Los diferentes especialistas que intervienen en el tratamiento de la espondilitis anquilosante

Recordatorio de lo que es la espondilitis anquilosante (EA)

La espondilitis anquilosante es una enfermedad inflamatoria crónica que afecta a las articulaciones de la columna vertebral, las caderas o la zona lumbar. Es una forma de artritis causada por trastornos inmunológicos.

La espondilitis anquilosante provoca la inflamación de la entesis, la parte del hueso donde se insertan los tendones, ligamentos y cápsulas. Cuando estas inflamaciones remiten, dejan una cicatriz formada por tejido fibroso, que se osificará progresivamente. Los principales síntomas de la espondilitis anquilosante son dolor articular, fatiga crónica y rigidez.

¿A qué especialistas se debe consultar en caso de espondilitis anquilosante? 

En el cuidado de una persona con espondilitis anquilosante pueden intervenir varios tipos de profesionales sanitarios.

Para empezar, el médico de cabecera suele ser el primer profesional sanitario al que se consultan los síntomas. Es este médico quien remitirá al paciente a un reumatólogo para un diagnóstico más profundo.

El reumatólogo

Los reumatólogos son especialistas en el diagnóstico y tratamiento de enfermedades reumáticas autoinmunes e inflamatorias, incluida la espondilitis anquilosante.

Desempeñan un papel esencial en la confirmación del diagnóstico, la prescripción de medicación, la decisión sobre las opciones de tratamiento para controlar los síntomas y el seguimiento de la evolución de la enfermedad. Se encargará de colaborar con otros especialistas médicos.

Además, una enfermera especializada en reumatología puede desempeñar un papel en la educación de los pacientes sobre la gestión de la enfermedad, la administración de medicamentos y el seguimiento de los síntomas.

Cirujanos ortopédicos y traumatólogos

Estos médicos se centran en tratar los problemas articulares asociados a la espondilitis anquilosante. Se encargan de tratar el dolor y la rigidez articulares.

En algunos casos, la espondilitis anquilosante puede provocar lesiones articulares y deformidades, sobre todo de la columna vertebral. Si es necesaria una intervención quirúrgica, puede consultarse a un cirujano ortopédico. Las opciones quirúrgicas pueden incluir la sustitución articular o la corrección de deformidades para mejorar la movilidad y reducir el dolor.

El fisioterapeuta

La fisioterapia es una parte importante del tratamiento de la espondilitis anquilosante.

Un fisioterapeuta está especializado en diseñar programas de ejercicios para mejorar la flexibilidad, la fuerza y la postura. Las sesiones regulares de fisioterapia pueden ayudar a los pacientes a mantener la función articular, reducir el dolor y mejorar el bienestar general.

Por lo tanto, las personas con espondilitis anquilosante pueden beneficiarse de una atención adaptada a sus necesidades específicas y a sus limitaciones funcionales. 

El algólogo 

Un algólogo es un médico especializado en el tratamiento del dolor. Su objetivo es aliviar las molestias recetando medicamentos u otros métodos alternativos.

Su papel en el tratamiento de la espondilitis anquilosante consiste en proponer estrategias globales y personalizadas de tratamiento del dolor. Evalúa el dolor, sugiere combinaciones de tratamientos, supervisa periódicamente su eficacia y realiza los ajustes necesarios.

El oftalmólogo

Cuando se padece espondilitis anquilosante, además de verse afectada la columna vertebral, pueden verse afectadas otras partes del cuerpo, incluidos los ojos. La uveítis, una inflamación de la úvea (la capa media del ojo), es una complicación frecuente asociada a esta enfermedad.

Debe consultarse a un oftalmólogo para controlar y tratar los problemas oculares, a fin de evitar complicaciones y preservar la visión. Las revisiones oculares periódicas y las medidas preventivas son esenciales.

El profesional de salud mental

Vivir con una enfermedad crónica como la espondilitis anquilosante puede tener importantes repercusiones emocionales y psicológicas.

Un psicólogo o psiquiatra puede ayudarle a afrontar las dificultades, controlar el estrés y abordar los problemas de salud mental, con el fin de promover el bienestar general y mejorar la eficacia global del tratamiento.

El nutricionista o dietista

Para mantener una buena salud general y controlar la espondilitis anquilosante, es importante seguir una dieta equilibrada.

Los especialistas en alimentación pueden establecer estrategias nutricionales para, por ejemplo, controlar la inflamación.

El neumólogo

Cuando la espondilitis afecta a las articulaciones de la caja torácica, la respiración se vuelve dolorosa. El resultado es una insuficiencia respiratoria, ya que los pulmones no son capaces de cumplir su función correctamente. Mucho más raramente, los pulmones pueden perder su elasticidad (fibrosis).

Un neumólogo puede evaluar la salud respiratoria, aconsejar ejercicios respiratorios y sugerir intervenciones en caso de complicaciones respiratorias.

El terapeuta ocupacional

Los terapeutas ocupacionales pueden asesorar sobre adaptaciones y ayudas técnicas para facilitar la vida cotidiana, sobre todo en casa.

El papel del terapeuta ocupacional es mantener la independencia de los pacientes a pesar de los retos que plantea la espondilitis anquilosante.

Evalúan las capacidades y limitaciones de la persona afectada, proporcionan técnicas para proteger las articulaciones afectadas, enseñan a prevenir la fatiga durante las tareas cotidianas y recomiendan dispositivos de asistencia y equipos adecuados (por ejemplo, muletas).

El podólogo

Para aliviarse, las personas con espondilitis anquilosante pueden necesitar utilizar equipos diseñados para reducir el dolor y prevenir la deformidad. También pueden recomendarse la pedicura y la podología (por ejemplo, plantillas ortopédicas) a cargo de un podólogo.

Ten en cuenta que los osteópatas y quiroprácticos no deben formar parte del equipo de tratamiento cuando la columna vertebral está afectada. Las técnicas de manipulación vertebral están contraindicadas en casos de anquilosis vertebral.

Según las recomendaciones de la Autoridad Nacional Francesa de la Salud (HAS), el médico del trabajo también forma parte del equipo de tratamiento de la espondilitis anquilosante. De hecho, es necesario concertar una cita con el médico del trabajo tan pronto como la espondiloartritis tenga un impacto significativo y duradero en la vida laboral del paciente.

Todos los especialistas médicos mencionados desempeñan un papel esencial en el diagnóstico y el tratamiento de la espondilitis anquilosante. Guían a los pacientes a través de las distintas opciones de tratamiento disponibles para controlar eficazmente la enfermedad y mejorar la calidad de vida.

El tratamiento de la espondilitis anquilosante es, por tanto, multidisciplinar. Implica la colaboración de varios profesionales sanitarios que ofrecerán un tratamiento integral y personalizado basado en las necesidades específicas de cada paciente.