Efectos de la dieta en la espondilitis anquilosante

¿Qué es la espondilitis anquilosante (EA)?

La espondilitis anquilosante (EA) es una enfermedad articular inflamatoria crónica que afecta al esqueleto axial (columna vertebral y articulaciones sacroilíacas de la pelvis). La EA provoca inflamación y degeneración del cartílago.

Se caracteriza por periodos de dolor, conocidos como "brotes", y periodos de calma, conocidos como "periodos de remisión". Al cabo de muchos años, la enfermedad puede evolucionar hacia la rigidez de las zonas afectadas (anquilosis).

Gracias al tratamiento precoz, esta situación es ahora poco frecuente.

El tratamiento de la espondilitis anquilosante se basa en una combinación de fármacos y terapias no farmacológicas: antiinflamatorios no esteroideos (AINE), tratamientos modificadores de la enfermedad (metotrexato, sulfasalazina y bioterapias) -cuando los AINE no son suficientes-, ejercicio físico regular, rehabilitación funcional, terapia ocupacional, etc.

Una dieta antiinflamatoria también puede ayudar a reducir los síntomas inflamatorios en caso de un brote de EA.

Espondilitis anquilosante y dieta antiinflamatoria: ¿qué hay que saber?

En primer lugar, es importante señalar que un cambio en la dieta no debe utilizarse como sustituto de la toma de tratamientos modificadores de la enfermedad. Éstos tienen un efecto antiinflamatorio, ayudando a reducir el dolor, y también previenen el deterioro articular. No obstante, una intervención dietética puede merecer la pena sin abandonar el tratamiento de base.

Como ya se ha mencionado, la espondilitis anquilosante es una enfermedad que provoca un proceso inflamatorio en el organismo. Adoptar una dieta rica en determinados nutrientes y evitar ciertos alimentos puede ayudar a limitar la progresión de los síntomas.

Por ejemplo, según una revisión de estudios de intervención publicada en la revista Nutrition, el consumo de ácidos grasos omega-3 podría tener un efecto antiinflamatorio en pacientes que sufren enfermedades articulares inflamatorias. Por tanto, estos nutrientes podrían mejorar la eficacia del tratamiento al reducir el dolor y la progresión futura de la enfermedad.

Además, el calcio es un mineral que garantiza una buena salud ósea y articular. Por ello, es importante incluir en la dieta las dosis necesarias para alcanzar la referencia nutricional recomendada de 1.000 mg al día para los adultos (sin superar los 2.500 mg al día).

Es aconsejable evitar las dietas de exclusión, como las veganas, sin gluten o sin lactosa. La actividad de la enfermedad no tiende a cambiar, lo que expone al paciente al riesgo de carencias.

Sin embargo, ciertos alimentos, como los procesados y ultraprocesados y los productos industriales azucarados, podrían tener un efecto proinflamatorio, por lo que conviene limitar su consumo.

Espondilitis anquilosante: ¿qué alimentos son los mejores?

Incluyendo determinados alimentos en la dieta de forma regular, se podrá reducir los síntomas de la espondilitis anquilosante (EA). Aquí tienes una lista de alimentos que pueden ser beneficiosos:

Pescado azul, rico en ácidos grasos Omega-3

Entre ellos se encuentran las sardinas, las anchoas, la caballa, el salmonete y el jurel. Son ricos en ácidos grasos omega-3 que pueden modular y aliviar los mecanismos inflamatorios.

La cúrcuma

La cúrcuma, gracias a uno de sus componentes, la curcumina, tiene propiedades antioxidantes e inflamatorias. Según una revisión de estudios de intervención publicada en el Journal of Medicinal Food, los suplementos a base de extracto de cúrcuma son eficaces para tratar todos los procesos asociados a la espondilitis anquilosante.

La dieta mediterránea 

La llamada "dieta mediterránea" se basa en comer muchos alimentos vegetales diversificados, consumir menos productos animales y llevar una vida diaria activa. La dieta mediterránea ofrece beneficios antioxidantes, antiinflamatorios y antitrombogénicos. En el caso del reumatismo, varios estudios han demostrado una reducción de los síntomas y una mejora de la calidad de vida.

¡Recuerda! 

La espondilitis anquilosante (EA) es una patología que implica un proceso inflamatorio y la degeneración del cartílago, causando dolor en los "brotes".

Los tratamientos modificadores de la enfermedad son esenciales en el tratamiento de la enfermedad, ya que tienen un efecto antiinflamatorio y evitan la degradación articular.

Es posible actuar sobre la dieta para reducir el proceso inflamatorio del organismo. Es aconsejable consumir alimentos frescos, como fruta, verdura y pescado, y evitar los productos industriales procesados. También debe evitarse el alcohol, ya que su consumo provoca un aumento de la inflamación general.