Estas alteraciones del estado anímico pueden presentarse de forma posterior a un evento importante como un fallecimiento o una pérdida de empleo. En estos casos, hablamos de la evolución de una depresión reactiva que llega a cronificarse. La depresión en su presentación crónica también puede surgir sin motivo aparente.
Las principales características de los episodios depresivos mayores son:
- un cansancio exagerado;
- un estado de ánimo triste asociado con una visión de la vida y del futuro negativos;
- menor interés y placer por cualquier tipo de actividad;
- ensimismamiento;
- dificultad para concentrarse.
Estos síntomas también pueden estar acompañados de trastornos del sueño (insomnio o hipersomnia) y de la alimentación (pérdida o ganancia de peso), dolores de cabeza, sentimiento de culpabilidad y además, en los casos más graves, un comportamiento suicida.
UN TRATAMIENTO ESPECÍFICO
El tratamiento de la depresión crónica es similar al de un episodio depresivo aislado, pero también incluye otros atributos específicos. Se incluyen otras modalidades terapéuticas: educación terapéutica, psicoterapia, tratamiento farmacológico y, en las presentaciones más graves, hospitalización psiquiátrica.
El tratamiento a base de descargas eléctricas (aplicación de una corriente eléctrica) no se plantea sino en un último recurso, y su aplicación requiere la intervención de un especialista. En cuanto a la fototerapia, puede ser empleada para tratar la depresión estacional, pero solamente si lo aconseja un médico.
La educación terapéutica resulta indispensable y tiene por objetivo mejorar la vida diaria del paciente. Este debe tratar de comprender su enfermedad, los signos de agravamiento, así como la importancia de los tratamientos a base de fármacos y otras terapias. También debe aprender a reconocer los efectos adversos de los medicamentos.
Por otro lado, un tratamiento adecuado se traduce en un manejo eficaz del paciente y esta es la razón por la que la psicoterapia resulta primordial. La calidad y la higiene de vida del paciente también cobran importancia: los ritmos de sueño regulares y la práctica de una actividad física son esenciales.
Por último, el tratamiento con antidepresivos debe adaptarse siempre al estado de salud del paciente. Su implementación debe hacerse tras un acuerdo entre el médico de cabecera y el psiquiatra. El tratamiento debe ser objeto de un seguimiento regular y particularmente estricto y deberá reevaluarse y adaptarse en función de la evolución de la enfermedad. El cumplimiento del tratamiento para prevenir recaídas resulta también crucial.
Última actualización: 1/3/17