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Los beneficios del ayuno durante el tratamiento del cáncer

Publicado el 22 sept. 2023 • Por Claudia Lima

En los últimos años, los pacientes de cáncer han mostrado un interés creciente por la práctica del ayuno terapéutico durante su tratamiento. El objetivo es optimizar los efectos de estos tratamientos o reducir sus efectos secundarios. 

¿Cómo se trata el cáncer hoy en día? ¿Qué es exactamente el ayuno? ¿Puede el ayuno desempeñar un papel beneficioso durante el tratamiento del cáncer? ¿Cuál es la evidencia científica, cuáles son los beneficios potenciales y qué precauciones deben tomarse? 

¿Quieres saber las respuestas? ¡Descúbrelas en nuestro artículo!

Los beneficios del ayuno durante el tratamiento del cáncer

En 2023, se estima que el número de nuevos casos de cáncer, de todos los tipos, sea de unos 279.300 casos aproximadamente en España. La investigación médica ha permitido desarrollar tratamientos cada vez más eficaces para combatir el cáncer, y ahora es posible curar a uno de cada dos pacientes de cáncer.

¿Cuáles son los tratamientos actuales contra el cáncer? 

Cada cáncer se trata en función de su tipo, fase, localización y otros factores individuales.

Los cánceres se tratan con cirugía, radioterapia, quimioterapia, terapias dirigidas, terapia hormonal, inmunoterapia y trasplantes de células madre.

Las combinaciones de tratamientos son posibles. No existe una combinación estándar en el tratamiento del cáncer.

¿Qué es el ayuno? 

El ayuno es la práctica de abstenerse de comer durante un periodo determinado, con o sin agua.

Existen distintas formas de ayuno, desde el ayuno intermitente, en el que se alternan periodos de ayuno y comidas, hasta el prolongado, que puede durar varios días. A veces, el periodo de ayuno va acompañado de dos periodos de ingesta de alimentos reducida y luego aumentada, para ayudar al organismo a adaptarse gradualmente a la ausencia, y luego al retorno, de los alimentos.

Históricamente, el ayuno ha estado ligado a la práctica religiosa. Simbólicamente representa una forma de purificación de la mente y el cuerpo, y una oportunidad para concentrarse en ejercicios espirituales.

Hoy en día, el ayuno también se asocia al deseo de mejorar la salud en general, con el objetivo de permitir que el cuerpo descanse y se regenere, al tiempo que se fomentan los mecanismos de reparación celular.

En España, en los últimos años se ha hablado a veces de ayuno y dietas restrictivas en el tratamiento de ciertas enfermedades. En el contexto del cáncer, se cree que estas prácticas ayudan a curar la enfermedad o a reducir los efectos indeseables de la quimioterapia. Hasta la fecha, en España no se ofrece el ayuno con fines preventivos o terapéuticos en un entorno médico.

Cuando ayunamos, nuestro cuerpo necesita energía, que obtiene primero del glucógeno, un polímero de glucosa que sirve de reserva energética en el cuerpo humano. El cuerpo utiliza el azúcar en los músculos y el hígado. En cuanto se agotan las reservas, el cuerpo busca la energía en otra parte, en las reservas de lípidos, es decir, las grasas: es la cetosis. A continuación, el organismo se ve obligado a buscar energía en el tejido muscular y las proteínas. Es en este momento cuando el cuerpo comienza una pérdida de peso más o menos visible.

Los riesgos asociados al ayuno son esencialmente los de la pérdida de masa muscular y grasa. Esto tendrá un efecto negativo sobre la salud general y la inmunidad.

¿Es beneficioso el ayuno durante el tratamiento del cáncer?

Las dietas restrictivas, como el ayuno, han sido objeto de numerosos estudios científicos para conocer sus efectos y evaluar su valor en diversas enfermedades. La gran mayoría de estos estudios sólo se han realizado en animales.

Uno de estos estudios, realizado por un equipo estadounidense, analizó los efectos del ayuno en ratones portadores de tumores inducidos por células tumorales. En algunos de estos ratones, el ayuno permitió:

  • Retrasar el crecimiento de determinadas células cancerosas,  
  • Aumentar la sensibilidad de las células cancerosas a los tratamientos de quimioterapia,  
  • Reducir el número de células cancerosas.

Los científicos han estudiado los beneficios del ayuno para los pacientes que padecen enfermedades crónicas.

También hay que señalar que, desde hace unos quince años, el público en general se interesa cada vez más por la práctica del ayuno o las dietas restrictivas, sobre todo entre los enfermos de cáncer. El razonamiento que subyace a esta hipótesis es que el ayuno podría hacer que las células cancerosas fueran más sensibles a los tratamientos convencionales, protegiendo al mismo tiempo a las células sanas.

En 2017 se llevó a cabo una valoración colectiva por parte de la Red Nacional de Investigación sobre el Cáncer Alimentario (NACRe). Esta red está formada por médicos, epidemiólogos, biólogos, sociólogos, antropólogos, dietistas y médicos nutricionistas, que estudiaron cientos de libros y estudios sobre los beneficios del ayuno durante el tratamiento del cáncer. Son inequívocos: estos estudios publicados no permiten concluir que el ayuno o las dietas restrictivas tengan un efecto beneficioso o perjudicial. Ninguno de estos estudios evaluó el efecto del ayuno sobre la evolución de la enfermedad, la supervivencia o la recurrencia. Además, hay muy pocos estudios clínicos en comparación con los estudios en animales.

En cuanto a los estudios clínicos, sólo hay una cosa en común: el ayuno induce una pérdida de peso significativa. En algunos pacientes, sin embargo, esto puede alterar el pronóstico, sobre todo en caso de pérdida de masa muscular. Además, cuando el ayuno se adopta durante periodos prolongados, puede provocar desequilibrios alimentarios, cuyas consecuencias varían en función de los nutrientes que se ingieran en cantidades insuficientes.

En el caso del cáncer, el tratamiento ya tiene un impacto importante en la dieta de los enfermos. Ya sea después de una intervención quirúrgica, durante o después de la radioterapia o durante la quimioterapia, los efectos secundarios pueden provocar pérdida de apetito, alteraciones del gusto o del olfato, náuseas o vómitos, etc. El principal riesgo es la pérdida de peso y, sobre todo, de masa muscular.

El peso es muy importante en el cáncer. Es absolutamente esencial controlarlo, ya que se ha demostrado en pacientes con cáncer que la caquexia (pérdida significativa de tejido adiposo) y la sarcopenia (pérdida significativa de masa muscular) representan un riesgo adicional de perturbación del buen desarrollo del tratamiento y un mal pronóstico. Incluso sin ayuno, el 40% de los pacientes con cáncer están desnutridos.

Por eso, la cobertura mediática del ayuno o de los supuestos beneficios de las dietas restrictivas debe ir acompañada de información científica y médica lo más transparente posible. Estas dietas no deben recomendarse a pacientes con cáncer.

Si, a pesar de todo, un paciente de cáncer desea probar el ayuno durante el tratamiento, es fundamental que lo comente con su equipo sanitario, que le aconsejará en función de su situación particular. Los riesgos del ayuno durante el tratamiento del cáncer son conocidos, pero los beneficios aún están por determinar.

Por ello, el ayuno durante el tratamiento del cáncer suscita cada vez más interés como método complementario para mejorar la respuesta de los pacientes al tratamiento y su calidad de vida. 

El mensaje del Instituto Nacional Francés del Cáncer (INCa) es claro: "No, no hay estudios rigurosos que sugieran que el ayuno sea beneficioso para los pacientes de cáncer durante el tratamiento. Al contrario, está bien establecido que el ayuno conlleva riesgos reales para los pacientes." 

La investigación sobre este tema está en curso, y siguen apareciendo nuevos datos para comprender mejor cómo puede integrarse el ayuno de forma segura y eficaz en el tratamiento del cáncer.

 
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1 comentario


rroxam
el 28/9/23

Muy bueno gracias!!!!

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