La espondiloartritis y su impacto en la sexualidad, ¿cuáles son las soluciones?

¿Qué es la espondiloartritis?

La espondiloartritis es una de las enfermedades reumáticas inflamatorias crónicas (ERIC), también conocidas como reumatismos y enfermedades musculoesqueléticas (EM), cuyo origen es mecánico (artrosis) o inflamatorio (artritis).

La espondiloartritis es una artritis causada por trastornos inmunológicos. Las espondiloartritis incluyen afecciones como la espondilitis anquilosante (EA), la artritis psoriásica (APs), la artritis reactiva, la colitis ulcerosa (CU), la enfermedad de Crohn, la pustulosis palmoplantar y el síndrome SAPHO.

Las personas con espondiloartritis pueden desarrollar una u otra de estas formas clínicas en cualquier momento de su vida.

Estas afecciones suelen asociarse a dolor articular, fatiga crónica y rigidez. Sin embargo, un aspecto menos comentado pero igualmente crucial de la vida cotidiana de las personas con espondiloartritis es el impacto en la sexualidad.

En general, la prevalencia de los problemas sexuales entre las personas con enfermedades crónicas no sólo es más frecuente, sino que también tiene consecuencias más graves en términos emocionales, relacionales y de calidad de vida.

¿Cuál es el impacto de la espondiloartritis en la sexualidad?

El impacto del dolor y la rigidez articulares

La espondiloartritis se caracteriza por la inflamación de las articulaciones, sobre todo de la columna vertebral y la pelvis. Esta inflamación provoca dolor y rigidez que pueden hacer que las posturas sexuales resulten incómodas o incluso dolorosas. Esto puede provocar una disminución del interés por la actividad sexual y un deterioro de la calidad de la vida sexual.

El impacto de la fatiga y el agotamiento

Uno de los principales síntomas de la espondiloartritis es la fatiga crónica. Esta fatiga no solo puede reducir el deseo sexual, sino también la resistencia durante la actividad sexual.

Para las parejas afectadas, la clave es establecer una comunicación abierta para encontrar soluciones que satisfagan las necesidades de ambos.

Efectos secundarios de los medicamentos 

Algunos medicamentos utilizados para tratar la espondiloartritis pueden tener efectos secundarios como sequedad vaginal en las mujeres, disminución del deseo sexual, disfunción eréctil o problemas orgásmicos. No dude en pedir consejo a su profesional sanitario sobre las mejores soluciones para su situación particular.

El impacto psicológico

Una enfermedad crónica es un acontecimiento estresante que afecta a la persona tanto biológica como psicológicamente, y a menudo se experimenta como un trastorno.

Vivir con una enfermedad crónica puede generar estrés, ansiedad y, en ocasiones, depresión. Estos factores psicológicos pueden repercutir negativamente en la libido y la satisfacción sexual.

¿Qué consejos seguir para tener una vida sexual satisfactoria a pesar de la espondiloartritis?

Para las personas con espondiloartritis y otras enfermedades crónicas, su vida emocional y sexual puede verse debilitada por factores físicos, psicológicos y relacionales sobre los que se puede influir.

He aquí algunos consejos para mantener una vida afectiva y sexual satisfactoria:

1. Mantener una buena imagen corporal

Los efectos, a veces visibles, de la enfermedad pueden dar lugar a una imagen negativa de uno mismo. Puede ser difícil sentirse deseable, mostrarse a los demás. Hay que hablar de ello y encontrar soluciones prácticas.

Hay que adoptar una actitud positiva, cambiar la visión del cuerpo y centrarse en lo que puede hacer en lugar de en sus limitaciones. Es posible practicar la autocompasión, ser amable con uno mismo y no compararse con los demás: el camino de cada uno es diferente. Y por qué no practicar técnicas de relajación como la meditación de conciencia plena. Hay muchas estrategias que explorar, sólo tienes que encontrar la que mejor te funcione.

2. Tener una comunicación abierta con tu pareja

A veces, la espondiloartritis impone limitaciones a la pareja y puede hacer que se sienta incómoda. La pareja puede tener miedo de hacer daño a la persona con la enfermedad durante las relaciones sexuales, o incluso de molestarla sacando el tema.

La comunicación suele ser la clave para desbloquear situaciones delicadas. Hablar de uno mismo y de cómo se siente respecto a la enfermedad, los tratamientos y la sexualidad puede ayudar a eliminar cualquier reserva. Es importante discutir los límites, explorar nuevas formas de compartir la intimidad y buscar compromisos que promuevan el bienestar de ambos miembros de la pareja.

3. Apoyo médico y psicológico

Los profesionales de la salud están a tu disposición para hablar de sexualidad. Los médicos pueden ayudar a mejorar la moral y el tono, y aliviar el dolor. Si es necesario, también pueden adaptar los tratamientos.

Las personas con espondiloartritis también pueden beneficiarse del apoyo de un psicólogo, sexólogo, urólogo, etc., que les ayude a gestionar estos aspectos de su vida.

Las consecuencias de las enfermedades crónicas sobre la sexualidad y, en un sentido más amplio, sobre las relaciones de las personas afectadas siguen siendo con demasiada frecuencia subestimadas y tratadas de forma inadecuada.

4. Recurrir a grupos de apoyo

Hay muchas asociaciones de pacientes y grupos de apoyo en línea donde puedes obtener consejos y soluciones prácticas, o simplemente escuchar a otros y compartir experiencias. No dudes en ponerte en contacto con ellos y no te aísles.

Ejemplos: Coordinadora Española de Asociaciones de Espondiloartritis (CEADE), Espondilitis con futuro, ACCU España y Carenity.

Por lo tanto, la espondiloartritis presenta retos para la vida sexual, pero éstos no tienen por qué ser un obstáculo insalvable. Con comprensión mutua, comunicación abierta y la participación de profesionales sanitarios, las parejas pueden encontrar formas de mantener una vida sexual satisfactoria.

Una vida afectiva y sexual es fuente de equilibrio y bienestar. Por eso, con una educación sexual continuada, apoyo emocional y estrategias de afrontamiento, las personas con espondiloartritis deberían poder disfrutar de una vida íntima satisfactoria.