Historia del cáncer: ¡todo lo que necesitas saber!

¿De dónde viene el nombre "cáncer"?

La palabra "cáncer" es una palabra latina que significa "cangrejo". Hipócrates (460-377 a.C.) fue el primero en comparar el cáncer con un cangrejo por analogía con el aspecto de los tumores de mama cuando se extienden por la piel. Esto se debe a que el tumor está centrado por una formación redondeada rodeada por extensiones similares a las patas de un cangrejo.

La comparación con el cangrejo fue retomada posteriormente por Galeno (131-201 d.C.), que escribió un tratado sobre los tumores y describió el cáncer de mama con gran precisión:

"Muchas veces hemos visto un tumor en las mamas exactamente igual que un cangrejo. En efecto, al igual que en este animal hay patas a ambos lados del cuerpo, en este tumor antinatural las venas que lo recubren tienen una forma similar a la de un cangrejo. A menudo hemos curado esta enfermedad en sus primeras etapas. Cuando crece de forma considerable, nadie lo cura sin cirugía".

¿Cuáles son las principales teorías relacionadas con el cáncer?

Existen numerosas teorías sobre las causas del cáncer a lo largo de los tiempos:

• La teoría humoral: La teoría humoral, popularizada por el Corpus Hipocrático, es uno de los fundamentos de la medicina europea antigua. Según la teoría humoral, el cuerpo está formado por los cuatro elementos fundamentales: aire, fuego, agua y tierra. Estos elementos poseen cuatro cualidades: calor, frío, sequedad o humedad. Estos elementos antagónicos deben coexistir en equilibrio para que una persona esté sana. Un desequilibrio menor provoca "cambios de humor" y un desequilibrio mayor pone en peligro la salud de la persona.
  Los descubrimientos posteriores desacreditaron la teoría humoral por varias razones: falta de comprensión del papel de los órganos, no tener en cuenta la circulación sanguínea, desconocimiento de la química básica... Se han desarrollado muchos diagnósticos y tratamientos descabellados.
• La teoría de la linfa: siguió la teoría humoral del cáncer. Esta teoría plantea la formación del cáncer por otro fluido corporal: la linfa. Según esta teoría, la vida consistía en un movimiento continuo y adecuado de las partes fluidas del cuerpo a través de las partes sólidas. De todos los fluidos, los más importantes eran la linfa y la sangre. Stahl y Hoffman teorizaron que el cáncer estaba compuesto por linfa en degeneración y fermentación, que variaba en acidez, alcalinidad y densidad. El cirujano escocés de los años 1700, John Hunter, estaba de acuerdo en que los tumores se desarrollaban a partir de la linfa que era constantemente rechazada por la sangre. 
• La teoría del blastema: En 1838, Johannes Muller, un patólogo alemán, demostró que el cáncer está formado por células y no por linfa. Creía que las células cancerosas no procedían de células normales. Propuso que las células cancerosas se desarrollaban a partir de una masa de células (blastema) entre los tejidos normales. 
• La teoría de la irritación crónica: Rudolph Virchow (1821-1902), el famoso patólogo alemán, propuso que la irritación crónica era la causa del cáncer. Sin embargo, creía que los cánceres se extendían "como un líquido". En la década de 1860, el cirujano alemán Karl Thiersch demostró que los cánceres hacen metástasis por la propagación de las células malignas, no por un líquido no identificado. 
• La teoría de los traumatismos: Desde finales del siglo XIX hasta la década de 1920, a pesar de los avances en la comprensión del cáncer, algunas personas creían que el origen del cáncer se debía a traumatismos. Esta creencia se mantuvo durante mucho tiempo a pesar de los numerosos estudios realizados en animales en el laboratorio. 
• La teoría de las enfermedades infecciosas: dos médicos holandeses, Zacutus Lusitani (1575-1642) y Nicholas Tulp (1593-1674), concluyeron casi simultáneamente que el cáncer era contagioso. Llegaron a esta conclusión basándose en su experiencia con el cáncer de mama en los miembros del mismo hogar. Entonces propusieron que los pacientes con cáncer debían ser aislados para evitar la propagación del cáncer.

¿Cuándo se registró el primer caso de cáncer?

El primer caso de cáncer del que se tiene constancia se produjo en el antiguo Egipto. Se describe en el documento quirúrgico más antiguo que se conoce, el Papiro Edwin Smith, que data de alrededor del año 1600 a.C. 

Fragment du papyrus chirurgical Edwin Smith traitant des traumatismes de la face. © Grook Da Oger, Wikimedia commons, DP

Contiene una referencia al cáncer de mama:

"Presencia de tumores esféricos y protuberantes en la mama que están fríos al tacto".
Primer caso registrado de cáncer, Papyrus Edwin Smith

El papiro menciona que los tumores no identificados fueron quemados o cauterizados con un "palo en llamas". 

¿Cuándo aparecieron los diferentes tratamientos contra el cáncer?

Con el uso cada vez más extendido de la esterilización y la desinfección, así como el uso de la anestesia (William Morton en 1846) para las operaciones quirúrgicas, la cirugía tuvo su edad de oro en el siglo XIX. Esto permitió a los pioneros de la cirugía realizar intervenciones en los tumores, como las mastectomías, para evitar la propagación del cáncer.

Wilhelm Röntgen, profesor de física alemán, descubrió los rayos X en 1895.
Varios hospitales de todo el mundo adquirieron entonces una máquina de imágenes que utilizarían para realizar diagnósticos. Así se descubrió que la radiación emitida por los rayos X podía tratar varias enfermedades de la piel.

Es el nacimiento de la radioterapia para el tratamiento del cáncer. Pero los efectos secundarios superaron rápidamente los beneficios de esta técnica. 

No fue hasta finales del siglo XX cuando los avances de la informática y la física permitieron a los científicos trazar un mapa preciso de la forma y la ubicación de los pequeños tumores para poder atacarlos con mayor precisión con rayos X.

Fue también en el siglo XX cuando se desarrollaron los medicamentos contra el cáncer o las quimioterapias. 

El primero de estos medicamentos fue el gas mostaza (mostaza nitrogenada), que causó estragos en las trincheras de la Primera Guerra Mundial.

Durante la Segunda Guerra Mundial, el ejército estadounidense descubrió que el gas mostaza provocaba una disminución del número de glóbulos blancos (o linfocitos) en los soldados expuestos. Mientras buscaban medidas de protección contra estos efectos, los científicos descubrieron que la mostaza nitrogenada era eficaz en el tratamiento del cáncer de los ganglios linfáticos porque ataca a estos glóbulos blancos.

Este producto servirá de modelo para los medicamentos de quimioterapia que le seguirán rápidamente.

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