Osteoporosis: ¿Por qué tomar vitamina D?

La vitamina D hace posible la fijación del calcio, necesario para la mineralización del esqueleto, y también contribuye al mantenimiento de la masa muscular. ¿Cómo asegurar una tasa correcta de vitamina D durante todo el año?

Frecuente en mujeres que tienen trastornos de la alimentación (anorexia) o son menopáusicas, así como en hombres después de los 50 años, veganos o no deportistas, la fragilidad ósea aumenta el riesgo de fractura.

Especialmente si nos falta vitamina D.

Esta vitamina hace posible fijar el calcio, necesario para la mineralización del esqueleto, y también contribuye al mantenimiento de la masa muscular. Evita la fusión de los músculos inducida por la edad (sarcopenia).

¿Cómo "hacer el lleno" de vitamina C?

Una pequeña parte de la vitamina D proviene de la dieta (pescado graso) y su absorción intestinal se optimiza gracias al ácido mirístico, la grasa que se encuentra en la mantequilla.

Pero nuestro cuerpo lo sintetiza principalmente gracias a los rayos UV. Para asegurar una tasa correcta todo el año, es aconsejable, después de los 55 años, tomar gotas diarias de vitamina D3 (mejor absorbidas que la D2), al menos durante los meses de invierno.

¿Y el calcio?

En cuanto al calcio, la suplementación solo es útil en personas cuya ingesta de alimentos (productos lácteos, nueces, huevos, sardinas, agua mineral...) son insuficientes. Como suele ser el caso con los veganos.

"Pero cuidado, no hay ingesta sistemática porque el exceso de calcio puede causar calcificación en las arterias", advierte el Dr. Franck Gigon, un médico especializado en micronutrición y medicina herbal. No dudeis en consumir calcio vegetal, aportado por los vegetales de hojas grandes y por las raíces, como chirivías, alcachofas de Jerusalén, zanahorias, coles, hojas verdes.

No olvidar la actividad física

Es muy importante evitar para la osteoporosis, el alcohol, el tabaco y la sal en exceso. Se recomienda practicar una actividad física "a cargo", es decir en contacto con el suelo: caminar, correr... "Este contacto provoca vibraciones óseas que estimulan los osteoblastos, células que permiten la formación de los huesos", dice la Dra. Alexandra Dalu, nutricionista especializada en medicina antienvejecimiento.

Fuente: Top Santé