diagnóstico de cáncer de los más agresivos y con un miedo atroz, estas que no te lo puedes creer, porque queramos o no la palabra cáncer sobrecoge al enfermo y al familiar; luego aprendes a cambiar el miedo por la confianza, porque no puedes vivir con miedo, pensando en que te vas a morir, tienes que vivir confiando en que el tratamiento funcionará y te pones en manos de tus médicos con una fe ciega lleno de esperanza e ilusión, yo jamás le he tenido miedo, desde que me dijeron que lo tenía y ahora mucho menos. A día de hoy he tenido un problema pues no solo no está bien sino que ha retrocedido hasta el punto de volver a comenzar de nuevo, con las mismas pruebas y por lo que se no están como verdaderamente desearía, pero es lo que hay, yo tengo una frase para estas ocasiones, “no ha de poder conmigo”.
El primer golpe duro es el diagnóstico, después viene el tratamiento. El tratamiento es un túnel oscuro, un paréntesis de incertidumbre, dudas, miedo y esperanza. Yo sé lo que es estar enfermo de cáncer pues llevo peleando casi cinco años, y no es fácil llevar todos los días la espada de Damocles sobre tu cabeza, el familiar también sufre las consecuencias del cáncer hasta el punto que se lo puede acabar comiendo. Mina sus ganas de vivir, por eso el familiar no tiene que olvidarse de su vida, aunque el desenlace es a cara o cruz, muerte o vida. Después de que la quimio y la radioterapia hayan tratado el tumor, la vida gira alrededor de los controles, el temor a la recaída y las secuelas del tratamiento. La familia sigue luchando, los sentimientos cambian y en muchas facetas diarias nos vamos a un estado de “bajón” que se supera a base de comprensión y mucho esfuerzo. Tras todo este tiempo de lucha relativizo mucho las cosas, es como si hubiese gastado todo mi cupo de sufrimiento. Cuando te pasa algo así, entiendes eso de que la vida dura tres días. El cáncer me enseñó a no guardar cosas para ocasiones especiales, cada día es especial, cada día es maravilloso, cada día es único. No hace falta tener un cáncer para vivir una vida al máximo y desarrollar todas tus inquietudes e ilusiones.
El cáncer tiene límites y no te puede privar para amar ni siquiera puede destruir la esperanza ni retirar tu fe por la vida, el cáncer se ve poderoso, pero en realidad no lo es porque no puede destruir mi paz interior ni matar la amistad con mis amigos, no puede parar mi corazón para dar amor a mi familia. Se ve tan destructivo pero en realidad no puede romperme mis maravillosos recuerdos ni las memorias de mi pasado, ni apagar mi coraje para luchar contra él, ni siquiera puede invadir mi alma, como tampoco puede robarme mis ilusiones ni conquistar mi espíritu, no puede romper los lazos con mi familia, porque nos unimos con más fuerza en medio de la adversidad. La vida es tan corta que debemos aprovechar cada día para ser felices y debemos tener presente que el cáncer no entiende de razas, ni religiones, de guapos, altos, ricos o pobres…El cáncer es de todos